La Teoría del Poder Dual: Posición del MIR y el PRT-ERP. La visión política de Miguel Enríquez

Nacional12 de junio de 2025 Daniel Alvarez Soza
12 06 25
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Por Daniel Alvarez Soza
Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales.
Doctor en Ciencia Política

 

Temática que fue marcada por una suerte de relación y discusión teórica dada por el MIR, ello frente a las falencias que Enríquez observaba al interior del PRT-ERP, y era la falta de presencia política, es decir, la negativa en cuanto a presentar una alternativa a la “guerra revolucionaria”. Situando como el más claro ejemplo, la actitud asumida por esta orgánica, ante las elecciones convocadas por Lanusse, donde el ERP desconoce el acto electoral por considerarlo ilegítimo, declarando en ese momento que,  “La apertura electoral propuesta por el gobierno no es más que una de las medidas para la contrainsurgencia dictada por los Estados Unidos. Si la farsa electoral continúa, nuestra posición se adaptará a la realidad política de ese momento” (1).

Desde otro ángulo, el PRT propiciaba y ponía enormes energías en la organización de las acciones de masas, principalmente en el área sindical, además de necesidades sociales como luchas barriales, campesinas, la defensa de las libertades democráticas, y la lucha contra la represión y muchas otras cosas.

Esa era la política para el PRT, o sea, la política “democrática”, es decir “táctica”, que era una reminiscencia de lo que los vietnamitas llamaban “el Ejército político de masas”.

Cuando se abrió el proceso democrático con la elección de Cámpora, muchos militantes vieron la posibilidad de “hacer política”, según los lineamientos del Partido “aprovechando los resquicios legales” (2). 

No faltaron las voces de advertencia  frente a estas incongruencias de un Partido, que teóricamente ponía a la política por encima de todo, esto por cuanto esta organización era marxista-leninista y, por ende, revolucionaria.

“Pero esas voces eran demasiado insignificantes para la inconciente autosuficiencia del PRT. Sin embargo hubo una voz que se hizo escuchar aunque muy modestamente…” (3).

Al respecto Luis Mattini, segundo hombre del ERP, en su obra “Hombres y mujeres del PRT-ERP”, cita a la figura de Miguel Enríquez, como a aquella voz que planteo una crítica a sus hermanos guerrilleros argentinos, haciendo expresión de la carta que el líder guerrillero chileno  envió a Mario Roberto Santucho, cuestión que el autor titula en un capítulo de la citada obra como: “La premonitoria carta de Miguel  Enríquez” y que al respecto nos dice: “El golpe de Pinochet, había interrumpido durante varios meses el contacto del PRT con el MIR chileno. Finalmente, a mediados de 1974 fue posible una visita clandestina de un  miembro del Buró Político a Chile. Domingo Menna viajó y pudo reunirse con la Comisión Política del MIR durante varios días. Fueron discusiones muy interesantes y vitales para la relación entre ambos partidos”. En esa estadía en Santiago, Menna recibió de Miguel Enríquez una carta dirigida a Santucho y al Buró político, cuyos párrafos más importantes dicen:

“Carlos (nombre combativo de Santucho).

En primer lugar saludarte y felicitarte a ti y a tu Organización por el desarrollo, éxitos y crecimiento alcanzado. La iniciativa de Uds., de enviar un compañero acá fue excelente, valoramos el costo y los riesgos que implicó para Uds. Hicimos los máximos esfuerzos para que el provecho y rendimiento de la visita fueran máximos. El compañero nos expuso la situación argentina y la táctica de Uds. con suficiente claridad. En realidad desde hacía meses estábamos preocupados por aspectos de la táctica de Uds. (…) (aprovechamiento del espacio legal, extensión y profundidad del trabajo de masas, política de alianzas con la izquierda peronista, oportunidad y necesidad de las acciones militares mayores en Argentina, etc.) La exposición e intercambio de opiniones con el compañero nos esclarecieron muchas dudas y apreciaciones imprecisas nuestras. Pero a la vez conservamos algunas inquietudes que el compañero me insistió te hiciera llegar por escrito… (…) Como Uds. creemos que Argentina atraviesa un periodo prerrevolucionario, cuya profundidad nos parece importantes: Una crisis económica que agudiza los problemas en Argentina y que no tiene perspectivas de solución en el marco actual, una importante ampliación de las libertades democráticas que sumada a la relativa impotencia del aparato del Estado, ofrece enormes perspectivas de trabajo legal entre las masas a los revolucionarios y por último, que paradójicamente el movimiento obrero es aún hegemonizado en su conducción por el populismo (y sólo en menor grado por el reformismo) a lo que conferimos enorme importancia, pues en las experiencias que conocemos, el populismo fue superado por el reformismo siempre antes de la apertura de la crisis del sistema de dominación (…) no es lo mismo disputarle la conducción  (tarea fundamental en un periodo prerrevolucionario) del movimiento de masas a una fuerza política que se dice marxista incluso leninista, a hacerlo con una fuerza que en lo fundamental es burguesa (populista) ello implica un retraso en los niveles de conciencia de la clase obrera, importancia que no siempre vemos destacada en los análisis del PRT(…)”.

“Sabemos del importante aprovechamiento que Uds. hacen del trabajo legal (periódico, diario, publicaciones, parlamentarios etc.), también sabemos del esfuerzo de ustedes con el trabajo de masas y la política de alianzas, como también conocimos por el compañero el crecimiento que han tenido en los últimos meses”.

“Pero al mismo tiempo creemos que dada la situación argentina Uds. subvaloran aspectos que pueden ser fundamentales que creemos debilitan una posible mayor inserción en el movimiento de masas y al parecer se adelantan en el plano militar”.

“Creemos que el carácter de la movilización de masas en Argentina posibilita y en alguna medida exige, (…) una mayor precisión en los objetivos a ofrecerles, en concreto la elaboración a partir del programa, de una plataforma precisa para el período y de plataforma específicas por frente”.

“Creemos también, que al menos en toda situación prerrevolucionaria y en particular en la situación argentina, es factible y necesario llevar al enfrentamiento de la clase obrera con la burguesía en las bases mismas de su poder estructural y en la forma que le otorga experiencia y organización a la clase obrera (…)”.

“Les sugerimos plantearse como objetivo propagandismo para el periodo, un proyecto concreto de gobierno, y no sólo la continuación de la guerra y la conquista del poder (…) Francamente nos preocupamos cuando vemos que los objetivos que Uds. plantean a la clase obrera se limitan a la defensa de sus ingresos y a la lucha antiburocrática (…) y no vemos proposiciones de Uds. para nuevas formas de organización (…) (por radicales que sean las formas de lucha de masas que Uds. impulsan) y a la vez vemos que Uds. impulsan y realizan acciones armadas mayores, nos parece, ( y podemos equivocarnos), que con esto se genera un vacío, una enorme distancia entre el carácter, la extensión y la profundidad del trabajo de masas y el accionar militar del PRT que visualizamos desde acá como “adelantado” espacio que es de hecho concedido al reformismo y al populismo que Uds., sumidos en el enorme ascenso del movimiento de masas pudieran no visualizar, y de esta forma progresivamente aislarse del núcleo fundamental de la clase obrera y el pueblo y sólo vincularse a los sectores de vanguardia más conscientes” (4).

Según Mattini la crítica expresada por el principal aliado combativo del PRT-ERP, no fue en realidad considerada como una insolencia, más bien se agradeció, “La opinión general fue de que los compañeros del MIR hacían un inestimable aporte en base a la propia experiencia de ellos el cual debía ser tenido muy en cuenta, en especial sobre aspectos de formas organizativas específicas por sectores. Pero, que en lo esencial, la crítica no era asimilada” (5). 

La posición de Enríquez, en general y luego de muchas discusiones no fue en general bien acogida por el ERP-PRT, en tanto que “Santucho, quien no sólo participaba de la opinión general, sino que la impulsaba, hizo una síntesis que luego sería publicada en el BI junto a la carta de Enríquez”.

“Se dividió el asunto (Carta) en tres cuestiones: 1) Problema del poder: el cual estaba resuelto con la consigna general “poder obrero y popular”, 2) Línea de masas: Se respondía de la misma forma, el PRT tenía las agrupaciones “legales” para las “más amplias masas”, 3) Por  último, sobre el poder dual: Fue una cuestión más rescatada, pero aún así se insistió que el poder local dependía “de la fuerza militar que lo sostuviera”(que no era una respuesta a Miguel Enríquez sino el planteamiento de una nueva cuestión)”.

“Miguel (Enríquez) había puesto el dedo en la llaga sobre algunos tópicos de las características sociales de Argentina que para el PTR eran “tabú”, dogmas indiscutibles, y que aún hoy están en discusión” (6). 

 

Bibliografía

1.- MARQUEZ, Nicolás: “El Vietnam argentino”. Ob. cit. Págs. 31.

2.- MATTINI, Luis: “Hombres y mujeres del PRT-ERP: de Tucumán a la Tablada. Ob.cit., Pág.229.

3.- MATTINI, Luis: “Hombres y mujeres del PRT-ERP: de Tucumán a la Tablada. Ob.cit., Pág.230

4.- MATTINI, Luis: “Hombres y mujeres del PRT-ERP: de Tucumán a la Tablada. Ob.cit., Págs. 230- 231-232. Carta de Miguel Enríquez en Boletín interno Nº 65, agosto de 1974.

5.- MATTINI, Luis: “Hombres y mujeres del PRT-ERP: de Tucumán a la Tablada. Ob.cit., Pág.233.

6.- MATTINI, Luis: “Hombres y mujeres del PRT-ERP: de Tucumán a la Tablada. Ob.cit., Pág.233.

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