La polarización abolló el partido transversal, con blanco tercera fuerza y debacle K

Con apenas 2,5 puntos de diferencia, el sanfrancisqueño Martín Llaryrora ganó las elecciones provinciales frente al candidato de Juntos por el Cambio, Luis Juez, y el oficialismo con eje en el PJ mantendrá el poder en la provincia por séptimo período consecutivo desde 1998. Tras una jornada dominada por una suerte de “guerra” de bocas de urna, Llaryora se convirtió en el sucesor de Juan Schiaretti en una elección ajustada, con corte de boleta para legisladores y para tribunal de Cuentas y con derrotas imprevistas en el interior que dejarán mucha tela (y facturas) para cortar en Hacemos Unidos por Córdoba.

Al cierre de esta nota, Juez no había aceptado la derrota pero Llaryora tampoco había anunciado su victoria. El compañero de fórmula del senador, Marcos Carasso, reclamó desde el bunker de Juntos la finalización del escrutinio provisorio, que a las 00.45 se había clavado en el 85% de las urnas. A esa hora la diferencia entre el primero y el segundo era de 46 mil votos y faltan 200 mil de computar. La oposición consideraba posible dar vuelta el resultado si se computaba hasta el último voto. Todo se planteó en una improvisada conferencia de prensa de JxC, donde estuvo la pre candidato presidencial Patricia Bullrich, con denuncia de baja calidad institucional de la Provincia destinado tanto a Llaryrora como al armado de Schiaretti, precandidato presidencial.

La base de la victoria de HUxC fue el apoyo del electorado en Capital, que era la gran apuesta del candidato oficialista, quien confiaba a rajatabla en la impronta de su gestión en la ciudad más grande de la provincia. Habrá que ver si el resultado final le sirve de impulso al candidato a oficialista para la Municipalidad de Córdoba, Daniel Passerini, quien en un mes deberá enfrentarse al radical Rodrigo de Loredo en medio de una campaña nacional para las PASO, turno nacional en el que a Juntos por el Cambio le suele ir muy bien en esta provincia y en la Capital. En cualquier caso, el llaryorismo sabía que no tenía ante sí el escenario del 2019, con oposición dividida y sin lista K, e imaginó una jornada como en 2015, con seis puntos de ventaja sobre su contrincante más posicionado, pero todo fue más parecido al 2007.

 
En el interior, al cierre de esta nota, Llayrora perdía como gobernador en al menos doce departamentos, sobre todo los ubicados en la franja agrícola-ganadera y agroexportadora, y en otros tantos Juntos por el Cambio se quedaba con el legislador departamental. Las bancas de Colón, Punilla, Unión, Marcos Juárez, General San Martín, Río Cuarto, Río Tercero, Totoral, Calamuchita, Cruz del Eje, General Roca, Juarez Celman, Tulumba, Pocho, quedaban al cierre de esta nota para la oposición. En la actualidad, Hacemos por Córdoba solo no tiene la departamental de Pocho. Con respecto a la lista por distrito único, según el cálculo del sistema D’Hont, el oficialismo y el juecismo-radicalismo se quedarían con veinte legisladores cada fuerza.

El resultado en el interior abre un signo de interrogación sobre el impacto real de los “pases” de intendentes y dirigentes de otros espacios políticos del interior a la coalición oficialista, movida con la que Llaryora quiso ampliar el cordobesismo de Schiaretti y De la Sota y convertirlo en el partido cordobés o transversal con todos adentro. Los datos de ayer, más allá del triunfo oficialista, al menos abollaron ese tren. Desde la incorporación de la radical Myrian Prunotto, de Estación Juárez Celman, como compañera de fórmula (que ahora tendrá que conducir una legislatura difícil) sino hasta la suma apurada del larretista Gabriel Frizza, de Jesus María, todo lleva a preguntar si no desmotivó a la estructura peronista para laburar en los territorios.

Numéricamente, la jornada marcó una gran polarización entre los dos primeros contendientes, que juntos sumaron 83 puntos. El tercer lugar fue para el voto en blanco, 4.82% de los votos emitidos, lo que sumado al voto nulo del 2,50% y a una asistencia a las urnas del 68%, indica una retracción, no dramática, de la participación en relación al 72% de asistencia de las urnas en 2019 y del 74% en 2015.

En términos de fuerza política, la tercera fue Encuentro Vecinal Córdoba, que arañó los 3 puntos con el candidato Aurelio García Elorrio, que volverá a la Legislatura. En cuarto lugar quedó Agustin Spaccesi, una de las dos vertientes de la expresión de derecha de Javier Milei, que estuvo en 2,5 puntos. Le ganó la interna al otro exponente liberatario, el Frente Liberal de Rodolfo Eiben, que obtuvo 0,5 puntos. Sumados ambos, el voto Milei apenas superó tres puntos en el segundo distrito electoral del país. Con todo, los cuarenta mil votos que se llevaron los dos candidatos de derecha, de la misma pecera de Juntos por el Cambio, fueron tal vez decisorios para el triunfo de Llaryora.

Recién en septimo lugar se ubicó la fórmula que representó al oficialismo nacional. La dupla Federico Alessandri-Gabriela Estevez hizo una muy mala elección: 2,25 por ciento, el peor registro obtenido hasta ahora por una fórmula K. Muy lejos del 17% que se llevó el Frente para la Victoria en 2015, la vez anterior que se presentó en comicios para Gobernador, y lejos también de los diez puntos que sacó el Frente de Todos cordobés en las elecciones parlamentarias de medio término en 2021, con todo el kirchnerismo y el PJ nacional, incluido el villamariense Martin Gill, unido. Cabe preguntarse a dónde fue el caudal de votos del oficialismo nacional: la primera respuesta posible es que alimentó el voto de Hacemos Unidos por Córdoba.

El FITU, con la candidata Liliana Olivero, se quedó con el 2,36%, guarismo un poco inferior al de 2019, cuando casi llegó a tres puntos pese a que el MST no estaba en la alianza provincial. Si estos datos quedan firmes a la izquierda, Encuentro Vecinal Córdoba, La Libertad Avanza y Creo en Córdoba, todos espacios con más de dos puntos, se quedarán cada uno con una banca por distrito único.

También a nivel ciudades, la jornada fue complicada para el PJ provincial en el interior. Los candidatos de HUxC perdieron en Río Ceballos, departamento Colón, Cruz del Eje, departamento homónimo, Villa Nueva, en San Martín, y en Mina Clavero, San Alberto. En cambio, San Justo le dio muy buenas noticias al gobernador electo. Ganó la intendencia su candidato, Damián Bernarte, ante el opositor radical Marco Puricelli, y en el departamento todo el oficialismo tuvo un gran desempeño.