El Mójica encuentra nuevos aliados en el territorio vecinalista

Por Gabriel Marclé

La Municipalidad de Río Cuarto y el Círculo Vecinal de la ciudad forjan una alianza estratégica vinculada al trabajo territorial, pero con implicancias de nivel político que podrían tener sus frutos en el corto plazo. Esto se forjó en medio de una transición que atravesó a ambos sectores, una Municipalidad que cambia con el inicio de la gestión de Guillermo De Rivas y un vecinalismo obligado a cambiar de liderato por el fallecimiento de Teresita Díaz, la histórica líder del movimiento vecinal. La coincidente transición generó la oportunidad justa para barajar y dar de nuevo, una situación provechosa para un Gobierno que busca aliados en lo territorial y los vecinalistas parecen ofrecerse para ser parte de ese proceso.

De Rivas busca alcanzar lo que otros intendentes no pudieron: trabajar codo a codo y sin concesiones con cada una de las 52 vecinales, distribuidas de manera estratégica en una ciudad de 170 mil habitantes, la capital nacional del vecinalismo (para comparar, en Córdoba capital hay apenas 370 para un territorio veintiún veces más grande). Esto permite que el Gobierno municipal cuente con cuadrantes bien definidos para trabajar sus políticas con ese abordaje profesional con el que tanto insiste el intendente. “Sería una locura no trabajar junto a ellos”, apuntaba un dirigente oficialista tras la reunión que tuvo lugar días atrás en la Municipalidad. 

En el Gobierno aseguran que hay un cambio de época y de dirigentes vecinales, algo que -aunque parezca mórbido- coincidió con el fallecimiento de quien lideraba al sector con puño de hierro y, aseguran algunos, con un nivel de personalismo que dejó a la mayoría de los dirigentes fuera de las decisiones fuertes. Con esta renovación, que tiene a Hugo Díaz como nuevo presidente, asomaron nuevos cabecillas que hoy se encuentran llevando adelante reuniones con cada uno de los dirigentes del sector. Pretenden reunir a la mayor parte del movimiento y sumarlo a este plan conjunto con el derrivismo. 

“Es inédito”, destacaron desde el Círculo Vecinal sobre este acercamiento a De Rivas, algo que prevén como inicio para un modelo activo y participativo. Hacerse cargo de las primeras necesidades que expresan los vecinos, como un canal de comunicación directa con la Municipalidad y la vía por la cual empiecen a llegar soluciones inmediatas. “Somos la primera puerta que el vecino toca cuando necesita algo”, afirman. Fernando Bossio, el subsecretario de Gobierno, hace de nexo directo entre el Mójica y las vecinales, pero también lleva la dirección de la estrategia que los integra como socios del Ejecutivo.

¿Esto significa que el vecinalismo se ordena alrededor del oficialismo? Por ahora, el fin de esta alianza atañe casi exclusivamente a promover las acciones de la gestión desde el punto de vista social. En eso consiste el nuevo esquema de servicios que prestaban las vecinales y que De Rivas promovió a poco de entrar al poder, “un sistema mejorado” en cuanto a nuevas acciones y roles, aunque también consciente del periodo de austeridad que atraviesa el Gobierno.

Claro que nadie se atreve a decir que esto no tenga ramificaciones políticas que lleguen de cerca, en términos de la militancia derrivista -y de Hacemos Unidos también- de cara a los tiempos que se vienen, el aguante que requieren los oficialismos para opacar las críticas.

A priori, la utilidad de las vecinales para De Rivas tiene que ver con el termómetro social de los barrios. “Necesitamos saber qué está pasando en cada parte del territorio. Tenemos el programa La Muni en Tu barrio, pero los resultados ahí son a largo plazo. El trabajo con las vecinales nos ofrece una actualización en tiempo real de las situaciones que se viven ahí”, apuntaba un integrante del Ejecutivo local sobre los primeros resultados de esta acción.

Alfil pudo saber que De Rivas pretende mejorar las condiciones en las que actúan las vecinales. En ese sentido, los dirigentes coinciden en la necesidad normalizar la situación de cada una, muchas de las cuales -la mayoría- presentan situaciones administrativas irregulares. Mientras avanza en ese sentido, cada espacio se convertirá en un grupo de agentes territoriales, con la condición de que no haya pesca de favores. 

“El vecinalismo tiene gente que trabaja por el bien de sus barrios. Entienden que el municipio es un aliado y no un lugar para apretar y conseguir beneficios personales”, marcan desde el Mójica, una especie de contraste entre esta nueva generación y la que la antecedió. Aun así, nadie del Ejecutivo descarta que algún vecinalista pueda sumarse al Ejecutivo más adelante.