Llaryora quiere a un radical para la fiscalía adjunta de Defensa

Por Gabriel Silva

A la sombra de un final tenso en el 2023 de elecciones, la construcción del ‘partido cordobés’ que anhela el gobernador electo Martín Llaryora sigue su rumbo. Casi a paso firme y con algunas jugadas que desorientan y preocupan a propios y extraños. Maniobras que no dejó de hilvanar ni siquiera en la gira por el Hemisferio Norte que incluyó la escala en Estados Unidos y el viaje posterior a Roma para el encuentro con el papa Francisco en el Vaticano.

A la distancia, Llaryora siguió de cerca las conversaciones que se desarrollaron con algunos integrantes de Juntos por el Cambio. Sabiendo que la coalición hoy naufraga en la incertidumbre que le genera a una buena porción del arco opositor el futuro inmediato de la candidata presidencial Patricia Bullrich.

Y en esa construcción provincial, los últimos diálogos se produjeron luego de la sanción de la semana pasada en la Unicameral para la creación del Ministerio Público de la Defensa. Iniciativa que el radicalismo legislativo rechazó por la designación de cargos inamovibles, pero que los correligionarios que no forman parte del mapa en la Legislatura cordobesa no vieron con malos ojos. Al punto que ya hubo conversaciones entre un sector de la UCR y operadores que el llaryorismo tiene en la Justicia.

Tres sillas tentadoras

Como contó este diario la semana pasada, el Ministerio Público de la Defensa contará con un organigrama encabezado por un defensor general y dos fiscales adjuntos. Descontando que uno de los tres cargos será para alguien de máxima confianza de Llaryora –y el aval del actual gobernador Juan Schiaretti- y que habrá una silla para un integrante del poder judicial, una de las fiscalías adjuntas está en conversación con el radicalismo.

“Tiene que haber alguien de adentro sí o sí por la relación con el TSJ (Tribunal Superior de Justicia)”, reconoció a Alfil un hombre de aceitados vínculos entre el llaryorismo y el poder judicial y agregó: “eso te va a garantizar una buena convivencia de arranque”.

En el llaryorismo no niegan los contactos con un sector de la UCR y reconocieron que con el mestrismo se abrieron algunas puertas, aunque no hubo avances firmes. De más está decir que Llaryora está al tanto de estas charlas y hay quienes agregan que se enterará con detalles en las próximas horas, cuando mantenga un par de reuniones con algunos engranajes importantes en el sistema.

Con respecto a los nombres, si bien hay radicales distanciados del mestrismo que creen que la apuesta será por el actual vocal del Ersep por la oposición, Facundo Cortés Olmedo; aquellos peronistas que conocen detalles de las conversaciones aseguran que no hubo nombres. “Facundo está esperando el sorteo para entrar al TOF 2 en la Justicia federal, lo veo difícil”, dijo otro peronista que conoce pormenores del diálogo con los radicales.

El resto de las conversaciones

Mientras comienzan los sondeos para saber quién será el hombre del peronismo que llegue al flamante Ministerio Público de la Defensa, más de uno en el oficialismo reconoce que esperan otras oportunidades. “No es un cargo con mucho vuelo político, no es fácil convencer y ése es el contrapeso de una silla inamovible. No estás a tiro de decreto como en un ministerio, pero tampoco tenés mucho protagonismo”, sintetizaron desde el oficialismo.

En algún momento se rumoreó el nombre del titular del Colegio de Abogados, Ignacio Segura, uno de los que suena en varios casilleros, pero aún no completa ninguno. Al titular de Abogados también se lo mencionó para el ministerio de Justicia que, como contó Alfil el lunes está cada vez más cerca de ir en una cartera despegada de Seguridad, a diferencia de lo que creían algunos.

“No es fácil la convivencia de las dos agendas. Por estructura y vínculo entre el Servicio Penitenciario y la Policía; por la crisis que atraviesa la fuerza con varios conflictos abiertos y porque en distintas carteras, uno puede presionar al compañero de gabinete o mandarle un mensaje. De un lado te quejas de la puerta giratoria; del otro se devuelve con la crisis”, sintetizó un experimentado en la materia que conoce el Ejecutivo.

Por ahora, siguen las conversaciones y hay borradores con proyectos de ley, como también con nombres para los distintos ministerios. Si van desdobladas, no hay que descartar a Alejandro Moyano, el exfiscal general para Justicia y a Francisco Salcedo, de FPA para el ministerio de Seguridad. El nombre de ambos, aparece. Como también el de Segura.

Moyano y Salcedo trabajaron juntos en la creación de la FPA, bajo las órdenes del exgobernador José Manuel de la Sota. Por eso, y el rol de ambos en espacios diferentes en el último tiempo, están en la consideración.

La Legislatura, la otra obsesión

El arco opositor de la Unicameral aparece como otra de las negociaciones que Llaryora sigue de cerca. En el último viaje, se habló de esto con el vicegobernador Manuel Calvo y fuentes del oficialismo en la Legislatura reconocen que “hay dos que están cerrados”. El radicalismo cree que viene por el lado del PRO, mientras repasa los últimos resultados electorales y crece la desconfianza antes de la reunión de la semana próxima (ver aparte). “Algunos se van a sumar, con otros no será necesario. A lo mejor, nos resulta más útil que queden por fuera y acompañen los proyectos”, razonó un conocedor del paño y de la construcción del ‘partido cordobés’.