Operativo “Judas”. Asesinato de Augusto Timoteo Vandor. (30 de junio de 1969). (1/2- Primera Parte)

Nacional 30 de mayo de 2024 DAS
Vandor

Daniel Alvarez Soza 

     “Es menester que los dirigentes interpreten a la masa y se dediquen a servirla y no a servirse de ella con fines personales. Tales dirigentes deben ser observados y apartados. Los cambios de nombre, los nuevos partidos, el acercamiento a pretendidos caudillos alejados o a los militares de moda, son inadmisibles y los que intervengan en ello deben ser expulsados por traidores”. (Directivas Generales para todos los Peronistas).

     “El enemigo principal es Vandor y su trenza. Hay que darles con todo y a la cabeza, sin treguas ni cuartel. En política no se puede herir, hay que matar, porque un tipo con una pata rota hay que ver el daño que puede hacer” (Perón en una carta enviada desde Madrid al sindicalista “leal” José Alonso, en enero de 1966) (1).

   El asesinato de Vandor, fue sin duda otra de las acciones que conmovió a la sociedad Argentina, hecho perpetrado por Montoneros en el llamado “Operativo Judas”, nombre con el que se identifica el asesinato. De hecho las motivaciones del crimen  se ejecutaron “…porque era un traidor a la causa peronista…” (2).

   “Si me saco la camiseta peronista, pierdo el gremio en una semana”.

    “Con esta frase resumía Vandor en 1965 una de las claves de su ascenso: era posible negociar en secreto con los empresarios, “ser un patrón”, siempre que se afirmara en público la lealtad al sentimiento de las clases populares” (3).

  Juan Perón siempre consideró al sindicalismo la columna vertebral del Movimiento Nacional Justicialista y, como tal, le reservó un rol clave aunque subordinado a su liderazgo. Él conducía en soledad una alianza heterogénea, policlasista y nunca aceptó que los gremios, o cualquier otro componente de su coalición, gozaran de autonomía política, que secaran los pies del generoso plato peronista.

   “Eso explica el recelo de Perón hacia la Unión Obrera Metalúrgica y hacia el más famoso de sus secretarios generales, Augusto Timoteo Vandor, un entrerriano de Bovril, una pequeña ciudad cerca de Paraná, que condujo ese gremio desde diciembre de 1958 hasta el 30 de junio de 1969, cuando a los cuarenta y seis años fue asesinado en la sede de la UOM, en la ciudad de Buenos Aires, por cinco hombres audaces en el “Operativo Judas””.

   “Durante el largo exilio de Perón, los metalúrgicos lideraron las 62 Organizaciones Peronistas; mantuvieron una fuerte influencia en la CGT, y fueron la caja que financió buena parte de las actividades del peronismo y de casi todos sus dirigentes políticos, desde los sabotajes y las huelgas de la Resistencia a la Revolución Libertadora (…) y la compra de la casa del General en Vicente López”.

    “En esos dieciocho años sin el líder, el sindicalismo cargó con el costo de mantener vivo al peronismo en la Argentina…” (4).

    Ceferino Reato, en su obra “Operación Traviata. ¿Quién mato a Rucci?”, nos relata las profundidades que marcaron la situación que debió enfrentar la CGT dirigida por Vandor con Perón exiliado, y las diferencias del ex presidente con el dirigente gremial.

    “La idea de un “Peronismo sin Perón” sedujo también a los generales de la llamada Revolución Argentina, inaugurada el 28 de junio de 1966 con el Golpe de Estado de Juan Carlos Onganía contra el radical Arturo Illia.

   “Vandor no era hombre de muchas palabras, al menos en público. Pero hay dos frases que ya forman parte de la mitología peronista. Una de ellas resume su idea del partido laborista que él encabezaría: “Es necesario enfrentar a Perón para salvar a Perón”, dijo en octubre de 1965 en Avellaneda durante un congreso partidario, según trascendió entonces en la prensa.

    “Vandor se enfrenta con Perón. Más que postular un peronismo sin Perón, Vandor estaba convencido de que el peronismo debía ser manejado desde acá, desde la Argentina. Vandor tenía conciencia de su poder. Los sindicatos habían sido los depositarios de la Resistencia  Peronista y ya hacían muchas cosas sin consultar a Perón.

    “Por sus características, de un individuo más bien misterioso, silencioso y prudente, además de su actuación como dirigente gremial que inicio en la Empresa Philips, es que “según el periodista Santiago Senen González, Ernesto “Che” Guevara, que estaba en las antípodas ideológicas de Vandor, lo había elogiado intensamente: “Tiene pasta, es el único dirigente sindical de Argentina que puede arrastrar las masas”.

  Hubo dos hechos puntuales que marcaron el tenor del enfrentamiento entre Perón y Vandor:

  “1.-A principios de diciembre de 1964 fracasó el Operativo Retorno de Perón por causa hasta ahora no precisadas pero que fue uno de los organizadores del viaje. Perón había embarcado en un vuelo de Línea desde Madrid, pero no pudo llegar a Buenos Aires y se tuvo que volver desde la escala en Río de Janeiro porque la dictadura brasileña no lo dejó seguir a pedido del gobierno de Illia”.

“2.- El 19 de abril de1966 se realizaron las elecciones a gobernador de Mendoza, que fueron consideradas un test nacional sobre la viabilidad de un partido peronista sin Perón. Vandor apoyaba a Alberto Serú García, un “neoperonista”. A último momento, Perón decidió respaldar a Ernesto Corvalán Nanclares, a quien nadie le otorgaba ninguna posibilidad, y envió a su propia esposa, Isabel, para indicar claramente cuál era su preferencia. El “Lobo” había aparecido en la tapa de “Primera Plana” con el siguiente titular: “¿Vandor o Perón?”. Dividido, el peronismo perdió la provincia, pero Corvalán Nanclares sacó casi el doble de votos que Serú García”.

     “Para contener a Vandor, Perón apuntaba a José Alonso, que lideraba el sindicato del vestido y que desde el 1º de febrero de 1963 era el secretario general de la CGT. En 1965, Alonso fue reelecto en la CGT y se le plantó al Lobo al crear las “62 Organizaciones de Pie Junto a Perón”. Pero luego, en febrero de 1966, Vandor lanzó un contraataque mortífero, y Alonso fue reemplazado al frente de la CGT por Donaires”.  

      Al final, la pelea se dirimió a favor de Perón. “Vandor no alcanzó a despegarse a tiempo de Onganía y el descontento social se lo llevó también a él. El Cordobazo, la revuelta obrera y estudiantil del 29 de mayo de 1969, sorprendió no sólo a la dictadura sino también a la CGT y al Lobo. Vandor se quedó sin aire y decidió      someterse a la conducción de Perón, aunque no tuvo tiempo ya que fue asesinado el 30 de junio de aquel año”

  “Perón quiso sacar provecho de la muerte del Lobo y busco influir en el nombramiento del sucesor. Pero pronto se dio cuenta de que su problema no era ya Vandor sino el vandorismo….” (5).

________________________

1.- ROTH, Roberto: “Los años de Onganía. Relato de un testigo”. 4ª edición, Buenos Aires, Edit. De la Campana, 1981, Pág. 328

2.- REATO, Ceferino: “Operación Traviata”. Ob. cit. Pág. 109.

3.- MENDEZ, Eugenio: “Confesiones de Montonero- impresionante testimonio de un oficial montonero en una audaz investigación periodística, Buenos Aires, Planeta, 1988, Pág. 62-62.

4.-WALSH. Rodolfo: “¿Quién mató a Rosendo?”. Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 1997, Pág. 159.

5.- REATO, Ceferino: “Operación Traviata”. Ob. cit. Pág. 109-110.

 

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