Conmebol, de organizador a telonero del Mundial 2030

Federico Jelic 

FIFA demostró que tiene un corazón más inclusivo que todos, ya puede empezar  a llamarse "FIFE" o puede ser tranquilamente la letra E utilizada como algunos actores progresistas para describir su gran capacidad populista para querer dejar a todos contentos y hacer una FIFA amplia, bien global.  Porque desde el despacho del presidente de Gianni Infantino y el Comité se optó por la decisión política no tan salomónica en el reparto pero sí con espíritu conciliador  de tratar de dejar contentos a todos por la organización del Mundial 2030, lugar donde en América había muchas expectativas y finalmente se quedaron con menos que migajas. Claro, que el Mundial vuelva después de 100 años y la gran fiesta del centenario a Uruguay y Argentina, Paraguay y Chile que soñaban con organizar la copa, finalmente FIFA resolvió que el Mundial 2030 se realice en España en conjunto con Portugal y con Marruecos a modo de invitado o con la wild card. A cambio, en América, Argentina, Uruguay y Paraguay tendrán los partidos inaugurales como premio consuelo.  

Es decir, Conmebol de organizador pasó a telonero, o mejor dicho, con celebraciones de los partidos inaugurales, un premio bastante escaso, bastante magro respecto a las grandes pretensiones que había en América. Es que el continente esperaba la posibilidad de que vuelvan después de festejar el centenario de los mundiales a lo grande, donde empezó todo allá por 1930,  pero por razones de infraestructura y también económica, finalmente Europa se quedará con toda la gloria del Mundial, que tendrá 48 países y seguramente alguna otra dádiva. Y sí, si se sometía a votación UEFA y los africanos se quedaban con todo, pero la gestión de Alejandro Domínguez, titular de Conmebol, pudo rescatar algo sobre la hora, con gran valor simbólico y nada más. 

Por tres continentes 

Dádiva para Marruecos, que también hizo su postulación en FIFA para ser sede del 2030 pero como queda geográficamente muy cerca de España y Portugal (los separa el estrecho de Gibraltar),  es una forma también de quedar políticamente correctos con los hermanos africanos. De todas maneras, hay muchas cuestiones por dilucidar, porque el presidente de Conmebol, Domínguez, en definitiva es el ganador político de esta jornada. Porque Paraguay, sin tener ningún antecedente con respecto al centenario, clasifica automáticamente con su país al Mundial. El antecedente favorecía a Uruguay y Argentina, que concretaron  la primera final del mundo, pero lógicamente el plan primigenio de incluir a Chile   quedó en parte trunco aunque Paraguay sobrevivió a esa desforestación de FIFA, solo por el mérito de tener en su tierra a la sede de Conmebol, en Luque. También quedó afuera Ucrania, inicialmente en el núcleo con España y Portugal, también era una cuestión simbólica para incluirlo después de la guerra, pero como todavía no hay cese de fuego en la batalla con Rusia, quedó al margen. 

Lo curioso es que Claudio “Chiqui” Tapia, mandamás de AFA junto a Conmebol anunciaron con bombo de platillos dicha resolución como si hubieran sido ganadores, a pesar de que suena dadivosa con respecto al plan original. ¿Qué pasó entre medio? Infantino no quería romper las relaciones con  Sudamérica, que en su momento le dio garantías de cuatro años más de mandato al frente del máximo organismo del fútbol. Pero en definitiva tiene gusto a poco. De todas maneras, Tapia manifestó que tiene intenciones de que pueda lograr algún partido más, porque en definitiva de 104 partidos del Mundial, el cono sur apenas organizará tres, que serán justamente por ser países organizadores. Una sede entre comillas, más por motivos simbólicos y románticos. ¿Podrá Tapia conseguir algún otro partido de esa copa en nuestro país? 

Y eso que hubo planificaciones. ¿Será cierto que el presidente de Talleres, Andrés Fassi, busca armar un estadio para 53 mil  personas con todas las normativas FIFA para competirle al estadio Mario Kempes por la sede Córdoba? Y justo el gobernador Juan Schiaretti salió a proponer una remodelación del máximo coliseo cordobés, en función de ampliar su aforo  72 mil espectadores. Es decir, hay competencia interna por apenas un partido del mundial 2030. Sabor a poco. 

Mientras tanto FIFA, en su forma tan inclusiva, dictaminó que el Mundial 2034 se realice en Asia y Oceanía. Por Asia, por supuesto, Arabia Saudita ya levantó la mano. Restará saber si Australia también tendrá la misma intención o algún otro archipiélago del Pacífico Sur. En definitiva, un premio consuelo o menos para Conmebol, que de 10 países tendrá tres clasificados y las eliminatorias serán prácticamente una farsa. Ahora, ¿Argentina y Uruguay están en condiciones con Uruguay de organizar un Mundial, de afrontar una inversión gigantesca de 7 mil millones de dólares, por ejemplo, para sus estadios y hoteles, en este opaco contexto de crisis? Pareciera que por infraestructura y por inversión, Europa le lleva un escalón o dos. Por eso el premio consuelo para América, que AFA y Conmebol celebraron a lo grande, aunque en la gente queda un gusto bastante amargo, porque de organizar la fiesta, Sudamérica será telonera. Argumentos políticos hay de sobra, pero como Conmebol no quiere romper relaciones con Infantino, festeja esta noticia con mucha alegría, casi impostada. 

El autor argumenta que FIFA ha demostrado ser inclusivo al tomar la decisión de organizar el Mundial 2030 en España, Portugal y posiblemente Marruecos, dejando a Argentina, Uruguay y Paraguay con los partidos inaugurales. Entonces, por Luque y AFA imperó el “más vale pájaro en mano que ciento volando”, sabiendo que será parte de la fiesta aunque con menor protagonismo del soñado, justo en el Centenario de los mundiales.