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La balanza comercial de este año tendrá superávit récord
Está estimado en unos US$18.000 millones de dólares. Crecen 36% las operaciones vinculadas al campo y 26% las industriales. Energía y petróleo empujan fuerte.
Nacional04 de noviembre de 2024Redacción AlfilLa Argentina es una economía con escaso flujo de dólares receptivo. Con bajos ingresos de dólares por inversión extranjera directa, salida crónica de capitales por movimientos financieros, egreso regular de divisas por envío de utilidades de empresas multinacionales, mínima cantidad de empresas multinacionales argentinas enviando utilidades desde el exterior y crónicos déficits en la balanza de servicios; la balanza comercial de bienes (lo que se conoce usualmente como “balanza comercial”) es el principal recurso de acceso de dólares para la economía argentina.
Marcelo Elizondo, titular de la consultora DNI, señala que por eso la Argentina suele tener serias dificultades cuando acumula déficits en sus balanzas comerciales (tal el caso del reciente año 2023). A esta estatura del año -después de un 2023 muy deficitario con un resultado negativo en casi 7.000 millones de dólares- ya se proyecta que el país logrará un superávit en la balanza comercial “tan holgado, medido nominalmente y en dólares corrientes, como jamás en la historia. Estaremos (nominalmente), en esta materia, ante un ejercicio récord”. Serán unos 18.000 millones de dólares.
El fenómeno se basa en diversos motivos. En primer lugar, las exportaciones se recuperan en lo trascurrido del año en curso (suben alrededor de 15%) en base a tres grandes razones: la mejora climática post sequía que permite mayores exportaciones de origen agropecuario (36% de alza en Manufacturas de Origen Agropecuario (MOAs) y 24% de suba en PP), la recuperación de las exportaciones de Manufacturas de Origen Industrial (MOIs) (26%) y el relevante crecimiento de exportaciones de energía y petróleo (12%).
En segundo lugar, las importaciones caen inusitadamente (baja de 24%) en el año por tres razones: en primer lugar hubo una devaluación que en el inicio del año las encareció, en segundo lugar hubo diferimientos impuestos por regulaciones del BCRA y en tercer lugar la recesión debida al ajuste macroeconómico debilitó la demanda.
Dsde el punto de vista cambiario, lo referido es muy útil para una necesidad puntual del país este año: contar con ingreso neto de divisas (por el estado en el que se encontró al stock de reservas del BCRA, la necesidad de cubrir obligaciones -públicas y privadas- en el exterior y el requisito de conceder buena previsibilidad cambiaria para producir reformas (algunas ya ejecutadas y otras pendientes).
Sin embargo, Elizondo advierte que -más allá de la perspectiva estrictamente cambiaria (prioridad 2024)- para la salud de la economía debe preverse para el futuro cercano una mejor performance exportadora (Argentina debería duplicarlas medidas en dólares en relación al último resultado anual -2023- para tener números que sean acordes a la dimensión de su PBI comparándolo con el promedio mundial) y especialmente debe multiplicarse (aún más que duplicase) las importaciones para mejorar la competencia, lograr acoplamiento tecnológico internacional, mejorar la tasa de inversión e incrementar la competitividad productiva.
Enfatiza que la tasa de apertura (que se calcula sumando exportaciones más importaciones y relacionándolas con el PBI medido en dólares) en la Argentina fue en el último registro anual (2023) la tercera menor del mundo según los informes del Banco Mundial: el ratio en Argentina dio apenas un 27% (en Latinoamérica fue 49% y en el mundo 63%).
“Por lo que lo esperable, luego de la emergencia (cambiaria), es lograr más comercio internacional en general, más exportaciones y más importaciones en relación a lo previsto en el proyecto de Presupuesto. Debe considerarse, por su parte, que el saldo de la balanza comercial de bienes siempre se choca con crónicos y persistentes déficits de la de servicios (la que, sin excepción, da saldos negativos año a año y también lo dará en 2024)”, añade.
Es -a priori y con números muy preliminares- proyectable un déficit de la balanza comercial de servicios en 2024 de 4.950 millones de dólares (el déficit de 2023 fue de 6.416 millones de dólares). Por último y sin perjuicio de lo anterior, debe decirse, en una mirada de mayor plazo, que -desde la perspectiva productiva- lo más importante será tener un intercambio comercial general -bienes más servicios, compras más ventas robusto (que en Argentina debería ser del doble que el del resultado del último ejercicio, el de 2023), aun sin un superávit tan generoso.
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En contraste, el 36% que opina que no las cubrió reclama, especialmente, que no bajaron los derechos de exportación, un tema central para el sector agropecuario.
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