El PJ estudia modificar la Carta Orgánica Municipal

Por Yanina Soria 

El intendente Daniel Passerini busca hilvanar su gestión a la de su antecesor Martín Llaryora en materia de descentralización en la ciudad de Córdoba. Y completar así lo cimentado por el ex jefe comunal Rubén Américo Martí quien, allá por 1994, creó los Centro de Participación Comunal (CPC). Su figura sigue siendo muy ponderada por el peronismo; particularmente, por el actual gobernador quien durante su paso por el Palacio 6 de Julio (luego de la Pandemia) avanzó con la desconcentración operativa, como una continuidad de lo realizado por el radical. 

La habilitación de las bases operativas por cada CPC de la Capital cordobesa dio lugar, después de décadas, a la segunda fase del proyecto de Martí que tenía como objetivo primario acercar la prestación de los servicios a la gente. 

Ahora, es el turno de Passerini. El intendente pretende aportar lo suyo y estudia avanzar con una tercera etapa: la descentralización política. 

El oficialismo cree que es tiempo de poner en agenda la discusión para una actualización y modernización de la relación de los vecinos con el municipio en una ciudad cuya mancha urbana creció exponencialmente y donde existen muchas asimetrías. Se habla de profundizar los mecanismos de participación y de representación ciudadana, y de democratizar la ciudad abriendo el juego político en otras instancias. 

Para ello, el oficialismo piensa en cambios importantes que demandarían -necesariamente- tocar la Carta Orgánica Municipal. De hecho, ya se habla de que estaría lista la resolución para convocar una comisión de estudio de actualización de la norma suprema municipal que, entre otros, integrarían todas las fuerzas políticas que componen el Concejo. 

Una de las modificaciones que se analiza, por ejemplo, sería la elección directa de los directores de los CPC. Pensar un esquema de “comunas” por cada Centro de Participación Comunal con una figura intermedia de representación (“jefe comunal” o como decidan llamarle) con responsabilidades y funciones ampliadas a las que actualmente tienen, es una de las posibilidades en estudio. 

Algo así, ya sucede desde el 2011 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires donde funcionan 15 comunas que, a su vez, representan a distintos barrios. Cada una tiene un presidente y una junta (se conocen como “comuneros”) que se eligen por voto directo y en el mismo en que desarrollan las elecciones generales. En ese modelo, las autoridades pueden decidir y ejecutar obras públicas de alcance local, por ejemplo, sólo por mencionar algunas de las atribuciones que tienen. 

Si bien la idea en la ciudad de Córdoba está en etapa embrionaria, hablar de la descentralización del poder político sin presuponer que ese nuevo modelo podría terminar siendo un nuevo escenario de disputa territorial y política entre la dirigencia, sería ingenuo. 

Lo cierto es que la propuesta de descentralización política será uno de los tantos temas que se abordarán en el III Congreso de Participación Ciudadana y Descentralización que tendrá lugar en la ciudad de Córdoba a mediados de agosto. 

El secretario de Participación Ciudadana y Juventud, Juan Domingo Viola, es uno de los que promueve abrir la discusión de la descentralización en el contexto actual y poner a Córdoba a la vanguardia de la participación ciudadana. Sobre todo, en tiempos donde se interpela el rol del Estado y su eficiencia. 

En el encuentro del que participarán representantes de municipios de todo el país e incluso de naciones vecinas, se abordarán la descentralización de las ciudades, la representación política en los gobiernos y la vinculación de las TIC con la participación ciudadana, entre otros temas.  

Para ello, ya se conformó el comité que estará a cargo de del Congreso con la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), la Universidad Católica de Córdoba (UCC), la Universidad Blas Pascal (UBP) y la Universidad Empresarial Siglo 21 (UES21). 

Deseo re reeleccionista

La idea de tocar la Carta Orgánica Municipal a casi 30 años de su redacción, genera suspicacias en el arco político. Y con razón. Según pudo saber Alfil, tras esa movida existiría en realidad otro objetivo: introducir los cambios necesarios para que Passerini pueda intentar un nuevo mandato municipal en el 2027. 

Bien vale apuntar que el intendente de la ciudad asumió la titularidad del Palacio 6 de Julio sabiendo que su gestión duraría sólo cuatro años, con todo lo que ello supone en términos políticos para quien tiene el poder. De hecho, pasaron apenas seis meses de gobierno y el juego por la sucesión ya se abrió y promete una interna feroz dentro del espacio oficialista. 

En su imposibilidad de ser re reelecto, al jefe comunal se le computan los cuatro años como viceintendente de Llaryora. Pues, en eso la Carta Orgánica es clara y no da lugares a reinterpretaciones. De hecho, aunque con otras particularidades, algo intentó Daniel Giacomino en el año 2010 pero la Justicia fue contundente en negarle el planteo. 

Passerini no iría por esa vía. 

Sin embargo, son tales las internas que ya cruzan a la gestión municipal que, incluso, puertas adentro el tema de la Carta Orgánica genera disidencias entre quienes, de algún modo, buscan ofrendarle al intendente el trabajo necesario para que pueda soñar con un periodo más al frente de la Municipalidad. 

Dentro de la bancada oficialista consideran prematuro instalar el tema en la agenda parlamentaria; mientras otros sectores del propio PJ hablan ya de esa posibilidad. Como sea, avanzar con un cambio de esas proporciones en el Concejo Deliberante no le será fácil a un peronismo cordobés acostumbrado a ajustar las reglas de juego según su conveniencia.