Cultura Por: J.C. Maraddón15 de enero de 2024

Apología del circo

Con el documental “Veinticirco”, disponible en Youtube, donde desfilan imágenes de su gira en Córdoba, Buenos Aires, México y otras ciudades, Los Caligaris alcanzan la coronación de su propuesta, que se tomó un cuarto de siglo para imponerse a escala continental… y también en Córdoba.

Por J.C. Maraddón

 

Después de haber transitado más de una década de apego a parámetros que se basaban en su aspiración de ser reconocido como un género prestigioso, en los años ochenta el rock argentino se despojó de tales prejuicios y se abrió a la posibilidad de ganar la aceptación masiva. Al unísono, aparecieron intérpretes que abogaron por ofrecer un repertorio bailable y/o ganchero, algo que hasta entonces había sido visto con recelo por la prensa del palo. Y el resultado fue su acceso a una popularidad impensada, cuyo eco se sostiene hasta el día de hoy, cuando aquellas canciones son entonadas como clásicos.

Esta apertura permitió a ciertos rockeros experimentar con estilos como el ska, el reggae, la murga, el candombe y hasta la cumbia, cuya mención erizaba la piel de los fundamentalista del rock hasta no mucho antes. Bandas como Los Fabulosos Cadillacs o Los Pericos, que promovían la fiesta y el baile, no hubiesen tenido cabida de no haberse producido ese destape ochentoso que, valga aclararlo, encontró en Virus, Los Twist o Los Helicópteros los pioneros que soportaron los embates de la crítica bienpensante hasta que terminaron siendo bendecidos por la aprobación, que derivó en la difusión radial de sus hits.

Como consecuencia de tal acogida, desde mediados de ese decenio se sumaron otros nombres a la movida fiestera, entre los que hay que destacar a Los Auténticos Decadentes, que ya desde su nombre ironizaban sobre el modo en que los especialistas habían solido catalogar a quienes desafiaban la tradición rockera. La formación encabezada por Cucho Parisi y Jorge Serrano fue forjando su peculiar rumbo estilístico hasta que en 1989 publicó su primer disco, “El milagro argentino”, en el que aparecía uno de sus grandes éxitos, “Loco (tu forma de ser)”, que desorientó a aquellos que no sabían en qué categoría encajar al grupo.

Aquel deslumbrante inicio coincidió con ese periodo menemista en el que la bailanta vivió su apogeo, y Los Auténticos Decadentes fueron uno de los mayores aportes que se iban a hacer desde el rock a ese panorama que empezaba a delinearse. Faltaba, por supuesto, alguien que se animara a introducir al cuarteto en esa coctelera, algo en lo que Kapanga tomó la posta, pero resultaba raro que la abanderada en esas lides fuese una agrupación bonaerense y no una cordobesa. Y es que por aquí los rockeros consideraban al tunga tunga como su principal enemigo y no había forma de alentar el crossover.

Luego de un audaz intento de la banda local Los Rústicos del Viejo Sueño, iba a ser un proyecto musical nacido en barrio Residencial América el que rompiera el maleficio. Los Caligaris, que venían cocinando su propuesta de música y circo desde 1997, se despacharon en 2002 con el álbum “Yernos perfectos”, desde donde saltó como un suceso nacional el tema “Nadie es perfecto”, dotado de una indisimulable impronta cuartetera. Con el padrinazgo de Los Auténticos Decadentes, que encontraban en ellos los herederos de su cruzada artística, Los Caligaris expandieron sus dominios y llegaron a triunfar en México.

Pero Córdoba siguió siendo reticente a sus intenciones, hasta que en 2015 su disco “Circología” rompió todos los preconceptos y logró que también sean profetas en su tierra. El multitudinario show que ofrecieron en la cancha de Instituto el 1 de octubre de este año, representó la ansiada meta de conquistar el corazón de sus coterráneos sin modificar en nada lo que se habían propuesto en sus comienzos. Por eso, el documental “Veinticirco”, disponible en YouTube, donde desfilan imágenes de su gira en Córdoba, Buenos Aires, México y otras ciudades, es la coronación de una trayectoria de un cuarto de siglo, digna de elogio.

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