Nuevo conflicto de transporte anticipa fin de año difícil para GDR

Durante el fin de semana largo se sumó un otro episodio tenso entre la empresa de Transporte local y la Municipalidad, que debió adelantar $21 millones para el pago de un bono a los choferes: el subsidio mensual ya llega a los $166 millones. De Rivas sigue trabajando en las renovaciones del sistema que prometió en campaña.

Río Cuarto14 de octubre de 2024Gabriel MarcléGabriel Marclé
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Julio Titarelli, Donato Montuori, Guillermo De Rivas y Osvaldo Pringles

Por Gabriel Marclé

El fin de semana largo podía aportar calma a los días de tribulaciones que se viven, pero la Municipalidad de Río Cuarto quedó en medio de un conflicto entre la Sociedad Anónima de Transporte y los choferes afiliados a AOITA, quienes reclamaban que la empresa local de colectivos pague un bono para el mes de octubre que fue acordado en la FETAP. La SAT no pagó y los colectiveros fueron a paro el viernes, sobre el inicio del feriado, dejando a la ciudad sin transporte público en un día que para algunos fue laborable. 

El Gobierno de Guillermo De Rivas debió intervenir y llevó el caso hasta el Ministerio de Trabajo, pero la definición se verá este lunes, luego que el Mójica pague adelanto de los subsidios que otorga mensualmente para que la empresa local pueda pagar los bonos. Tema solucionado, ¿hasta cuándo? Parece que será hasta el próximo episodio de tensión. Es que, durante los 100 días de la gestión De Rivas, ya hubo tres conflictos similares (con la SUBE, los boletos provinciales y ahora con el bono). Y todo hace pensar que así seguirá por lo menos hasta fin de año o hasta que no se concreten los cambios que el intendente prometió para “optimizar el servicio”.

El tema del paro de choferes del viernes le arruinó el fin de semana largo a De Rivas, con el cierre de la Feria del Libro como aliciente. Por el paro, la Municipalidad -a través del intendente y de su subsecretario de Transporte, Osvaldo Pringles- primero intimó a la empresa para que restablezca el servicio y luego le solicitó al Ministerio de Trabajo -como no había hecho hasta ahora- que llame a una conciliación obligatoria. Ese mismo viernes se produjo la reunión donde el Ejecutivo se comprometió a adelantar la segunda cuota del subsidio que otorga mensualmente a la empresa (unos 21 millones de pesos) para que este lunes a primera hora se deposite lo correspondientes a los bonos y el servicio se restablezca. Más allá de componer la situación, quedó en claro que el gremio no confía en la respuesta de la SAT.

Pasados los días de tensión, desde el Mójica transmitieron que el inconveniente se produjo por decisiones de la empresa local. “El Municipio no tiene nada que ver con este conflicto y ha cumplido todo lo que se le ha requerido”, expresaron voceros del Palacio, aclarando que el Estado “no le debe un peso” a la empresa en materia subsidios.

Para ir al detalle, el Gobierno municipal eroga aproximadamente 166 millones de pesos por mes para subsidiar el servicio, cifra que subió en pocos meses porque el Gobierno Nacional dejó de mandar fondos a las empresas del interior. La Municipalidad paga lo suyo en cuatro veces (una de 50 millones y otras tres de 38 millones) el 9, 16, 23 y 30 de cada mes. Sin embargo, en octubre ya había tenido que adelantar el pago de la primera cuota al viernes 4, porque la empresa no llegaba a pagar sueldos. Es decir, aunque De Rivas pudo esquivar un posible paro en los primeros días de este mes, el conflicto terminaría explotando por otro lado.

Lo que comparten fuentes consultadas del oficialismo local es que la continuidad de estos conflictos tendrá fin si ocurre una de dos cosas: que el presidente Javier Milei vuelva a habilitar los subsidios al transporte -una apuesta imposible- o que la gestión local implemente cambios significativos en el funcionamiento del sistema local. La última opción es la que parece estar en marcha, teniendo en cuenta que fue una de las promesas de campaña de Guillermo De Rivas, realizar reformas fuertes que le permitan optimizar recursos en la era del “no hay plata”.

Es por esto que desde que inició la gestión actual se viene trabajando en un análisis línea por línea y sector por sector para ver el comportamiento de los pasajeros y, en base a los datos, tomar decisiones concretas, como puede ser la elaboración de un esquema de líneas que varíe según la demanda por sector y franja horaria. 

La evaluación minuciosa del servicio es coherente con el abordaje profesional que De Rivas aplica en cada área de la gestión, pero sigue teniendo en frente al desafío de la exhaustividad, algo que posterga la llegada de medidas inmediatas. “Esto lleva tiempo”, afirman al recordar que la elaboración del Marco Regulatorio que se aprobó durante la gestión de Juan Jure llevó dos años y medio de elaboración. Además, se habla de un nuevo contrato que suplante al actual, vigente desde hace exactamente un año.

¿La reforma del transporte de la era De Rivas tardará tanto? En la Municipalidad sostienen que tienen tiempo para trabajar y no van a detenerse en parches, pese a la urgencia de encontrar soluciones a una problemática que puede raspar la imagen positiva de la gestión. Después de todo, ya terminó la luna de miel y la oposición saldrá a atacar por los flancos débiles. El transporte siempre es uno de esos.

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