Caras y caretas cordobesas

Por Víctor Ramés
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Tradición anglicana en Los Cocos (Primera parte)

Una escuela anglicana cuyo nombre homenajeaba al predicador Allen Gardiner, funcionó en Los Cocos, sierras de Córdoba, desde 1906 hasta 1975. En agosto de 1917 se encontró con su presencia en la localidad, por casualidad, según cuenta en la nota, Francisco Defilippis Novoa, profesor rural y periodista, que se había volcado a la dramaturgia y era también director de cine. De hecho, en ese año 1917, a la vez que producía algunas notas cordobesas para Caras y Caretas y pasó por Los Cocos, fue el año de estreno de la primera película dirigida por él, inscrita en el cine mudo: Flor de durazno, basada en una novela de Hugo Wast, con papel protagónico de un Carlos Gardel excedido de peso. 

Ese mismo año el semanario porteño publicaba su reportaje a esa escuela fundada por el reverendo W. H. T. Blair, en Los Cocos, sierras de Córdoba. 

Allen Gardiner había sido un misionero anglicano británico que tuvo una importante actuación entre los yámana, indígenas del extremo austral de América del Sur, y que, nacido en Basildon, Inglaterra, en 1794, luego de una cantidad de viajes de ida y vuelta a su país, y de allí al sur argentino, había muerto en Bahía Aguirre, Tierra del Fuego, Argentina, de hambre, en septiembre de 1851, junto con algunos compañeros. Su hijo, del mismo nombre, actuó como misionero en varias localidades de Chile.

El proyecto de las "Allen Gardiner Memorial Homes" para huérfanos y niños pobres, hijos e hijas de padre angloparlantes, había sido iniciado en 1897 por el reverendo W. H. T. Blair, agente de la South American Missionary Society (SAMS), en Alberdi, un pueblo rosarino. La obra humanitaria se inició en 1897, a partir del momento en que Hugh Blair y su hermana dieron abrigo en su propio hogar a dos o tres niños desamparados. La obra de los hermanos Blair se mantuvo durante varios años en Rosario, donde los Hogares crecieron en importancia, recibiendo a muchos niños, cuya mayoría -aunque no todos ellos- eran huérfanos o hijos de inmigrantes ingleses carenciados. El Pastor Blair sostuvo también, entre 1897 y 1899 un ministerio ambulante, realizando visitas a los inmigrantes de origen inglés que vivían en los campos santafecinos, cordobeses y bonaerenses. A comienzos del siglo XX, en 1906, Blair y su hermana Katherine, por motivos de salud, decidieron reubicar la obra de los Hogares, y -dejando en pie y funcionando el proyecto de Alberdi- se trasladaron en el comienzo del año 1906 a la Estancia Los Cocos, San Esteban, Sierras de Córdoba, donde los encontraría en 1917 Defilippis Novoa. Fue el propio reverendo quien levantó la construcción en Los Cocos, de su propio bolsillo, si bien los hogares se mantenían por suscripción pública, y con el apoyo -como lo señala Novoa- de diversos donantes particulares. 

En julio de 1915, El periódico semanal Buenos Aires Herald, publicaba a pedido del Reverendo Blair un agradecimiento a la generosidad de quienes “no olvidaron a los «pequeños» en los hogares de Allen Gardiner”, brindando apoyo con donaciones económicas y diversos tipos de colaboraciones.

Existe en Los Cocos, actualmente, un testimonio que recuerda ese importante proyecto educativo: un mármol negro colocado al cumplirse el centenario de la creación de la Escuela-Hogar, donde se lee: “Memorial Allen Gardiner Orfanato para niños británicos de la Sociedad Misionera Sud Americana. El sitio y el edificio para esta institución fueron presentados a la sociedad por los fundadores el Rev. W. H. T. y la señora Blair, 1922. Esta placa es colocada por la Sociedad.”
Y abajo se aclaraba: “Réplica de la placa original de Bronce hoy desaparecida. 2006 – Año del Centenario.”

El Hogar-Escuela permaneció bajo la dirección del Reverendo Hugh Blair hasta 1923, en que el misionero se jubiló. Un dato lateral, pero de interés, indica que la iniciativa de Blair en Los Cocos tuvo también como resultado que la localidad serrana de Córdoba se convirtiera en un lugar vacacional frecuente para visitantes británicos.

Yendo, a continuación, al comienzo de la nota publicada en 1917 por Caras y Caretas, se podrá tener una perspectiva más próxima a este importante proyecto educativo en las sierras cordobesas. El título de la sección era: “Por Las Sierras de Córdoba”, y destacaba a continuación: “Una obra apostólica”. Esto expresaba su autor:

“Al pie de la montaña, en el mismo lugar favorito de los veraneantes, en Los Cocos, W. Hugh P. Blair, reverendo de la iglesia anglicana, ha instalado una escuela para niños desvalidos, que es toda una institución caritativa y de alta trascendencia moral.
Nos enteramos de su existencia incidentalmente. Recorríamos la sierra una mañana de sol, olvidados del mundo y de las desventuras que lo afean ante el espectáculo imponente de la naturaleza. Habíamos encontrado en el camino gente pobre, que parecía doblemente feliz por su pobreza material, que no espanta en lugares donde la naturaleza ofrece lo que los hombres niegan: belleza, grandiosidad, alegría. Y al entrar en Los Cocos, por senderos que son verdaderas avenidas constantemente verdes, una bandada de niños serranos, con útiles de colegio, hízonos comprender que hasta la entraña de la roca, la civilización enviaba armas para la defensa de los obstáculos que levanta en su avance.
Se nos explicó entonces que Mr. Blair convocaba en su escuela a los hijos de los pobres serranos, para darles instrucción gratuita, y al visitar las clases nos encontramos con el Asilo de Huérfanos arriba indicado, que denominan «Allan Gardiner Memorial Institution»
Una casa sencilla, limpia, cómoda, levantada en medio de grandes plantaciones de árboles, y bajo la perenne mirada de los picos de la sierra es la escuela, que alberga cincuenta y seis niños, entre varones y mujeres, que la fatalidad dejó solos en el mundo.”