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En un paso significativo hacia la cooperación internacional
El candidato de Unión por la Patria no pudo lograr la proeza que acarició en primera vuelta. Dijo que empieza otra etapa en su vida política. Posible salida de Economía. Afirmó que la transición a partir de hoy corresponde al gobierno nacional.
Nacional20 de noviembre de 2023Bettina MarengoPor Bettina Marengo
En una jornada de alta participación y muy escaso voto en blanco y nulo, Sergio Massa quedó lejos de la proeza que acarició en la primera vuelta y perdió el balotaje frente a la nueva figura de la derecha argentina, Javier Milei, por más de diez puntos. Pese a una campaña con propuestas y donde marcó el peligro de la ideas hiper libertarias en la vida de la gente, el candidato de Unión por la Patria se chocó con el hartazgo social por la inflación al 142% hasta octubre, la caída del salario, las peleas y tensiones que hoy parecen antiguas en el gobierno nacional, y la falta de perspectivas en general sobre el devenir del país. La derrota del peronismo probablemente también tenga explicaciones por fuera de la economía y la política, y se extienda a una mirada del mundo que el oficialismo creyó acordada y conquistada. En cualquier caso, un triunfo en este escenario hubiera sido un récord para el Guinness.
El contundente resultado y el intento de minimizar costos hizo que el ministro de Economía saliera a reconocer la derrota antes de que hubiera un solo dato cargado en la página oficial. “Los resultados no son los que esperábamos. Me comuniqué con Javier Milei para felicitarlo y desearle suerte”, cerró el candidato de Unión por la Patria apenas pasadas las 20 horas. Acto seguido, dejó en claro que la transición que empieza hoy quedará en manos del gobierno nacional, mientras al cierre de esta nota corrían versiones sobre que pediría licencia como titular de la cartera económica.
En el breve pero sustancioso discurso que pronunció en el búnker de UP, el ahora excandidato se dio tiempo para enumerar los dos modelos de país que se pusieron en pugna ayer. “Nosotros elegimos el sistema de seguridad social pública, la salud pública, la industria nacional, el trabajo argentino, las pymes y los derechos de los trabajadores”, puntualizó, para remarcar que “los argentinos eligieron otra cosa”.
Con una cosecha de 11,5 millones de votos que se encargó de mencionar, y 9,6 millones en la primera vuelta, el tigrense aseguró que para él comienza una nueva etapa política, en una expresión remite a la construcción de su rol como jefe opositor y a la relación futura con el peronismo cristinista con quien se alió en el 2019 en el Frente de Todos y que lo hizo candidato presidencial único del espacio (más allá de Juan Grabois). Pese a que él mismo ronda los 50 años, habló de la irrupción de “nuevas generaciones” para tomar la posta, en un guiño al electorado joven pero también un tiro por elevación a gobernadores, intendentes y la propia Cristina Kirchner. En ese escenario, y con Axel Kicillof reelecto en la provincia de Buenos Aires en octubre con muy buenos porcentajes, seguramente empezará un proceso de reseteo del PJ a nivel nacional, donde habrá que ver si entra la figura del gobernador electo de Córdoba, Martín Llaryora, o si éste juega como Schiaretti en 2015/2019 con el gobierno de Mauricio Macri.
Tras un escrutino provisorio rápido, Massa quedó con 44,3 puntos, apenas ocho más que el 36,6% del 22 de octubre, frente a un Milei que superó los 55 y que creció nada menos que 25 puntos en un mes. Numéricamente, el resultado indica que el tras el llamado Pacto de Acassuso con el expresidente Mauricio Macri, logró captar gran parte del 22% que obtuvo Patricia Bullrich en la primera vuelta, y una porción grande de los 6,5% del gobernador Juan Schiaretti, el único peronista de peso junto a su sucesor Llaryora que se mantuvo prescindente, pero crítico a Massa, y jugó indirectamente para Milei.
Aunque Córdoba fue nuevamente la más antiperonista de todas las provincias, con la peor performance del país para el renovador (74/25), Massa logró subir de 14 a 24 puntos, captando algo de los 29 puntos de Schiaretti, pero sin llegar siquiera a los 28 que logró Daniel Scioli en el balotaje del 2015 con Macri. Sin embargo, el distrito que consumó el triunfo al derechista fue la provincia de Buenos Aires, donde se produjo prácticamente un empate entre los dos contendientes a partir de una remontada fenomenal del nuevo presidente. Fueron apenas 200 mil votos de diferencia para Massa en el distrito donde vota el 40% del país, con un claro acopio del electorado de Juntos por el Cambio. Claramente, LLA se quedó con los 24 puntos de Bullrich del 22 de octubre.
En Unión por la Patria sabían que, sin crecer en la tierra de Kicillof desde el 42% de octubre, sin llegar a al menos a 32 puntos en Córdoba y sin sostener el Norte Grande, la elección estaba en peligro. Así fue. Además del magro resultado bonaerense, Massa sólo ganó en Formosa.
En un paso significativo hacia la cooperación internacional
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