Llaryora se pega a Schiaretti y apuesta al partido nacional

Por Yanina Soria 

El candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, se fue de Córdoba sin haber obtenido un solo guiño de la conducción del oficialismo provincial. ¿Lo venía a buscar? Dicen que no. ¿Le hubiese gustado tenerlo? Por supuesto que sí. 
Sin embargo, durante las casi 24 horas que permaneció en suelo mediterráneo lo único que se llevó del gobernador saliente, Juan Schiaretti, y del sucesor Martín Llaryora, fueron críticas. Muy fuertes por parte del primero, un poco más suavizadas en el caso del segundo. 

Durante su discurso en el acto político que encabezó en el Club Junior de la ciudad cordobesa, el ministro candidato puenteó a Schiaretti para palmearle el hombro a Llaryora. Error, dicen desde Hacemos. Pues lo único que obtuvo del otro lado, fue un tuit del intendente de la Capital (que sigue de viaje en el exterior) con un mensaje de acople a la posición que ya había manifestado el mandatario provincial en relación al tema del juicio político a la Corte Suprema. Como para que no queden dudas de a quien le es y será leal el intendente de la ciudad. 

Aunque en un tono más abajo que el gobernador, lo que se buscó con ese mensaje fue mostrar la solidez de la que goza la sociedad política trabada entre ambos dirigentes del PJ cordobés. Podrá haber algún matiz, pero desde el llaryorismo aclaran que el gobernador y su sucesor están amalgamados y que después el 20 de noviembre se abre otra instancia. Repiten que la gobernabilidad está garantizada para quien resulte presidente y que, en todo caso, los caciques del peronismo cordobés sí se sentarán a negociar punto por punto la agenda federal ya instalada durante la primera etapa de la campaña por Hacemos por Nuestro País. El plafón para esa discusión será el partido nacional del 7 por ciento al que seguirán alimentando. 

“Schiaretti define la estrategia nacional, no se van a pelear y menos por Massa que todavía ni siquiera ganó. Quien crea que las negociaciones a futuro se harán sin el actual gobernador sentado en la mesa, está equivocado”, resumió un llaryorismo de primera línea. 

Precisamente, ¿por qué Llaryora no se “independiza” de Schiaretti? es la pregunta que da vueltas en la fracción del peronismo cordobés que acompaña a Massa y que todavía espera un gesto de su futuro conductor. 

Básicamente, responden desde el entorno del intendente, porque Córdoba nunca tuvo una figura nacional que goce de una imagen positiva tan alta como la que, aseguran, concentra Schiaretti, que le permite al cordobesismo proyectarse fuera de la provincia de cara al proceso nacional que se viene y con un rol protagónico. Ponen sobre la mesa trabajos de consultoras nacionales que respaldan la aseveración de que Schiaretti tiene hoy mejor valoración nacional que Mauricio Macri, Sergio Massa y hasta el propio Javier Milei. 

Un activo que los cordobesistas seguirán explotando a favor del partido nacional que fundaron, una plataforma política que pretenden engrosar para ganar en estructura política propia, posicionamiento público y, sobre todo, representación legislativa. 

Y ahí radica un punto clave que explica, en parte, el porqué de la fijación de Schiaretti en golpear políticamente a Massa a días del balotaje. Pues, tal como se dijo desde estas páginas, el mandatario considera prioritario preservar el contrato con el electorado cordobés al que le irá a pedir el voto en dos años cuando haya que renovar en Diputados. Pues, como se sabe, el votante mediterráneo es, fundamentalmente anti kirchnerista. 

En los planes de quien asumirá el poder provincial el próximo 10 de diciembre como de quien lo está dejando, asoma firme la idea de ganar terreno legislativo en las elecciones del 2025, incluso, hasta se desliza ya la posibilidad de que sea el propio Schiaretti candidato en el turno de medio término. No lo ven desde el oficialismo al ex postulante de Hacemos por Nuestro País formando parte de un eventual gobierno nacional de Massa, pero tampoco de Milei.

Lo cierto es que en el análisis del voto en Capital que manejan desde el peronismo orgánico, aseguran que el 89 por ciento de los cordobeses que apoyaron a Patricia Bullrich en las generales del 22 de octubre, redireccionará su sufragio hacia el libertario. En cambio, los votos conseguidos por la Izquierda que llevó a Myriam Bregman, en un 70 por ciento se volcarán a la opción de Unión por la Patria. De la cosecha levantada por Schiaretti en la ciudad, el reparto asoma parejo, dicen desde Hacemos. Un 41 por ciento se irá con Milei, y otro porcentaje similar con Massa, quedando un saldo con voto indefinido aún. 

Con esa información en la mano, el schiarettismo entiende que sería un sinsentido que el cordobesismo juegue en contra de su propio electorado y repiten que no se va la vida el próximo 19.