Financiamiento universitario: por acción u omisión, Llaryora quedó en offside
Las versiones detrás de la ausencia de Alejandra Torres. El aporte cordobesista a la estrategia del oficialismo nacional.
El senador nacional fue a fondo con su crítica y dijo que “el inútil no va a aprender”. El ministro de Seguridad es uno de los blancos que eligió la oposición, aun así, ayer logró un fuerte respaldo de la ministra de Milei.
Provincial10 de septiembre de 2024Yanina SoriaPor Yanina Soria
Cuando Juan Pablo Quinteros decidió darle un giro abrupto a su carrera política y allá por noviembre del 2023 se sacó el traje de férreo opositor al peronismo provincial (que usó por dos décadas) para calzarse el del Partido Cordobés, sabía a lo que se enfrentaba.
Aceptando conducir el ministerio de Seguridad que le ofreció el por entonces gobernador electo Martín Llaryora, el capitalino se compró todos los boletos para convertirse rápidamente uno de los blancos de la oposición. Paradójicamente, esa misma de la que formó parte hasta entonces y que encontró en las últimas horas una fuerte crítica del senador Luis Juez; pero también un contundente respaldo, el de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.
Aun así, sabiendo que sería blanco de críticas, el excandidato a intendente que dijo que fue convocado por el sucesor de Juan Schiaretti justamente por su propuesta en materia de seguridad para la ciudad, aceptó el desafío y pasó a jugar parado en el otro lado del mostrador.
Desde entonces, a las miradas celosas, aunque controladas que su nombramiento provocó dentro de la propia estructura oficialista, se le sumaron las ácidas críticas de una oposición dispuesta a contarle las costillas. En parte porque la brasa caliente que agarró es, en definitiva, el talón de Aquiles para cualquier gobierno y un blanco “obvio” donde pegar; pero también porque en esa valoración negativa que hacen de su gestión va una cuota de reproche por haber saltado a la vereda del cordobesismo.
En esa línea, era de esperar que, con el último escándalo que involucró a las más altas esferas de la Policía de Córdoba y pegó en el corazón del poder político provincial, el Interbloque de Juntos por el Cambio le pidiera la renuncia a su cargo.
A su entender, el espacio que hoy congrega a radicales, juecistas, legisladores del PRO y la ex Coalición Cívica, fueron demasiados y muy graves los hechos de corrupción que, en esto meses, salpicaron a las fuerzas de seguridad como para hablar de casos aislados y no de un problema estructural con claras responsabilidades políticas.
Como el tema fue planteado en el ámbito legislativo, la respuesta llegó de la bancada oficialista de Hacemos Unidos por Córdoba que, una vez más, por orden del Panal, tuvo que salir “a bancar los trapos”. El objetivo era cortar allí el asunto. De hecho, más allá de las declaraciones del propio ministro, nadie dijo más nada. Al menos hasta ahora. Pues, Llaryora ya demostró que blindará a sus ministros del fuego opositor (lo hizo antes con Martin Gill) y que lejos está de regalarle el escenario que esperan.
Por su lado, hábilmente, Quinteros ha podido surfear grandes olas capitalizándose políticamente, una ecuación que se da porque cuenta con el respaldo y el sostenimiento del mandamás del espacio. Además, en estos meses de gestión pegó fina sintonía con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, incluso, aun en los momentos de mayor tensión de la Provincia con la Rosada.
Ayer, quien salió a pedir la cabeza de Quinteros fue un viejo conocido del funcionario provincial: el senador Juez con quien fundaron allá por el 2003 el Partido Nuevo.
Sin darle ninguna concesión, el parlamentario fue durísimo con el ministro. Lo trató de incapaz y de inútil al considerar que debería dar un paso al costado.
“No tengo nada contra Juan Pablo, pero esto es un papelón. Cada uno elige su precio, algunos se venden por nada, yo no tengo problemas, que haga lo que quiera. Pero la mitad de la cúpula de la Policía está presa, el 100 por ciento de la cúpula del Servicio Penitenciario, preso ¿y no va a haber ninguna explicación? ¿Vos crees que esto es solamente un problema de la oposición y no tiene que ver con el sistema?”, arrancó diciendo en el programa Poné Primera, del canal de streaming Chingón.
Luego, el líder del Frente Cívico que quedó a tres puntos de Llaryora en la compulsa provincial y que hoy se para como el principal opositor al gobierno, disparó aún en términos más duro.
“Algunos dirigentes con los he hablado en estos últimos 15 días te dicen: ‘mientras ustedes pidan la renuncia de Quinteros, no se va a ir, el gobernador lo va a sostener´. Maestro, nosotros te pedimos la renuncia, si querés tenerlo, tenelo. De ultima nos va a dar todas las semanas un tema para hablar porque claramente el inútil no va a aprender, no tiene ganas…”, señaló para luego ir al punto central de su planteo.
“No tengo ninguna duda que Quinteros tiene que renunciar. No tengo ninguna duda porque ha demostrado una incapacidad manifiesta. Hay incapaces en todos lados, pero en un tema tan delicado como la seguridad, es de una gravedad enorme. Yo no sé si toman debida dimensión de lo que estamos viviendo”.
Desde el Panal ya avisaron que contestarán con gestión, aunque lo relevante llegó en horas de la tarde con el respaldo de Bullrich al ministro de Llaryora. En un video conjunto, los dos titulares de la cartera de seguridad, tanto en Nación como en Provincia, compartieron un comunicado con tres ejes y en el que arrancó hablando la ministra de Javier Milei.
“Tengo tres buenas noticias para Córdoba”, comenzó Bullrich y agregó: “llega la Prefectura a toda la zona de Embalse, llega el Citre, el centro de inteligencia criminal y el 23 voy a estar allá con todo el ministerio de Seguridad de Córdoba y el país. En el Consejo Federal de Seguridad para presentar una ley contra las barras y contra la violencia en el fútbol”.
Lo último es con una alusión a lo que sucedió hace unos meses y el operativo conjunto entre Nación y Provincia para impedirle el ingreso al Kempes a la barra de Boca. Con lo cual, el guiño a Quinteros, en medio de las críticas de la oposición cordobesa, fue contundente.
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El Presidente logró una victoria legislativa clave por el veto al financiamiento universitario y encontró al líder del PRO en modo aliado. Ahora resta saber qué pide Macri. La expresidenta, por su parte, decidió ponerse el traje de líder de la oposición y así, el medio se achica cada vez más.
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Hecho histórico hermanamiento cultural entre Cosquín y Japón.
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