Shock de pragmatismo: Passerini ahora ve el ‘lado bueno’ de Siciliano

Por Felipe Osman

Miguel Siciliano debutó en su flamante cartera de Vinculación y Gestión Institucional con una visita a Daniel Passerini en el Palacio 6 de Julio. Una visita al despacho que ambos disputaron en la carrera de posicionamientos previa a las elecciones de 2023, y que ahora persigue el ministro desde la nueva escudería que el Centro Cívico creó para él.

La unción de Siciliano como titular de Vinculación y Gestión Institucional dentro del gabinete provincial no fue algo de lo que Passerini se enterara de buenas a primeras. Por el contrario, el intendente, luego de recuperarse de la intervención quirúrgica que lo alejó de su cargo durante la primera quincena de noviembre, mantuvo dos extensas reuniones con el gobernador, en la que compartieron un balance de las elecciones Legislativas y de lo que vendría hacia adelante.

Passerini adelantó a Llaryora que, en lo que a él respectaba, los grandes cambios en el gabinete municipal ya habían tenido lugar (la salida de Claudio Vigneta -Seguridad-, Jorge Folloni -Ambiente-, Verónica Bruera -COyS-, Enzo Cravero -BioCórdoba-, y los arribos de Gabriel Martín -Ambiente- y Matías Vicente -subsecretaría de Finanzas-), y que en lo sucesivo solo consideraba una reestructuración orgánica de las segundas líneas para abajo.

Llaryora, a su turno, apuntó que a su entender era necesaria más política territorial, mayor coordinación entre los ministerios, y una vocería fuerte, replicando -si no el estilo libertario- sí el diseño, con un funcionario encargado de ordenar la comunicación oficial. En otras palabras, que llegaba el momento de Siciliano.

Ahora bien, no por estar sobre aviso al passerinismo iba a agradarle la noticia. Además de haber entablado una fuerte disputa entre fines de 2023 y comienzos de 2023 en la carrera hacia la Municipalidad, Siciliano y Passerini vienen de dos sistemas distintos. Durante mucho tiempo, antagónicos. Y generar una cartera ad hoc para el posicionamiento de Siciliano en capital, naturalmente, chocaría con Passerini, que viene de soportar insistentes versiones de “intervención” y que, según su propia composición de lugar, no necesita funcionarios, sino recursos.

En la Municipalidad entienden, con sobrados fundamentos, que el principal condicionamiento de la gestión son los recursos: la pérdida de los subsidios nacionales al transporte, la retracción del Gobierno Nacional como prestador complementario de distintos servicios, la caída de la recaudación merced a la crisis económica, el roleo de la deuda municipal radical, y el adelanto de coparticipación recibida de la Provincia entre 2019 y 2023. Si en una línea pudieran resumirse, las demandas del municipio dirían más o menos así: “manden los fondos, quédense los funcionarios”.

Pero, como la asistencia del Centro Cívico no es a demanda, en la Municipalidad han decidido aceptar lo que no pueden evitar, y entender que “no hay mal que por bien no venga”.

Llegado el caso -admiten los passerinistas- el intendente no ha germinado ningún sucesor, con lo cual el posicionamiento de Siciliano no viene a dinamitar ninguna proyección municipal abrigada por Passerini. Y, por el contrario, promete traer consigo la materia prime indispensable para la construcción de cualquier candidatura: obras.

“Si viene con un pan debajo del brazo, que venga nomás”, aseguran, mucho más optimistas que semanas atrás, baqueanos de la Municipalidad, que advierten que, aunque Passerini no tenga reelección en la Municipalidad, desde luego conserva pretensiones políticas hacia 2027, en la que Llaryora no deberá resolver sólo quién lo acompañará en la fórmula provincia, sino también quién ocupara la postulación del oficialismo hacia la Cámara de Senadores.

En ese marco, potenciar la aceptación de la gestión municipal representará siempre un valor en sí para el intendente. Vengan de donde vengan, las buenas noticias serán buenas siempre que lleguen.