El viernes se venció el mandato de quienes ocupaban las direcciones dentro de la Auditoría General de la Nación. El caudillo radical golpeó algunas puertas, pero el jefe de bancada se encargó de obturar ese desembarco. La respuesta de Pichetto, la jugada de De Loredo por el puntano Cacace y el inesperado acercamiento de Negri con Lousteau.
Provincial 08 de abril de 2024
Gabriel Silva
Por Gabriel Silva
Mientras se aguarda por estos días el desembarco de la retocada Ley Bases, en Diputados subyacen otras negociaciones que tendrán réplica en el microclima cordobés. No porque el remodelado paquete legislativo no vaya a contar con el respaldo de los cordobeses, quienes desde los sectores más dialoguistas con el Gobierno nacional vienen reconociendo que acompañarán, sino por otras batallas que se producen por debajo de la superficie.
En primer lugar, el respaldo explícito a la Ley Bases saldrá tanto de los parlamentarios que responden al gobernador Martín Llaryora –y a Juan Schiaretti-, como por parte de los radicales que se encuentran en la bancada que conduce Rodrigo de Loredo. Desde los dos bloques reconocieron el viernes a Alfil que acompañarán y que, incluso, hasta podría haber un acuerdo por Ganancias con un piso de 1.600.000 pesos.
Sobre esa base, el trazo grueso del paquete legislativo contará con el apoyo del cordobesismo en su conjunto.
Sin embargo, la discusión que generó varias conversaciones la semana pasada y que se extendieron durante los últimos días fue la composición de la Auditoría General de la Nación (AGN). Debate que se trabó, en parte por falta de acuerdo en el radicalismo, y también en una buena medida por la posibilidad de que algunos de los socios, ya sea la UCR o el PRO, terminara cerrando por su cuenta con los libertarios en desmedro del otro.
Lo cierto que los mandatos de los ahora ex directores se vencieron el viernes pasado y desde hoy habrá en el organismo casi completa presencia por parte del PJ. Que observa cómo puede seguir avanzando ante las indefiniciones en el radicalismo.
El problema dentro del centenario partido es la dilatada interna entre De Loredo y su antecesor en ese rol en Diputados, el veterano caudillo Mario Negri. El exdiputado recorrió despachos en las últimas semanas en Buenos Aires, buscó por fuera el respaldo que no consiguió del radicalismo y aún no se retira de la carrera.
De Loredo hace semanas que insiste con ese lugar para el puntano Alejandro Cacace, exdiputado y actual secretario parlamentario de la bancada por ahora unificada. Sin embargo, esas tensiones que se viven puertas adentro podría hacer que un sector, sobre todo el de Facundo Manes, se incline por Negri para abrir un nuevo enfrentamiento interno entre el neurocirujano y De Loredo.
Un guiño que, si llega de parte de Manes, algunos diputados radicales reconocen que hay un aval externo por parte del senador y presidente de la UCR, Martín Lousteau. “Inesperado”, dijo una fuente del Congreso a este diario, por los duros cruces que tuvieron en su momento Lousteau y Negri.
Quienes, además, reconocen que no acompañan a Negri por su edad: “cuando cumpla su mandato en la AGN tendría 80 años”, dijo una fuente.
En el resto de los bloques, el exdiputado encontró respaldo de la Coalición Cívica, mientras que Miguel Pichetto, el jefe del bloque Hacemos, les respondió a los internistas radicales: “es un problema que deben resolver ustedes. A mí, tráiganme uno”.
Esta tensión, que se podría observar de manera más nítida en el debate por la Ley Bases, tendrá un correlato si se plasma el bloqueo de De Loredo a Negri. “Esa respuesta va a venir en la interna”, cerró un radical con despacho en el Congreso el último viernes a este diario.
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