Ajuste: Llaryora espera detalles sobre subsidios y teme caída de actividad

Por Bettina Marengo

Martín Llaryora dejó por un momento el raid por el interior con el que debutó como gobernador de Córdoba y partió a Buenos Aires a la cena anual de Adepa (Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas), donde se reunieron pesos pesados de la política, el mundo judicial y los medios del país. Hoy a las 15 horas tiene cita con Guillermo Francos, el ministro del Interior del presidente Javier Milei, quien invitó al cordobés para iniciar la ronda de fotos y reuniones con los gobernadores.  “Lo invitó Francos; si lo hubiera invitado (Luis) Caputo, iríamos a verlo a Caputo”,  dijeron cerca del flamante mandatario ante el comentario de que Milei le quitó a su ministro político el manejo de los fondos discrecionales para dárselos al jefe de la cartera de Economía.

Llaryora no dijo nada en público sobre el paquete de medidas de ajuste que lanzó “Toto” el martes, que es básicamente un ajuste en el gasto público sobre subsidios, empleo y obra pública, y una devaluación para llevar el dólar oficial a 800 pesos. Esta medida, de un momento a otro, duplicó en pesos la deuda de la provincia de Córdoba, que está nominada el 95% en dólares.

“Lo estamos analizando, faltan detalles”, deslizaron las fuentes más cercanas al sanfrancisqueño, que sí utilizó las redes sociales para solidarizarse con su par de Santa Fe, el radical Maximiliano Pullaro, quien fue amenazado de muerte junto a su familia por narcos de la ciudad de Rosario. Más allá del gesto humano y la cercanía política que se vislumbra con el santafesino, el tema linkea con la gran apuesta de Llaryora para este inicio de gestión, la ley de Seguridad Pública y Convivencia Ciudadana que ingresó ayer a la Legislatura. 

Sin embargo, en el Panal admiten preocupación por la caída de  la actividad económica que el propio gobierno admite cuando habla de recesión post ajuste de shock. “No se ven medidas que fomenten la producción”, afirman, con el ojo puesto en la coparticipación y la recaudación propia. A eso se suma la pérdida de fondos coparticipables por la devolución del IVA y la eliminación del impuesto a las Ganancias impulsadas por el exministro Sergio Massa, que seguramente estará en la agenda de Llaryora con Francos.

El futuro de los subsidios al transporte y a los servicios tiene especialmente en estado de incertidumbre a los funcionarios cordobeses. Los cordobesistas hicieron una bandera del reclamo de equidad entre Amba e interior, pero ahora esperan los instrumentos concretos del recorte anunciado. “No hay precisiones”, dijeron. Fuentes del oficialismo entienden que los subsidios al transporte pueden ser eliminados, mientras que los que aplican a la energía, serían limitados. En su mensaje grabado, Caputo habló de “limitar” y en relación al transporte de pasajeros puso énfasis en los que recibe el Amba. “Esto sería una cuestión de estricta justicia que va en el sentido de lo que pedimos”, dijo un dirigente muy cercano a Juan Schiaretti. Ayer, el vocero presidencial Manuel Adorni le puso fecha a los recortes: el 1 de enero comenzarán. Con respecto a otro de los anuncios, la reducción de las transferencias  discrecionales a las provincias, el llaryorismo no se mostró preocupado. “El kirchnerismo no nos dio nada”, señalaron.

Más allá de la cautela, hay acuerdo en el oficialismo sobre la necesidad de reducir el gasto público. Un dirigente muy cercano a Juan Schiaretti destacó que el ex gobernador dijo “durante toda su campaña electoral como presidente” que el principal problema de la economía argentina es el déficit fiscal. Caputo dijo exactamente eso: que el déficit fiscal es la madre de todos los problemas. Ahora, con el ajuste lanzado, la preocupación es el impacto en los sectores productivos no agroexportadores del nuevo dólar y esquema impositivo.

Al interior

No es casual que Llaryora haya comenzado su gestión con presencia en cuatro departamentos distintos de la provincia: San Justo, Río Cuarto, Marcos Juárez y Unión. Casi como una espina clavada, el flamante mandatario busca achicar la distancia con los territorios donde perdió las elecciones del lejano 23 de junio pasado, la mitad “de abajo” de la provincia, resultado que su entorno adjudicó a la falta de conocimiento de la figura del sanfrancisqueño.

Por eso Llaryora estuvo el martes en la ciudad de Marcos Juárez con su flamante e importado ministro de Industria, el exintendente local Pedro Dellarrosa, y también en la ciudad de Bell Ville, cabecera de Unión, donde se movió junto al legislador provincial Abraham Galo, oriundo de esa ciudad, que quedó como único llaryorista puro del bloque de Hacemos Unidos por Córdoba, aunque en esa categoría también podría incluirse al presidente de la bancada oficialista, Miguel Siciliano. 

Galo acompañó al mandatario en Bell Ville, donde anunció la creación de una base de la Fuerza Policial Antinarcotráfico y una fiscalía Antinarcóticos, en el marco de la nueva ley de Sistema Integrado de Seguridad Pública y Convivencia Ciudadana que ingresó ayer a la Legislatura. El anfitrión fue el intendente Juan Manuel Moroni, quien retuvo el gobierno para la UCR de la mano de su antecesor, el hoy legislador Carlos Briner. Llaryora no pudo sumar a Briner en su momento al “partido cordobés” como sí hizo con su vice Myriam Prunotto y otros intendentes. Ahora emerge Galo como el armador de Llaryora en esa zona agrícola y láctea por excelencia, en un departamento donde tiene incidencia, via intendentes propios, el exintendente de Villa María, Martín Gill, ungido como ministro de Cooperativas y Murales del sanfrancisqueño.