Para el Gobierno, el STM “pasó un límite” tras el paro del viernes

Con el primer paro sindical de la era Llamosas, el Sindicato de Trabajadores Municipales insistió con lo salarial y agitó el fantasma de los despidos. La Municipalidad denunció al gremio ante la Justicia por cortar la atención al público en el Centro de Salud y dispensarios. Días claves para la reconciliación.

Río Cuarto 26 de diciembre de 2023 Gabriel Marclé Gabriel Marclé
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El subsecretario de Gobierno, Gastón Maldonado, protagonizó el principal cruce entre la Municipalidad y el Sindicato de

Por Gabriel Marclé

Máxima tensión -y en el peor momento posible- entre la Municipalidad de Río Cuarto y el Sindicato de Trabajadores Municipales. Tras lo reportado por Alfil a fines de la semana pasada, el gremio local -también denominado SUOEM- llevó a cabo el primer paro en siete años y medio de la gestión a cargo de Juan Manuel Llamosas, un hito que claramente no pasaría desapercibido por la agenda política. Más allá de la medida de fuerza del viernes y de la imposibilidad del Gobierno para frenar el conflicto, se dio una sucesión de episodios que marcan una ruptura sinigual en la relación entre el gremio y la patronal. Acusaciones por futuros despidos, denuncias judiciales y cruces entre dirigentes, estuvieron todos los condimentos para darle picante a esta situación que llegó a su punto máximo de tensión justo en el cierre de año.

El paro empezó a cocinarse a comienzos de la semana pasada, por un pedido específico del STM que apuntó a “no perder poder adquisitivo frente a la inflación”. Ante la falta de respuestas, alentaron el fantasma de los despidos por una diferencia de varios contratos menos que figuraban en el proyecto de Presupuesto 2024. Esto generó una situación tensa que terminó de estallar el viernes, cuando la medida de fuerza estaba en pleno desarrollo. Fue el Gobierno de Río Cuarto el que contratacó: presentó una denuncia judicial contra el gremio “por impedir que los vecinos reciban atención médica en el centro de salud”. Desde ahí, todo fue a peor.

Fue el subsecretario de Gobierno y Comunicación, Gastón Maldonado, quien salió a hacer pública la denuncia contra el SUOEM. “Detectamos que entraron trabajadores a desalojar la sala de espera del Centro de Salud Municipal. En algunos dispensarios, cerraron las puertas y cortaron la atención”, expresó el funcionario el día viernes. La respuesta del gremio no tardó en llegar y desmintieron lo sucedido, aunque la contundencia de los hechos denunciados por el municipio habría sido mayor: añadieron que los trabajadores de paro utilizaron vehículos oficiales para bloquear el funcionamiento del Estado. “Somos respetuosos de la protesta gremial, pero no se puede avanzar sobre el derecho de los vecinos. Pasaron un límite”, añadió el subsecretario de Gobierno.

Esta situación derivó en declaraciones cruzadas. “Soy peronista, todos lo saben. Hay que ver donde se rompió el elástico del calzoncillo ideológico de (Gastón) Maldonado, quien se puso en contra de los trabajadores”, lanzó la titular del SOUEM-RC, Jorgelina Fernández, en declaraciones al programa poster central. “(Jorgelina) Fernández no es quién para pasar el filtro ideológico de nadie. Deben saber que no son dueños del Estado municipal”, le respondió el funcionario de Juan Manuel Llamosas.

El día previo a Nochebuena, el diálogo entre las partes estaba completamente roto y solo quedaba esperar que pase la Navidad para reacomodar el tablero. Si bien el Sindicato no obtuvo una respuesta rápida, desde el Ejecutivo plantearon que la reacción fue desmedida y que el paro “fue político, no sindical”.

A los responsables de sostener el orden político de la gestión les hizo ruido que el Sindicato decretara el paro de recibir una respuesta respecto al pedido de reunión que solicitaron ese mismo día. Una de las gotas que rebalsó el vaso tuvo que ver con las expresiones alarmistas del Sindicato que comenzó a hablar de despidos por una diferencia en el número de contratados que figuraba en el proyecto de Presupuesto 2024. En el Ejecutivo aclararon que se trató de un “error de tipeo” en el proyecto inicial y que “hacía diez días que lo sabían” en el Sindicato, pero aun así lo utilizaron para argumentar que el Gobierno echaría gente en un momento de extrema sensibilidad. Esta situación y el episodio del Centro de Salud hicieron que desde el Gobierno advirtieran sobre la “mala voluntad” del gremio comandado por Fernández.

Lo cierto es que por primera vez bajo el comando de Llamosas, la patronal y el sindicato chocaron de tal manera que la recomposición del vínculo está en duda, algo similar a lo que se ha visto en Córdoba capital con Rubén Daniele y Martín Llaryora. Hay quienes sugieren que la actitud del SUOEM local “cambió mucho” tras el acercamiento con el sindicalista capitalino, quien, a horas del paro, lanzó un comunicado apoyando la medida de fuerza en Río Cuarto. El diálogo está cortado, pero esperan recuperarlo en los próximos días. El secretario de Gobierno, Guillermo De Rivas, actor central en anteriores discusiones con el gremio, permanece aislado del conflicto. Llamosas resguarda a su potencial sucesor.

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