La Instalación Subversiva de la Política Armada

Por Daniel Alvarez Soza

     “Cuando los guerrilleros de las FAP: Arturo Ferré Gadea, Héctor Verdinelli, Envar El Kadri, Carlos Caride y otros cinco compañeros se preparaban reconociendo el terreno, fueron arrestados (19 de septiembre de 1968). El encuentro generó un tiroteo, consiguiendo algunos guerrilleros huir, mientras el resto, se les trasladó a San Miguel de Tucumán…”.

    “Muchos aspectos de este campamento guerrillero causó sorpresas y generó ciento de versiones, entre las que tenían mayor fundamento es la que relaciona este acontecimiento tucumano con un movimiento subversivo nacional que estallaría el 17 de octubre de ese año” (9). 

    De Descamisados -Gasparini- sostiene que el origen ideológico de sus miembros se encuentra en la juventud demócrata cristina y del nacionalismo católico, habiendo llegado a la lucha armada después de un intento frustrado de incorporarse a las FAP. A ellos les atribuye la voladura del “Círculo Naval de Tigre y el yate Biguá del Comandante en Jefe de la Armada anclado en el Río Lujan”.

    “Entre sus jefes principales menciona a Horacio Mendizábal y Dardo Cabo, más tarde futuro dirigente de Montoneros” (10).

     Guerrilla para el Ejército de Liberación (GEL), nació en 1970, que a juicio de Díaz Araujo “era de corte trotskista, procubano y también pro-chinos. Se jefe fue Haroldo Santos Logiutaro; después alguno de sus cuadros se habrían incorporado al ERP y a las FAR.

    En cuanto a Montoneros no pocas veces se identifica a estos con una prolongación de la vieja “resistencia peronista”. Montoneros comenzará a operar en el marco de un gobierno de facto (1970) y para justificar sus   crímenes, argumentan que su lucha es por el regreso de Perón y levantar la proscripción. “Especulaban con ocupar un fuerte espacio en el Peronismo y, desde allí, tratar de copar el movimiento y luego arrastrarlo hacia el marxismo y llevar definitivamente adelante la Revolución Bolchevique”.

    “Esta organización irrumpe en el mundo subversivo con el “Aramburazo” (29 de mayo de 1970) habiendo sido el autor intelectual de ese secuestro el estudiante cordobés Emilio Ángel Maza. Entre sus principales dirigentes menciona a Mario Firmenich, Gustavo Ramus, Carlos Maguí, Carlos Raúl Capuano Martínez, Fernando Luis Abal Medina, Fernando Vaca Narvaja, Roberto Cirilo Perdía y Norma Arrostito, entre otros.

     Nicolás Márquez en su obra “La Mentira oficial. El setentismo como la política de Estado” por su parte nos dice: “…Montoneros utilizaba como bandera el regreso de Perón, pero cuando volvió, se quedaron sin eslogan y tuvieron que cambiar las frases y fundamentos de sus crímenes. En efecto, el objetivo ulterior y verdadero de Montoneros era la instauración de la patria socialista y para tal fin combatieron bravamente a   Perón y al gobierno peronista (1973-1976)”.

      Respecto de lo anterior Márquez agrega: “La justificación de los crímenes de Montoneros tuvo tres etapas distintas: 1) durante el período 1970-73, explicaban sus matanzas diciendo que “luchaban por el regreso de Perón”; 2) durante la democracia 1973-76 (ya con Perón de regreso y en pleno gobierno constitucional), justificaban sus asesinatos alegando luchar “contra la burocracia sindical y el lopezreguismo”; 3) en el gobierno provisional, (1976 en adelante) justificaban sus asesinatos alegando resistir “contra la dictadura militar” (11).

    “…Todos hacían propio el pasado de violencia emprendido por el peronismo ante la agresión “gorila”: la “resistencia” (cinco mil atentados entre 1958 y 1969), los Uturuncos, Taco Ralo. Se proponían “ir constituyendo el Movimiento Armado Peronista, que junto a otros grupos armados desarrollará la guerra popular para la toma del poder y la puesta en marcha del socialismo nacional, en el que hagan realidad (las) tres banderas: independencia económica, justicia social y soberanía política” (12).

    “Los grupos de tendencia peronista pretendieron con el tiempo lograr su unificación, para lo que empezaron a diagramar acciones en conjunto. Primero fue FAR y Montoneros, más tarde será FAP, Montoneros y FAR, para finalmente conformar con el correr del tiempo lo que se denominó la OAP (Organizaciones Armadas Peronistas), instancia de acercamiento dice Gasparini “…en la que se procesará la creación de la organización “político-militar Montoneros ocurrida dos años más tarde” (13).

     “En lo que respecta al ERP, nos dice: “La asunción del peronismo será el único punto de discordia que impedirá a las OAP cobijar al bloque armado hegemonizado por el PRT-ERP; éste absorberá o extenderá su sombra sobre aquel espectro guerrillero que consideraba la experiencia justicialista como una rémora para el avance de los trabajadores y el pueblo tras sus intereses históricos. Afirmaban la imposibilidad de “que el   proletariado conquiste el poder político sin construir previamente y mediante la lucha armada el partido revolucionario formado por su vanguardia que lo dirigirá a su lucha contra el Estado burgués y su ejército. Tan sólo un partido marxista leninista podrá acaudillar y dirigir a la clase obrera en una auténtica lucha por la liberación nacional y social…” (14).

    “El ERP adhería al trotskismo sin eufemismos y sin rebuscadas “infiltraciones” en ningún  aparato partidario. No estrechaba vínculo alguno con el Peronismo (al que abominaban), pero si mantenían un profundo respeto (que era recíproco) hacia Montoneros…” (15).

      Entre los principales dirigentes de esta organización, Gasparini menciona a Francisco René y Mario Roberto Santucho, Luis Enrique Pujals, Julio Cesar Provenzano, José Benito Urteaga, Domingo Mena y Ramón Rosa Jiménez, entre otros. Sin embargo, consideramos importante agregar a los importantes dirigentes Luis Mattini y Enrique Gorriarán Merlo.

   De las acciones de mayor importancia, “destacamos la ejecución de Oberdan Sallustro, director general de la Fiat Concord y el asalto de una unidad militar en Monte Chingolo (21 de marzo de 1972 y 22 de diciembre de 1975 respectivamente)” (16).

   Finalmente y en atención a lo que nos dice Enrique Díaz Araujo mencionaremos a la OCPO, que como ya señaláramos su brazo armado era las Brigadas Rojas del Poder Obrero. Esta organización constituyó un gran aporte al Frente Rural del ERP. “En 1977, a nivel nacional, el OCPO recibe el aporte de los grupos subversivos Frente Revolucionario 17 de octubre y Fracción 17 de agosto, del FAL, llegando a constituirse en la organización terrorista que siguió en importancia a Montoneros y al PRT-ERP. Con todo su despliegue fue efímero” (17).

    Gasparini destaca en su ya citada obra, que como significativas coincidencias, muchas de estas organizaciones, dice: “Compartían el objetivo final, la construcción del socialismo, imaginado como el máximo estadio de bienestar popular. La estrategia para tomar el poder era la guerra popular prolongada” (18).

      Roberto Baschetti, en su obra “Guerrilla” desarrolla las relaciones entre las distintas organizaciones, sin perjuicio de las críticas existentes al interior de ellas, motivadas por la representatividad  popular que estos alegaban tener, por ello nos dice: “…los del ERP, replicaron exigiendo mayor compenetración con los dogmas de Marx. En tanto que las FAR y Montoneros criticaban las concepciones erróneas del Peronismo de Base, del ERP y de las FAP. A esta última la acusaban de “autoproclamarse la organización revolucionaria de la clase obrera sin que haya ningún referente que así lo indique. Esta es otra consecuencia de la desviación   ideologista que tiende a convertir los deseos subjetivos en realidades objetivas” (19).

     Crítica que también podría haber valido “como “autocrítica”, puesto que ninguno de ellos, representaba a la clase obrera” (20).

    Volviendo al ERP, diremos que entre las acciones subversivas de más notoriedad en las que actuó les pertenece la ejecución de Oberdan Sallustro, director de la Fiat Concord y el asalto a una unidad militar de Monte Chingolo (21 de marzo de 1972 y 22 de diciembre de 1975, respectivamente).

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 9.- ZAPATA, Edgar Antonio: “Guerrilla y Montoneros”. Ob. cit. Pág. 62.

10.- DIAZ ARAUJO, Enrique: “La guerrilla en sus libros”. Ob. cit. Pág. 92

11.- MARQUEZ, Nicolás: “La Mentira oficial”. Ob cit. Pág. 48.

12-. GASPARINI, Juan. Pág. 32. Citado por VAZQUEZ VIERA, Emilio:. Ob. cit. 235.

13-VAZQUEZ VIERA, Emilio: “El proceso subversivo en la Argentina a través de la bibliografía nacional”. Ob. cit. 235.

14. GASPARINI, Juan. Pág. 34. Citado por VAZQUEZ VIERA, Emilio:. Ob. cit. 236.

15.- MARQUEZ, Nicolás: “La Mentira oficial”. Ob cit. Pág. 48.

16.-VAZQUEZ VIERA, Emilio: “El proceso subversivo en la Argentina a través de la bibliografía nacional”. Ob. cit. 236.

17.-GONZALEZ BREARD, Eusebio: Ob. cit. Pág. 147. Citado Por DIAZ ARAUJO, Enrique. Ob. Cit. Pág. 93.

18.- GASPARINI, Juan. Pág. 35. Citado por VAZQUEZ VIERA, Emilio: Ob. cit. 236.

19-  BASCHETTI. Roberto: “”Guerrilla”. La Plata, De la Campana. 1994. Pág. 345.

20- AMORÍN. José: “Montoneros: la buena historia”. Catálogos. Buenos Aires. 2005. Págs. 221-240-241.