El municipio de Cosquín y la ciudad balnearia de Rocha Uruguay firman convenio de hermanamiento cultural, turístico y ambiental
En un paso significativo hacia la cooperación internacional
Flamantes tecnologías culturales, el desdén por el teatro criollo y las nuevas industrias de la Córdoba fabril dan un panorama del segundo escalón del siglo XX.
Cultura02 de octubre de 2023Víctor RamésPor Víctor Ramés
Para empezar por una novedad tecnológica que impactaba directamente como temprana industria del entretenimiento, vale señalar un aviso destacado en el diario La Libertad del 7 de enero de 1902:
“El Teatro en Casa
Con los Nuevos Grafófonos que cantan y hablan tan alto como la voz humana.
Desde 20 $ Moneda Nacional
Con Cilindros
Enrique Lepage y Cía.
835 Calle Bolívar – Buenos Aires
Surtido de 15.000 cilindros Gratis – Catálogo Ilustrado.”
Claro es que la estrategia publicitaria tomaba al teatro como metáfora, en base a los cilindros que traía el producto y que contenían no solo músicas, sino también un surtido de relatos y monólogos de humor, como parte del catálogo. Ningún grafófono tendría, por supuesto, el poder de borrar la actividad de las salas de la ciudad durante la temporada lírica y dramática, o la que propiciaban espacios menos elegantes, como podía ser la pista de un circo.
Precisamente, en lo que va del circo a la sala teatral, llegaba a Córdoba a mediados de ese mismo enero de 1902, una oferta escénica que levantaba polémica entre diarios, que estaba presente en la sociedad misma, trazando una línea bastante nítida entre lo “popular” y lo “elegante”. Reflejaba el asunto el diario La Libertad, el 13 de enero, bajo el título “Dramas criollos”. La publicación salía en defensa de ese nuevo formato surgido hacia fines de los años ochenta del siglo anterior, en el seno del circo criollo, y que adquirió rango de un teatro popular que ya había formado un nuevo público. Denunciaba La Libertad la reacción de un colega ubicado en otra franja de la mentalidad local: “Con motivo de un suelto que publicó este diario sobre representaciones criollas, un colega local ha encontrado materia para hacer no una crítica de arte, sino una crónica oficial, un rezongo policial.”
Luego señalaba sin ambigüedades, sobre el autor de la nota del diario rival, “que el desconocimiento absoluto de los rasgos típicos que caracterizan una modalidad de nuestra vida nacional ha influido en el espíritu del escritor, para determinarle a llamar compadrito a Moreira y pernicioso al drama criollo”. La Libertad denuncia una especie de conspiración contra el drama criollo por parte de “mestizos mal criados y extranjeros colados”, quienes “hicieron lo mismo en la prensa bonaerense y montevideana, cuando en el picadero de los circos apareció la noble y elevada figura del gaucho por primera vez”.
Y para dar vuelta el asunto, agregaba nuestro periodista del diario radical unas punzantes alusiones cordobesas: “La pulpería!... el alcohol!... En la culta Córdoba sabe el diario aludido que esa institución patentada, tiene una sucursal cada diez metros de acera: ¡y hacen más daño que las de los dramas criollos!... ¿Y de qué van a vivir la Policía y la Alta Justicia si se suprime esa escuela del crimen? ¿Dónde se reclutaría el elemento electoral incondicional?” Y prolongaba el tono sarcástico: “El alcohol lleva los infelices a los atrios con un voto cualquiera en la mano; lo hemos visto hace poco en nuestra Catedral. El alcohol da una renta colosal al Gobierno, (13 millones y medio de pesos), la mayor concebible. Y con alcohol se llevan al banquillo a los que, como Luna y Cuello, no tiene la justicia valor para juzgar, ni humanidad para reformar. ¡El alcohol es una respetable entidad oficial!”
La referencia a Pastor Luna y Juan Cuello remitía a otros dos personajes gauchescos de las obras de Eduardo Gutiérrez, autor del Juan Moreira.
Cambiando de ángulo, también informaba La Libertad en 1902 sobre tres nuevas industrias que se habían sumado a la modernización productiva en la ciudad de Córdoba. En sucesivas notas el periódico relataba visitas a tres establecimientos, bajo el título de una sección especial: “Córdoba Fabril”.
Así, la primera visita es a la Fábrica de fósforos “La Lira” de Urtubey Sagales y Cía, “situada en el extremo Sud de la calle Exposición, a una cuadra justa del Paseo Sobremonte. Su edificio lo componen cuatro cuerpos, planta alta y baja, con bastante y regular ventilación. Sus condiciones higiénicas no son malas en general.” Se consigna que “esta fábrica puede producir más de mil gruesas de cajillas por día. Cuenta con dos motores, uno eléctrico y otro a vapor, el segundo con objeto de suplir al primero, en el caso en que legue a faltar la fuerza motriz. Tiene un taller mecánico bien instalado donde se construyen las piezas de repuesto y para compostura y arreglo de las máquinas; una caldera, destinada a proveer de vapor a las disoluciones de estearina, etc., un mezclador y preparador mecánico del fósforo vivo.”
La segunda instalación referida era la “Fábrica a vapor de calzados de los sucesores de Farga Hnos” así descripta:
“En casi todos los talleres visitados notamos nuevas máquinas último modelo que funcionan con dos fuerzas, la eléctrica y la de vapor, que agita a los múltiples engranajes con fuerza de 20 caballos. Cada año aumenta el número de talleres, abre departamentos altos y bajos, acrecienta la falange de los operarios y habilita nuevas sucursales en ésta y en las demás provincias.” Allí se ve “una verdadera montaña de botas, botines, zapatos de todo género, alpargatas, pantuflas, etc., que llenaban inmensos escaparates en dos pisos, y cuya permanencia allí debía ser, sin duda, muy breve, porque vimos filas de cajones y baúles en los patios, cuya misión era la de recibir el calzado para desparramarlos por los cuatro ámbitos de la ciudad y en el interior del país.”
La última fábrica mencionada es la de “papel de estraza del pueblo General Paz”, ubicada “sobre la margen izquierda del río Primero”. Dicho establecimiento producía “unas dos toneladas y media de papel por día y cuyas poleas y volantes jamás se paran, pues trabaja noche y día, ocupa apenas unos 40 obreros, contando los del día y la noche.”
Imaginemos la contaminación sonora que dicha fábrica instalaría en el barrio, las 24 horas: “Desde lejos se oye la trepidación potente, el golpear furioso de los hierros, un martilleo inacabable”.
En un paso significativo hacia la cooperación internacional
Los dirigentes nucleados en el ese espacio se reunirán hoy en la localidad de Santa María de Punilla. Podría asistir la senadora nacional.
La UCR estalló con la última discusión en contra del veto a Milei por las jubilaciones. Los riesgos en Córdoba de la autodestrucción de la fuerza centenaria y los desafíos para la conducción que asume en unas semanas.
Las ciudades de Villa María, Río Cuarto, San Francisco y Córdoba han decidido tomar cartas en el asunto y legislar sobre el transporte de aplicaciones. Los intendentes están impulsando una iniciativa sin precedentes en la provincia para establecer una normativa que regule estos servicio.