Más sombras que luces de una época

La serie documental “Menem Junior: La muerte del hijo del presidente”, estrenada este mes por la plataforma Max, provee de un acercamiento profundo a esa gestión presidencial que se inició envuelta en una espiral hiperinflacionaria y que finalizó con un estancamiento económico fatal.

Cultura 25 de marzo de 2024 J.C. Maraddón J.C. Maraddón
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J.C. Maraddón

En la memoria popular, los años noventa en la Argentina perduran en el recuerdo como el tiempo de la pizza con champán, del desembarco de la elite de las modelos como paradigmas de belleza y buen vivir, de la difusión de la música bailantera sin distinción de clases y del auge consumista asimilado al uno a uno de la convertibilidad. Tanto para quienes atravesaron aquellos años como para los que los conocen de oídas porque no habían nacido o eran muy pequeños entonces, el periodo representa el colmo de lo frívolo, en medio de un plan económico que culminó en recesión y estallido social.

Por supuesto, quien aparece como abanderado de esa ostentación bizarra es el presidente que gobernó entre 1989 y 1999, Carlos Saúl Menem, un personaje que arribó al poder desde los márgenes pero que en muy poco tiempo se ganó la simpatía de esa aristocracia que al principio lo miraba con recelo. Oriundo de La Rioja y con ínfulas de caudillo federal, muy pronto se reveló como un aliado de la clase dominante, que le permitió acceder un estatus de privilegio como si fuera uno de sus pares, con tal de que tomara las medidas de gobierno apropiadas.

Menem figuraba así como miembro de la farándula, codeándose con ricos y famosos, en tanto con su actitud fomentaba ese espíritu diletante que dominaba el panorama, como un modelo a imitar que alentaba a que todos pudieran salir del anonimato y pasar al frente como lo hizo él. Al impregnar a su época de ese cariz, consiguió que muchos rememoren esa etapa como un interregno virtuoso, en el que había fiestas por doquier y la sociedad se permitía lujos insospechados, al amparo un tipo de cambio que equiparaba el peso al dólar y que con eso supuestamente nos catapultaba al Primer Mundo.

Por detrás de esa fachada, sin embargo, oscuras cuestiones sembraban de denuncias la gestión menemista, con protestas a lo largo y ancho del país por parte de aquellos que habían quedado afuera del jolgorio. Además, los vaivenes de la política exterior y la corruptela oficial pusieron al país en la mira de acciones internacionales que trajeron como consecuencia dos atentados contra objetivos israelíes y causas por tráfico de amas cuyas responsabilidades nunca quedaron del todo claras. Es muy fuerte el contraste entre estos aspectos sombríos y esa imagen de fasto y opulencia que emanaba de la prensa que seguía la actividad de la dirigencia política.

La serie documental “Menem Junior: La muerte del hijo del presidente”, estrenada este mes por la plataforma Max (ex HBO), provee de un acercamiento mucho menos epidérmico a esa gestión presidencial que se inició envuelta en una espiral hiperinflacionaria y que finalizó con un estancamiento económico fatal. Esta producción de Anima Films, dirigida por Anahí Berneri y Sergio Wolf y escrita por Valeria Groisman, Pablo Plotkin e Ignacio Luccisano, tiene la virtud de mezclar todos los componentes del contexto de esos años, en tanto procura desentrañar por qué el helicóptero por Carlos Menem Jr se estrelló el 15 de marzo de 1995 cerca de San Nicolás.

En la reconstrucción que realiza de los hechos, esta tira de cuatro episodios pinta un minucioso cuadro en el que la vida disipada del vástago presidencial (y de toda su familia) se trastoca con este episodio trágico que convierte a la madre, Zulema Yoma, en la principal promotora de una pesquisa profunda. Al explorar todas y cada una de las hipótesis del caso, el documental ofrece un pormenorizado recuento de lo que fue ese decenio, con las luces pero sobre todo las sombras de un lapso singular.

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