
Una UCR revitalizada por su rol en la principal coalición opositora tiene que definir cómo se ve dentro de la misma y cuánto tiene para poner para un triunfo presidencial
En el llaryorismo y el schiarettismo coinciden en que la estrategia nacional la decide el actual gobernador incluso de cara a una segunda vuelta electoral. Descartan acercamiento a Massa. La libido del funcionariado y militancia del peronismo cordobés y el telón de fondo de las expectativas del PJ provincial.
Provincial 26 de julio de 2023Por Bettina Marengo
En el entorno de Martín Llaryora se muestran sorprendidos por el alcance mediático y político que tuvo el discurso del gobernador electo la noche del domingo 23 de julio, cuando salió a festejar junto a la plana mayor del PJ provincial y capitalino la trabajada victoria de Daniel Passerini en la ciudad de Córdoba.
Aseguran que Llaryora dijo exactamente lo que pensó: que hay enormes asimetrías en los fondos asignados al interior y a Caba en materia de justicia y seguridad, y que el desequilibrio beneficia al AMBA completo -incluye conurbano Buenos Aires- cuando se trata de transporte y energía. “El resto es construcción comunicacional. Lo que manifestó es lo mismo que piensa Schiaretti”, aseguran, aunque es obvio que el todavía jefe del Panal cuida más la relación con los “pituquitos de Recoleta” con los que no descarta aliarse luego de la primera vuelta del 22 de agosto.
No importa, afirman los llaryoristas. Lo central, dicen, es que la estrategia nacional la define Schiaretti y eso no tendrá modificaciones hasta que finalice el año electoral, incluso en el caso de segunda vuelta en noviembre. Más allá de las especulaciones que surgieron tras el eufórico mensaje del Quórum por los matices generacionales y menos antikirchneristas que detectaron en Unión por la Patria (comentan que el discurso le gustó hasta a Cristina Kirchner y fue evidente que actuó como adrenalina progre-peronista en la militancia y el funcionariado presente esa noche, que incluso cantó con ganas la marcha peronista), el sanfrancisqueño se mantendrá bajo la conducción del actual gobernador en lo que hace a la escena nacional. Esto es: oficialmente, el PJ y Hacemos Unidos por Córdoba jugarán en las PASO y en primera vuelta con la fórmula Schiaretti- Florencio Randazzo, y en la eventual segunda vuelta respetará la decisión que tome el mandatario.
Si es abstención, es abstención, aseguran. ¿Y si Schiaretti juega con Juntos por el Cambio, abiertamente o no? En ese caso, podrá ser más o menos tibio el acatamiento y la militancia, pero no será en contra de lo que el hoy precandidato presidencial ordene, recalcan.
La pregunta siguiente es si el oficialismo provincial, finalizado el juego electoral de Schiaretti, puede jugar en dos canastas, un sector con Juntos por el Cambio, sobre todo si el que pasa es Horacio Rodríguez Larreta, y otro con Sergio Massa, el hombre del PJ nacional/cristinismo. Esa fue la táctica en 2003 de José Manuel de la Sota, que estuvo con Carlos Menem, con quien tenía un acuerdo que le allanó la llegada a la gobernación en 1999, pero habilitó a un sector a trabajar para la candidatura de Néstor Kirchner, todo dentro del PJ.
Negativo, dijo la fuente, de diálogo muy regular con el gobernador electo, para quien el saliente podrá finalizar en agosto su juego electoral como candidato en lista, pero no su juego político en la trama nacional. No habrá dos canastas, y en esto coinciden llaryoristas con schiarettistas de fuste. El éxito del cordobesismo es su distancia con el PJ nacional/cristinismo, y Natalia de la Sota, blanquean ahora, no fue vice de Llaryora por su video con Alberto Fernández. La diputada hoy dice que no va a estar en ningún lugar en contra de Schiaretti, pero que se reserva su decisión en las segunda vuelta porque su límite “es Macri”.
En el schiarettismo explicitan el intercambio de lealtades. El “Gringo” acompañó el trasvasamiento generacional en favor de Llaryora y éste juega en línea con el gobernador en la estrategia presidencial.
Esto, más allá de que se sepa que muchos dirigentes, intendentes y legisladores del PJ van a trabajar por la candidatura de Massa, como este espacio viene cronicando desde hace semanas, con el intendente de Villa María, Martin Gill y el de Leones, Fabián Francioni, a la cabeza. “Sabemos que muchos están con Massa, incluso ya avisaron, y es parte de lo que es, y no hay problemas”, indican en la mesa chica del todavía intendente capitalino, donde entienden que Gill, por caso, fue funcionario nacional hasta no hace mucho y es “natural” que tenga un compromiso con el precandidato de UxP que la semana próxima hará su primer desembarco en Córdoba. El concepto de fuga controlada quizás esté minimizando la ostensible libido anti amarilla, camuflada de anti pituquitos ahora ahora, que hay en el peronismo cordobés, a la que Schiaretti posiblemente no pueda saciar.
El telón de fondo de la estrategia schiarettista/llaryorista es la idea de que el peronismo cordobés va a ser protagonista de la reconstrucción de un peronismo nacional al que al menos el gobernador saliente ve derrotado y con el kirchnerismo convertido en mínima expresión. “Vamos a ser la única provincia entre las importantes que quede con signo peronista. Si nosotros no recogemos el guante para la reconstrucción y reconducción de un peronismo que va a quedar en diciembre tirado por el suelo, estaríamos locos. Ese es el sentido más importante que tenemos desde el punto de vista estratégico, la reconstrucción del peronismo pero sin Massa, porque Massa pasó la raya y hoy representa lo peor del kirchnerismo”, afirman cerca del precandidato presidencial, que cumplió su segundo día de gira extraprovincial, ayer por Rosario y el lunes por CABA en la Rural de Palermo. Desde el punto de vista de Llaryora, hay ademas una lógica pragmática. ¿Por qué se movería de la foto, cuando recién acaba de ganar la provincia y ubicar a su candidato en la Capital, está rodeado de triunfos no peronistas que se repetirán en otras provincias, y todo el escenario nacional es incertidumbre? se preguntan sin esperar respuesta, las fuentes cercanas al hombre de San Justo, y aseguran que esperarán la foto del 10 de diciembre para empezar a definir lo que viene.
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Daniel Passerini y la diputada Natalia de la Sota confirmaron participación en l a misa que el cura Oberlin celebrará hoy en Muller. También irán el Movimiento Evita, Barrios de Pie, referentes de la CTA y la CGT.
Hay tres grupos que aguardan que pasen las elecciones nacionales para presentar los papeles que les permitan el juego provincial en el 2024
Daniele prometió (por enésima vez) que ahora sí va “por todo”. Todavía no incomoda. Al margen de las consignas arrojadas, la verdadera pelea es por contratos.
Mestre, en comedores y merenderos . Se viene Alquileres. Activa el PJ del sudeste. El VAR de Di Cola.
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