El macrismo pone a rodar nombres y mapeos para la renovación PRO
A meses de retomar la conducción del partido a nivel nacional, el expresidente deja conocer su predilección por Arning, Cornet y Contini para la reconfiguración del PRO, que se llevó un duro revés en Río Cuarto. La intención, reconstruir la identidad del sello y extirpar los puntos de contacto con el “Partido Cordobés”
Por Felipe Osman
Mauricio Macri pasó por Córdoba en la previa de la elección de Río Cuarto, pero se mantuvo completamente ajeno a la contienda en la que tanto el peronismo como la oposición fraccionaron su oferta, evitando que el estruendoso fracaso de la lista liderada por Hurtado lo salpicara.
Por lo bajo, el ala macrista del partido celebró la elección de apenas el 1,5 por ciento de los votos que firmó el candidato amarillo, y utilizará ese fracaso como la evidencia empírica más palmaria de que el PRO necesita barajar y dar de nuevo si pretende conservar identidad y algún capital propio para encarar el turno electoral de 2025, ya sea en alianza con La Libertad Avanza, con un radicalismo depurado de sus vínculos con la conducción nacional, o en una alquimia que incluya a los tres espacios.
Por lo pronto, la intención que confiesan emisarios del expresidente es que tres dirigentes amarillos de Córdoba ganen gravitación en la interna del PRO local: Adela Arning, de Mendiolaza; Pablo Cornet, de Villa Allende; y una “tapada”, la intendenta de Villa Anisacate, Natalia Contini, que a mediados del año pasado destronó al PJ tras 30 años al frente del municipio, y que a principios de este año derribó una estatua de Néstor Kirchner “por ser un símbolo de la corrupción”.
La estrategia que desde Buenos Aires imagina el macrismo para Córdoba no termina allí. También incluye avanzar en la expulsión de los dirigentes que durante los últimos tiempos cruzaron el alambrado para integrarse a las huestes del “Partido Cordobés”, en busca de –en términos libertarios- una “depuración” del partido, que le permita volver a las raíces y desterrar cualquier sospecha de “connivencia” con el peronismo de Córdoba. Que en la interpretación macrista, ha perdido su barniz republicano tras la salida de Juan Schiaretti del Centro Cívico.
En el aspecto territorial, el plan macrista no encierra mayores sorpresas. La expectativa es fortalecer al sello en los departamentos que concentran los mayores segmentos del padrón cordobés, en los que se asientan los centros urbanos más importantes, y donde se encuentran los sectores productivos más potentes de la provincia. En el punteo aparecen Capital, Punilla, Colón, Río Segundo, San Justo y Río Cuarto. Todos, departamentos en los que la marca PRO supo cosechar grandes resultados. Al menos, hasta que la imponderable variable libertaria irrumpiera en escena.
Parte de esta estrategia de reconstrucción transitará caminos ya conocidos y de probada eficacia para el partido, a saber, buscar entre los referentes de la cultura y el deporte personalidades que ya se encuentren instaladas, con amplios márgenes de conocimiento, ahorrándose el paso más tedioso del “cursus honorum” y, de ser posible, evitar la “contaminación” de la figura del candidato con la mancillada profesión de la política.
Ahora bien, esta pretendida “renovación dirigencial” del PRO, asentada sobre dinámico escenario político se plantea de aquí a las elecciones de medio término, encierra algunas incógnitas. Y la principal es cómo se ordenará el tablero de las alianzas electorales.
La “depuración” del PRO indica que la intención del macrismo es virar, cuanto sea posible, hacia el espectro liberal (en cuanto a su concepción de la economía) del electorado. Pero el problema es que esa posición hoy aparece ya conquistada por La Libertad Avanza, que la vigila con celo, fistugando a los espacios de centro.
Las variantes que se adivinan como más probables son, o ir en busca de una alianza con los libertarios, a la que el PRO entraría como socio minoritario, o tallar en la interna de la UCR para conseguir que los radicales más receptivos a las ideas del Gobierno tomen una distancia definitiva de su conducción nacional, para concebir entonces una alianza entre el PRO y esta fracción de la UCR, o bien ofrecer un acuerdo más amplio a los libertarios, que incluya a los tres. En todas las variantes, la mayor variable será la tracción electoral con la que Javier Milei llegue al próximo turno electoral.
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