Conteo definitivo y gobernabilidad, focos llaryoristas del día después

Hacemos Unidos por Córdoba espera el escrutinio definitivo que comenzará este miércoles para consolidar el triunfo ajustado del domingo, tras un provisorio lento y molesto. Preocupa la derrota a nivel legislativo y en Tribunal de Cuentas, donde el oficialismo perdería mayoría. Los nombres para llegar al quórum.

Provincial26 de junio de 2023 Por Bettina Marengo
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Martin Llaryora y Luis juezJosé Nasello

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El llaryorismo hace balance y escaneo de resultados tras el domingo de elecciones, mientras espera el escrutinio definitivo que empezará este miércoles en la Justicia Electoral. El paso inmediato es consolidar con números oficiales el mensaje de las últimas horas del gobernador electo: la diferencia con Luis Juez es irreversible, aunque el sistema de conteo provisorio haya sido ineficiente. Con el contador clavado en el 94,9% de los votos, Martin Llaryora aventaja en tres puntos a Juez, pero se trata de un triunfo con varias derrotas adentro: al menos 13 bancas departamentales perdidas, pérdida del control de la Legislatura, minoría en el Tribunal de Cuentas de la Provincia, ciudades que eran bastiones históricos del PJ que pasaron a manos de Juntos por el Cambio, y un resultado que se recostó casi exclusivamente en los 7 puntos de ventaja en Capital y en los 16 de San Justo para ser tal. Son 51.800 mil votos de diferencia en la ciudad donde votaron 800 mil personas, frente a cinco mil de ventaja frente a todo el interior, con números no definitivos. Frente a eso, el sanfrancisqueño sostuvo que le quieren “bajar el precio” a un triunfo que tanto esfuerzo tuvo detrás y que incluso, susurran cerca suyo, es superior al de Juan Schiaretti a Luis Juez en 2007, porque en esa ocasión la oposición estaba dividida y ahora no.

El modo defensivo que utilizó el mandatario electo en su vuelta al rol de intendente de Capital no es ajeno al concepto de “gobernabilidad” que empieza a sonar en bocas de algunos llaryoristas, y no solo en referencia al improlijo escrutinio provisorio. De los tres tramos provinciales que se jugaron el domingo, el oficialismo perdió dos, el legislativo y el vinculado al control de los gastos del estado. Una novedad absoluta para Hacemos Unidos por Córdoba, habituado a la hegemonía política desde hace años.

Por eso todas las cabezas están enfrascadas ahora en el escrutinio definitivo. En el caso de las bancas de la Unicameral, con ansiedad por los departamentos Sobremonte y Colón, donde las diferencias son mínimas entre el primero y el segundo candidato. En Colón, zona clave por su cercanía con Capital, el peronista Gustavo Brandán aventaja por sólo 200 puntos al empresario Benjamin Buteler, de Juntos por el Cambio, pero faltan computar al menos ocho mesas de La Calera, ciudad donde el PJ perdió el municipio hace dos semanas. La necesidad de cuidar la gobernabilidad ya había sido planteada por algunos llaryroristas al pronosticar el comportamiento del interior. Capital va bien, pero hay que pensar en los departamentales, decían, cuando estaba la campaña a mitad de camino y el oficialismo tenia como “peligrosos” los departamentos de Unión y Marcos Juárez (para eso se asoció a los intendentes de Martín Gill, cuyos votos pasaron desapercibidos), el sur-sur y Punilla.

 
Otro foco de alta atención es el Tribunal de Cuentas provincial. En ese tramo, JxC quedó 7.621 votos arriba que el oficialismo pero faltan escrutar el 5% de las urnas. Si la oposicion se queda con el triunfo, Llaryora tendrá que gestionar con dos juecistas paladar negro como mayoría en el organismo contralor: la abogada Fernanda Leiva, socia de estudio del senador, y el histórico contador Beltrán Corbalán. Ambos son irreductiblemente juecistas. Por el PJ quedaría la actual ministra de Coordinación, la schiarettista Silvina Rivero. “Será un gobierno de consenso”, afirman las fuentes consultadas. ¿Será eso lo que quiso decir también Llaryora el domingo, en el bunker del Quórum, cuando habló de la nueva generación que gobernará Córdoba y del espíritu antigrieta que lo anima?

Lo cierto es que en la Legislatura, según den los números finales, puede haber empate Hacemos Unidos-Juntos por Córdoba o bien primacía opositora. En ese escenario, los oficialistas juegan fichas a posibles socios para acercarse al quórum. Un primer fichaje menciona a Federico Alessandri, que encabezó la lista del espacio K Creo en Córdoba y que podría ingresar a la unicameral por la lista de distrito único, concentra las miradas. Es peronista, rompió con el Frente de Todos K, igual que todo el Frente Peronista Cordobés, por el armado de las listas de diputados nacionales, y conoce desde hace años a muchos del entorno del sanfrancisqueño. Agustín Spaccesi, de La Libertad Avanza, es otro que tendrá banca y ya lo anotaron para sumarse al oficialismo llegado al caso. Los radicales y los PRO de la lista de Juntos son todos potenciales aliados, picantea -ironiza- otro, que por ahora rechaza que los dolores de parto que traerá el recambio Schiaretti-Llaryora hagan ruido en la futura banca peronista. Falta mucho para el 10 de diciembre, pero no tanto.

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