PJ maquina foto de unidad para reanimar su estructura

Por Yanina Soria 

Aunque (muy) lejos todavía de la etapa de definiciones, el año electoral ya corre y en el peronismo cordobés las especulaciones, los análisis y la comidilla política están a la orden del día. 

En el sube y baja con nombres de potenciales candidatos, se cuelan algunas certezas que de antemano manejan en Hacemos Unidos por Córdoba; entre ellas, que -tal como lo marca la historia del peronismo provincial- las elecciones de medio término no son su plato fuerte y que las de este año asoman particularmente complejas. El objetivo real es, entonces, perder, pero dignamente. 

Dentro del pensamiento monocorde que parece regir de punta a punta hoy al Partido Cordobés del gobernador Martín Llaryora, hay quienes creen que todavía sigue siendo necesario reforzar hacia adentro de la estructura la idea del justicialismo como eje vertebrador del frente oficialista. 

Sobre todo, cuando corren tiempos de campaña y se le pide mucha garra y movimiento a los militantes y dirigentes en pos de la lista oficialista. Y cuando todavía en las bases se percibe cierta indigestión con el reparto de cargos a los no PJ tanto a nivel municipal como provincial: lugar que se le dio a un extrapartidario, lugar que se perdió para uno propio, reflexionan en las bases. 

Dentro del PJ Capital, los sectores alineados a la senadora Alejandra Vigo entienden que es necesario cuidar la estructura orgánica del principal distrito electoral recordando que en el ´23 se ganó la ciudad gracias al aparato justicialista. 

Pero, además, evocan que se invirtió una lógica que venía imponiéndose desde hace años en los triunfos provinciales de Hacemos: ya no es posible concebir una victoria general sin el aporte de la Capital cordobesa. 

Con esos argumentos y para movilizar un poco al partido (que está quietísimo), desde el viguismo impulsan un encuentro que pueda reunir al gobernador Llaryora, al intendente Daniel Passeini y a la senadora nacional. El marco de esa foto potente que se daría en las próximas semanas, sería un acto para formalizar el nombramiento del mandatario provincial como presidente del PJ Córdoba y del jefe comunal, como titular del PJ Capital. 

Bien vale apuntar que después de la interna partidaria de marzo del 2022, las autoridades del partido en Capital fueron puestas en funciones, pero luego hubo cambios en el gobierno peronista y desde entonces se impone una actualización que se ajuste al axioma que siempre rigió en el PJ: quien gobierna, conduce. 

Tampoco está escrito, pero, generalmente, el mandatario provincial suele pedir licencia en su rol como presidente del partido dejando alguien en ese lugar. Así lo hicieron José Manuel de la Sota y Schiaretti; así creen lo hará también Llaryora. 

De cualquier modo, un acto convocado con esa formalidad de fondo serviría para mostrar sintonía entre las tres piezas claves de la Capital y para bajar un mensaje de unidad. 

Algo parecido a lo que se buscó con la reunión del 1° de Mayo del año pasado en el Diseñando Ciudad, donde los tres se reunieron con toda la dirigencia capitalina en el marco del Día del Trabajador. Retrataron el momento y se encargaron de difundir una imagen amena entre los tres. 

Aunque desde adentro del oficialismo se maticen las diferencias, las tensiones internas siempre están. Los peronistas son especialistas en lavar los trapos sucios en casa, y apegados a la organicidad y las estructuras terminan alineándose siempre. 

Aun así, en la Legislatura -por ejemplo- Vigo demostró su poder de fuego haciendo valer su peso a través de sus parlamentarios y, cuando muchos imaginaban que sin Schiaretti ocupando la centralidad provincial su poder se licuaría, la mujer mostró vigencia. 

Al intendente, por su parte, también le sirve mostrar apoyo y empuje de los principales referentes a la gestión municipal que promete despegar este año.