Ente de Fiscalización y Control: Amplio aval en la audiencia pública (Suoem, único disconforme)

Por Felipe Osman

El Ente de Fiscalización y Control que el oficialismo impulsa para centralizar la tramitación de la habilitación de negocios dio ayer un nuevo paso: superó la audiencia pública que la Carta Orgánica Municipal establece como condición indispensable para su creación, y ahora se encamina hacia la votación en segunda lectura, donde no se esperan mayores contratiempos.

De hecho, la performance del proyecto fue muy positiva al momento de ser llevado a consideración de las cámaras empresarias. Más allá de alguna recomendación puntual, todas respaldaron la necesidad de que la tramitación de las habilitaciones esté centralizada, para lograr agilidad y unidad de criterios al momento de buscar la puesta en marcha de una explotación comercial.

Entre los principales testimonios estuvo el del productor de espectáculos José Palazzo, que remarcó el rol de la ciudad como “la segunda en espectáculos” detrás de Capital Federal, aunque destacó la necesidad de que el Gobierno acompañe con agilidad el desarrollo de la actividad.

“El actual Gobierno Nacional le va a dar un gran revés a la cultura, entonces desde el sector privado vamos a tener que trabajar el doble para que los pequeños y medianos emprendimientos se desarrollen”, dijo, para hacer un énfasis en la necesidad de que el municipio ofrezca soluciones rápidas a los empresarios del sector que necesitan “agilidad y previsibilidad”. Además, ponderó la importancia de la industria del espectáculo para dinamizar la economía local.

A su turno, el presidente de la Cámara de Comercio de Córdoba José Viale, apuntó que “el problema de las habilitaciones es de larga data”, y recordó la participación de su sector en proyectos que le antecedieron, como el de la Ventanilla Única y el de Habilitaciones Online. Respecto del primero, apuntó que la unidad de criterio y la concentración de gestiones ante una única oficina nunca se alcanzaron. En relación a las Habilitaciones Online, dijo que fue un paso positivó e implicaron un cambio de paradigma, al permitir al comerciante colaborar, en su propio interés, en el desarrollo de diligencias simplificadas para lograr una habilitación. Pero concluyó que el actual proyecto se propone dar un paso más.

“Con este Ente sabremos adonde dirigirnos a quien pedirle y que fiscalice. Se podrá ver que lo que se habilite estará bien. Se pretende finalizar con la discrecionalidad del que le toca habilitar”, destacó. El punto neurálgico es, en realidad, poner fin a las habilitaciones provisorias, que detienen el proceso de habilitación en un limbo en el cual el comerciante no sólo no cuenta con la certeza de que su establecimiento puede funcionar, sino que además lo deja expuesto al pedido de retornos por parte de quienes ejercen la fiscalización.

En disonancia con estas -y otras- cámaras empresarias se alzó el Suoem. Leonela Murúa, secretaria gremial de las Áreas Administrativas del Suoem, y empleada jerárquica de la Dirección de Habilitaciones, rechazó el proyecto impulsado por el Ejecutivo y avalado una porción mayoritaria de la oposición.

En representación del Suoem, Murúa denunció públicamente ante “Los ciudadanos y ciudadanas de Córdoba” (a los que el gremio utiliza periódicamente como rehenes de sus reclamos), que la gestión no había requerido “la participación activa y consultiva” del Suoem al momento de diseñar el nuevo Ente de Fiscalización y Control.

Vale aquí hacer una observación. El Ente de Fiscalización y Control fue creado tomando, como referencia, a la Agencia Gubernamental de Control de CABA, cuyos inspectores son monotributistas, precisamente, por entender que el sindicato termina teniendo un rol medular en la distorsión de los procedimientos de habilitación y control. Véase, a modo ilustrativo, el caso del inspector Hugo Jayo, acusado de haber exigido coactivamente dinero al dueño de un negocio para permitirle funcionar, titular de un patrimonio inexplicable, y recientemente detenido por el fiscal Guillermo González. Una pequeña punción que ilustra el problema que se propone resolver el ente.

En cualquier caso, sólo el Suoem se opone a la creación del Ente de Fiscalización y Control. Algo que algunos de sus ideólogos ven como una muy buena señal.