Financiamiento universitario: por acción u omisión, Llaryora quedó en offside
Las versiones detrás de la ausencia de Alejandra Torres. El aporte cordobesista a la estrategia del oficialismo nacional.
Pese a su malestar con el armado provincial, la diputada e hija del fallecido gobernador no estaría dispuesta a jugar en contra de la candidatura presidencial de Juan Schiaretti. Massa la tiene in mente para su bajada a Córdoba. Gill ratificó que trabajará para la fórmula del tigrense.
Provincial03 de julio de 2023Bettina MarengoPor Bettina Marengo
Aún no finalizó el escrutinio definitivo de la elección del 25 de junio pasado, pero los pases de facturas y reacomodamientos están a la orden del día en el profundo mar del PJ cordobés. No por el alineamiento en las elecciones de la Capital que se celebrarán el 23 de julio, sino de cara al escenario nacional donde el peronismo tiene sus candidatos presidenciales para las PASO, mientras que desde Córdoba, el gobernador Juan Schiaretti juega su propio partido presidencial por fuera del PJ nacional.
Por ejemplo, a horas de las elecciones que le dieron el triunfo a Martín Llaryora sobre Luis Juez, ajustado y territorialmente desparejo, pero indudable, el villamariense Martin Gill ratificó que él y los intendentes que reportan a su espacio van a militar por la fórmula Sergio Massa-Agustin Rossi, que es la dupla de unidad entre el cristinismo, sector de Alberto Fernández y el Frente Renovador. En una nota de hace unos días en El Destape Radio, dijo que así como había decidido no ser funcional en la provincia a un espacio que no sea el peronista, no lo será ahora en relación a lo nacional. Lejos de amortiguarse esa posición tras el 25J, son muchos los intendentes y jefes comunales enojados con el schiarettismo por los resultados electorales en el interior provincial y dispuestos a jugar fuera de Hacemos Unidos por Córdoba en las PASO. Desde Alejo Ledesma, el intendente Marcelo Agustín dijo ayer a medios del sur del departamento Marcos Juárez que el gobernador es el “responsable de la catástrofe” del oficialismo en el interior cordobés.
En el caso de Natalia de la Sota la situación es diferente. Estaba ya molesta por la elección de una radical, Myrian Prunotto, como compañera de fórmula de Llaryora pero evitó reprochar en público la evidencia de que el partido transversal que construyó el oficialismo no traccionó votos en el interior provincial. Tras la victoria por tres puntos sobre Luis Juez, le dedicó al sanfrancisqueño un tuit bastante frío de congratulaciones donde remarcó que el proceso virtuoso del PJ provincial empezó en el 99, con su padre. Esto, por aquello de “empezar de cero” y del inicio de una “nueva generación” de la que habló Llaryora la nerviosa noche del comicio provincial.
Sin embargo, con lógica inversa a la de Gill, la diputada nacional no jugará en contra de Schiaretti en esta etapa del proceso electoral nacional ni militará por otro candidato presidencial del peronismo. Aliviada por que no se concretó la alianza Schiaretti-Larreta para las PASO, como intentó el jefe del Panal, la hija del fallecido gobernador y socio por dos décadas de Schiaretti esperará que transcurran las PASO sin moverse de su lugar en el PJ provincial, y no hay que descartar que, si el candidato de Hacemos por el País se lo pide, se saque una foto de campaña. No innovar sería la posición. Luego de las primarias definirá sus alineaciones, en una estrategia vinculada a no poner en riesgo un lugar en un oficialismo que vivirá una dramática renovación generacional a partir de ahora.
Según se supo, antes de que se definieron las fórmulas de Unión por la Patria, De la Sota recibió llamadas del entorno de Daniel Scioli y de Wado de Pedro ofreciéndole una conversación con los dirigentes que entonces se perfilaban como presidenciables. A ambos, según se supo, les dijo no. Ahora Massa la tiene en mente para su bajada a Córdoba, pero en su entorno niegan que haya habido una conversación con la diputada. El tigrense está en un agresivo armado cordobés para jugar con todo el peronismo que pueda en esta provincia y nadie descarta que intentará contar con la hija de su último aliado mediterráneo, con quien creó UNA en 2015, el armado que le dio 5,3 millones de votos que lo pusieron en la escena grande electoral.
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Hecho histórico hermanamiento cultural entre Cosquín y Japón.
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