Mudando la capital

Un nuevo proyecto empezó a resonar para tratar de sacar de la ciudad de Buenos Aires las instituciones del gobierno nacional

Nacional16 de octubre de 2024Javier BoherJavier Boher
2024-10-15-milei

Por Javier Boher 

[email protected] 

Otra vez apareció el tema de mudar la capital del país fuera de Buenos Aires. Esta vez el que sugirió tal cosa fue el gobernador de la provincia de Chubut, Nacho Torres, que arrancó enemistado con el gobierno y hoy parece tirarle un centro.

La propuesta del chubutense reflota aquel viejo proyecto alfonsinista de mudar la capital federal a Viedma, capital de la provincia de Río Negro. Como en aquel entonces, el foco está puesto en la necesidad de poblar y desarrollar la Patagonia, un enfoque geopolítico similar al de los brasileños que mandaron su capital al interior del país.

Esa puede ser una primera observación: ¿por qué la capital debería estar ubicada en el litoral marítimo y no adentro del continente?¿qué clase de tara histórica tenemos con la salida al mar? No tiene nada malo de por sí, pero bien podría estar un par de kilómetros adentro de la provincia, en una zona poco desarrollada y sobre el cauce del Río Negro, que no es navegable por barcos de gran calado pero que podría ser recorrido por otro tipo de embarcaciones. 

De paso, y ya que les gustan los simbolismos, un buen lugar podría ser Choele Choel, punto clave en el proceso de ocupación de la Patagonia encarado por Julio Argentinos Roca. Allí fue donde Roca terminó de sellar un destino que lo pondría en la presidencia un par de meses después, periodo en el que también fue protagonista de la federalización de Buenos Aires.

La mudanza de la capital no es una urgencia en un país que ha sufrido décadas de malas administraciones, pero es una necesidad política si se piensa en la conveniencia de quitar las instituciones de toma de decisiones del hervidero que es Buenos Aires. La región metropolitana que rodea al puerto es un aglomerado que incluye a más o menos un tercio de la población argentina en un radio de 50km alrededor del puerto. Los 16 millones de habitantes del AMBA son muchos más que los 13.000 de Choele Choel, y representan un foco de conflictividad que siempre estará condicionando las acciones de cualquier gobierno.

El oficialismo necesita salir de un espacio que le es más o menos esquivo (a pesar de ser su lugar de origen) para tratar de refugiarse en el interior del país, donde obtuvo los mejores resultados electorales. Por supuesto que eso no es razón suficiente para transformar la dinámica política de todo un país, pero es un incentivo más para que distintos partidos entiendan la necesidad de tomar distancia de la zona más problemática.

La política ha girado excesivamente en torno a lo que ocurre en Buenos Aires, ciudad y provincia, por un peso electoral en comicios presidenciales que no se correlaciona con el peso que luego tienen a la hora de gobernar. Si ese territorio indomable no es fundamental para ejercer la presidencia, ¿qué sentido tiene mantenerse allí dentro para gobernar?

Seguramente todo este proyecto termine siendo un gasto de tiempo y dinero en algo irrealizable. Los consensos políticos necesarios para encarar algo de esta envergadura son muy grandes, a la vez que las inversiones en infraestructura son difíciles de justificar en un contexto como el actual. No se trata solamente de hacer los edificios de los tres poderes de gobierno, sino también de pensar en las residencias de los miles de trabajadores estatales, las rutas, vías, puerto y aeropuerto que se necesitarían para no dejar aislada a la nueva capital.

Cuando le preguntaron a Alfonsín por el proyecto, dijo que su error había sido no mudarse con el escritorio para empezar a recibir gente allá. Quizás su carrera en el entorno porteño lo condicionó y lo retuvo en ese lugar. Si quien promueve la mudanza no está comprometido con la causa, difícilmente el resto del espectro político se movilice para defender el proyecto..

No hacen falta grandes e imponentes palacios para empezar a funcionar. Esos llegaron a Buenos Aires una vez que el Estado empezó su proceso de consolidación, con edificios como el Congreso empezando a ser construidos casi dos décadas después de la federalización. Lo verdaderamente importante es la decisión politica de transformar la distribución territorial del poder en un país que se desarrolla principalmente alrededor del puerto mientras sus zonas periféricas están mayormente despobladas y languidecen porque se mantiene la sangría hacia los grandes centros urbanos. 

Si para algo sirve la experiencia previa es para tratar de no cometer los mismos errores; la enseñanza de lo que no se logró es lo que se debe sacar en limpio para evitar repetir el fracaso. Aunque Milei no tiene los mejores recuerdos de Alfonsín (de hecho le ha dedicado algunos de sus peores ataques, por la hiperinflación y la destrucción del valor de dos monedas), debería rescatar esas palabras de alguien que reconoce dónde estuvo la clave para el fracaso del plan de la mudanza de la capital. Si el proyecto de Torres encuentra quien lo respalde en el Congreso (la bancada patagónica es bastante importante), Milei debería convertir en propio al proyecto, cargar el sillón de Rivadavia, la custodia presidencial y sus perros, y mudarse al lugar elegido para establecer la nueva capital. No hay que dejar pasar la oportunidad.

Te puede interesar
2024-11-05-milei-francos

Francos quiere los dólares

Javier Boher
Nacional06 de noviembre de 2024

El Jefe de Gabinete mostró que este gobierno es igual a todos en su relación al campo, sirviéndose de lo ajeno como si fuese propio

Lo más visto

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email