El gobernador cuida capital cordobesista y cerró filas con ruralistas nacionales

Por Bettina Marengo

Antes de regresar a Córdoba luego de su intervención en la rosca de la ley Ómnibus y la reunión con sus pares “dialoguistas” en el CFI, y el gobernador Martín Llaryora tuvo su primera reunión con lo más granado del bloque agroexportador a nivel nacional, un sector al que Hacemos Coalición Federal logró proteger del aumento de las retenciones previstas en el proyecto del presidente Javier Milei. 

El cordobés se sentó con la Mesa de Enlace en una cita organizada por la entidad donde también estuvieron el mandatario de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, del PRO, y la vicegobernadora de Santa Fe, Gisela Scaglia, en representación de Maximiliano Pullaro. De lado de los agrarios estuvieron, entre otros, el titular de la Federación Agraria Argentina (FAA), Carlos Achetoni, junto a su par de la Sociedad Rural (SRA), Nicolás Pino, de Confederaciones Rurales (CRA), Carlos Castagnani y el vicepresidente de Coninagro, Marcelo Federici. Más allá de la conversa sobre recursos e impuestos, la reunión fue una parada de alto interés político para el jefe del Panal. El  roce con los capitostes del agro es central en su estrategia local y sus planes de proyección nacional,  con una Córdoba cuyo electorado se identifica fuertemente con el sector, y en el marco de una relación política todavía a construir por parte del sanfrancisqueño con el interior productivo provincial. 

Para los empresarios del agro se trató, además de plantear su agenda corporativa vinculada a derechos de exportación, ley de semillas e impuestos provinciales, de un encuentro de “construcción de confianza” con la figura de Llaryora, a quien tamizan con la imagen que atesoran del exmandatario Juan Schiaretti, un aliado histórico del “campo”. De hecho, una fuente del grupo de los anfitriones marcó una cierta mayor sintonía con el entrerriano Frigerio, a quien conocen de sus tiempos de ministro del Interior de Mauricio Macri, cuando fue el negociador del pacto fiscal que impedía a las provincias aumentar el impuesto a los Ingresos Brutos, el cuco de los productores luego de las retenciones. De ese tema se habló en la sede de la Federación Agraria en la Ciudad de Buenos Aires. La Comisión de Enlace abrió el paraguas antes las necesidades recaudatorias de los gobiernos distritales y reclamó a los mandatarios de la Región Centro que, con el chorro disminuido de la coparticipación federal y el reparto parcial del impuesto Pais en el freezer por orden de Milei, no se les ocurra mirar al campo para incrementar la presión tributaria sobre el sector. La respuesta los dejó conformes a medias. “Nunca hay certezas sobre esto. Dijeron que comprendían la situación, sobre todo Frigerio, que recuerda el compromiso del Pacto Fiscal de bajar Ingresos Brutos, aunque luego ninguno los bajó”, comentó una fuente que compartió la conversación. 

Lo que sigue es una reunión con la Mesa de Enlace a nivel provincial con las autoridades cordobesas, donde hay fluidez de relaciones cultivada por el ministro de Agricultura Sergio Busso, al que Llaryora mantuvo en ese cargo justamente a pedido de los dirigentes del sector.

El grueso de la charla fue sobre la coincidencia de los tres gobernadores con la posición de la Mesa de Enlace en relación a las retenciones inicialmente contempladas en la ley que ayer comenzó a debatirse en la Cámara de Diputados. Recordemos que Llaryora dijo de entrada que los diputados que le responden no iban a votar subas al gravamen, lo que irritó las relaciones con la Casa Rosada y derivó en el quite del capítulo fiscal de la ley ómnibus, aunque habrá que ver cómo queda el texto final de la meganormativa. Lo que que había quedado firme era que las economías regionales queden exentas de retenciones, mientras que el resto pasará a pagar 15% , salvo salvo la soja y sus derivados, que tributarán 33%.