La nueva estrella de la urbanidad

J.C. Maraddón

Hubo en algún momento la tendencia a pensar que el rock argentino tenía la supremacía del género en el mundo hispano y que los cultores locales de ese formato musical eran los pioneros y a la vez la vanguardia del estilo en este continente y en España. Ese error, motivado por un chauvinismo a toda prueba, quedó en evidencia cuando la globalización nos puso en conocimiento de las historias rockeras del resto de Latinoamérica y de la propia Península Ibérica, lugares todos donde hubo movimientos autóctonos de real valía que fueron contemporáneos o incluso antecesores con respecto a los nuestros.

El mismo error podría estar sucediendo en la actualidad con los denominados ritmos urbanos, que si bien tienen un origen híbrido que podría ser escenificado en la región caribeña, han encontrado en estas latitudes una repercusión que se refleja en la cantidad de exponentes a los que ha catapultado. Y si tenemos en cuenta que varios de ellos han extendido su fama hacia otras regiones y hasta han sido aclamados en el mercado angloparlante, corremos el riesgo de volver a creernos el ombligo del planeta y de suponer que aquí contamos con los mejores y que no hay sitio que se nos compare.

No hace mucho espiábamos desde esta columna el ascenso a la fama del mexicano Peso Pluma y ahora cabe presentar otro representante foráneo de esa tendencia sonora que prolonga su reinado desde hace ya unos años y que es prolífica en cantantes que se expresan en castellano. En sus balances de 2023, la prensa española ha sido casi unánime en considerar al disco debut “SUPERNOVA” del músico Ralphie Choo como el mejor del álbum del año editado en aquel país, lo que obliga a tomarse en serio la propuesta de este artista que cuenta con jóvenes 24 años.

De su contexto generacional da cuenta el origen de su nombre artístico, ya que está tomado de un personaje de “Los Simpson”, Ralph Wigum, quien en un episodio le regala a Lisa una tarjeta de San Valentín en la que dice “I Choo Choo Choose You”. Pero esa no es su única marca en el orillo: también reporta una evolución típica de esta camada de intérpretes, que lo llevó desde sus primeras grabaciones caseras subidas a las redes sociales, a firmar un contrato con Warner Music para entrar de lleno al negocio discográfico con temas que gozaron de muy alta rotación.

Algo tuvo que ver en esa veloz escalada la ayuda que le brindó Rosalía, tal vez la primera estrella global hispana dentro de esta corriente, que ha tenido en Estados Unidos una penetración inusual. Que ella haya realizado en su perfil de Instagram un posteo con el tema “VOYCONTODO” de Ralphie Choo, fue interpretado como un guiño directo a la obra de este muchacho que a partir de eso también empezó a cosechar reproducciones del público estadounidense y que se ha ganado los elogios de exigentes críticos que lo han destacado como uno de las revelaciones que dejó el año pasado.

Trap, música clásica, flamenco y baladas se intersecan en el repertorio de este cantante que, pese a haber confesado su predilección por el libro “Juan Salvador Gaviota”, no llega a caer en la cursilería y se aviene a merodear lo bizarro como otros de los que triunfan por estos días. Como emergente de un colectivo artístico madrileño llamado Rusia IDK, Raplhie Choo no se avergüenza de mixturar cosas que en apariencia son incompatibles, pero que al oído parecen funcionar muy bien, como lo ha probado la misma Rosalía, madrina musical de este nombre nuevo que seduce a quien le preste oídos.