Los Menem comandan un operativo para que La Libertad Avanza se consolide como partido político en cada distrito electoral, aunque no todos confían en que se alcance el objetivo. La “depuración” del Congreso de la que habla Milei y la alianza con el PRO, catalizadores del proceso.
Nacional 05 de marzo de 2024
Felipe Osman
Por Felipe Osman
Mientras Milei avanza sin frenar en las curvas en su plan de ajuste del gasto público, algunos componentes del oficialismo reservan, igual, una dosis de energía para pensar en el armado político, y al frente de esa tarea estarían los primos Eduardo “Lule” Menem y Martín Menem, quienes coordinan en todos los distritos la consolidación de La Libertad Avanza -hasta ahora, un frente electoral- como partido político propiamente dicho.
La transmutación de LLA de frente electoral a partido no sería inocua, y tendría más de una razón de ser.
Cuando Javier Milei inició su aventura presidencial, cual Fitzcarraldo del siglo XXI, lo hizo montado sobre un endeble andamiaje partidario en el que cada accionista (léase, sello) tenía pocas o nulas coincidencias ideológicas con el resto o con el propio candidato. Sólo los unía perspectiva de que la popularidad de un Milei que arrasaba en las mediciones de Ibope terminara -como finalmente sucedió- teniendo reflejo en las urnas.
Pero ahora que La Libertad Avanza ya no es una apuesta que, por lo arriesgada, distribuye grandes dividendos, sino la fuerza política que conduce el país, sus necesidades habrían cambiado.
Milei ya ha expresado su intención de depurar el Congreso, fundamentalmente tras la caída de la Ley Ómnibus. Y para hacerlo -sostienen algunos- necesita cristalizar la masa crítica que ha alcanzado en un partido político que lo exima de compromisos con los sellos que integran el frente electoral.
Así, la consolidación de LLA como partido le permitiría armar las listas que competirán en 2025 sin necesidad de pagar compromisos políticos con aquellos, además de moverse con mayor libertad a la hora de firmar una alianza con el PRO, si tal jugada termina cuajando.
Sin embargo no todos dan crédito a la jugada. Otros allegados al sistema liberal/libertario creen que las posibilidades de que la Justicia Electoral termine admitiendo la conformación de un partido que lleve el mismo nombre que la alianza electoral vencedora en las elecciones tiende a cero.
Explican que, para conformar un partido político, no sólo deben recavarse las adhesiones y fichas afiliatorias necesarias, sino que también deben superarse las objeciones que se planteen en la audiencia que, como paso previo a la constitución del partido, fijará la Justicia Electoral.
En esa asamblea, apuntan, los partidos que integraron la alianza electoral podrán objetar que un nuevo partido se conforme llevando por nombre La Libertad Avanza, y motivos no les faltarán para hacerlo si el nuevo armado tiene por objeto librarse de compromisos que los tienen por beneficiarios.
Según esta hipótesis, la intención real de los promotores no es constituir a La Libertad Avanza como un partido político, sino hacerse de los avales y fichas afiliatorias necesarias para generar un partido que, tras la mencionada audiencia, terminará llamándose de otra manera.
En cualquier caso, la convocatoria a las adhesiones está abierta en las redes sociales de La Libertad Avanza, y pronto se verá hacia dónde conduce. Milei, por lo pronto, no ha hecho mención al asunto, y quienes tratan con él aseguran que ni siquiera ocupa un lugar al fondo de sus prioridades.
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