Cultura Por: J.C. Maraddón06 de diciembre de 2023

Motivo de orgullo

Bajo la organización del Istituto Italiano di Cultura, este sábado a partir de las 18 se realizará en la Plaza Italia un evento denominado “Piazza Luca Prodan”, con la actuación de JuanPaio Toch y Negramarta, Rosa Profunda y Tomates Asesinos, más un cierre a cargo de Sumo x Pettinato.

J.C. Maraddón


Ahora que son varios los nombres de músicos oriundos de Córdoba adeptos al rock y al pop que triunfan en el país y el mundo, suena anacrónica aquella antigua queja que le reprochaba a la movida rockera cordobesa su incapacidad para trascender más allá de la provincia. En especial, porque existían entre nosotros artistas de fuste y propuestas que bien podían estar a la altura de las que se hacían oír en Buenos Aires. Pero había algo así como una maldición que condenaba a los créditos locales a conformarse con el aplauso cercano, sin resto para cosechar seguidores que residieran fuera esta jurisdicción.

Se le achacaban entonces a múltiples razones las culpas por esta situación, pero un lugar común era señalar al cuarteto como el responsable de este cuadro, por haber acaparado la atención popular y haber captado una audiencia de la cual el rock podría haberse alimentado. Aunque bastante extendido, aparece como poco convincente este argumento, porque antes que ese debían contabilizarse muchos otros factores, entre los cuales uno no menor era la dificultad de los cultores del rocanrol para acceder en esos años a la difusión mediática y para dar a conocer su oferta de modo de despertar adhesiones.

La aparición de focos rockeros provinciales en Rosario y Mendoza a comienzos a los ochenta, resquebrajó la excusa de que para los intérpretes del interior era casi imposible triunfar en el circuito capitalino. Y para colmo, cuando sobre finales de esa década hubo algunos talentos cordobeses que intentaron asomar la cabeza en el panorama nacional, una crisis económica descomunal dio motivo para que los sellos racionalizaran su fichaje de promesas venidas del interior y fue entonces que todo lo que tanto había costado construir se derrumbó, dejando sólo escombros de lo que había sido un esfuerzo colectivo digno de recompensa.

Sin embargo, durante el mismo lapso, un proyecto musical que había dado sus primeros pasos en el Valle de Traslasierra fue creciendo hasta cobrar relevancia mucho más allá del oeste provincial, para terminar afincándose en el conurbano porteño, desde donde tomó por asalto la escena del rock argentino. La iniciativa estaba liderada por un italiano llegado desde Gran Bretaña que, para recuperarse de su adicción a la heroína, se había mudado a la casa de un amigo en las sierras cordobesas y había iniciado allí un emprendimiento rockero en el que volcaba el conocimiento que había adquirido trabajando en una disquería londinense.

Ese inmigrante, Luca Prodan, que se hizo fuerte en Córdoba para avanzar sobre el resto del país, estaba destinado a ser uno de los adalides de un género que por esos años empezaba a copar el gusto masivo en Argentina. Y a fuerza de carisma y talento reunió una troupe acorde a sus inquietudes, para conformar el grupo Sumo, que nunca olvidó aquellas raíces cordobesas y que aludía a ellas en uno de sus temas, el “Reggae de paz y amor”, en el que Luca pronunciaba “peace y love” con una entonación demasiado parecida a una mala palabra de uso muy extendido por aquí.

Bajo la organización del Istituto Italiano di Cultura, este sábado a partir de las 18 se realizará en la Plaza Italia un evento denominado “Piazza Luca Prodan”, con la actuación de JuanPaio Toch y Negramarta, Rosa Profunda y Tomates Asesinos, más un cierre a cargo de Sumo x Pettinato. El lanzamiento de un podcast y la emisión de una radio en vivo, completan este homenaje largamente postergado a un ídolo que asumió la condición de mito tras su muerte en 1987, y que en 2023 hubiese cumplido 70 años. Que Luca haya arrancado con Sumo desde nuestras serranías, no deja de ser un motivo de orgullo.

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