Financiamiento universitario: por acción u omisión, Llaryora quedó en offside
Las versiones detrás de la ausencia de Alejandra Torres. El aporte cordobesista a la estrategia del oficialismo nacional.
Una serie de reuniones en Buenos Aires definió el esquema y los jugadores que estarán a cargo de coordinar el operativo de fiscalización conjunta entre La Libertad Avanza y el PRO en Córdoba. Con pocas chances de que Milei venga a la provincia, las acciones de campaña irían por cuerdas separadas.
Provincial02 de noviembre de 2023Felipe OsmanPor Felipe Osman
El titular del Partido Demócrata de Córdoba, Rodolfo Eiben, se reunió ayer en Buenos Aires con las figuras locales del PRO más comprometidas con la alianza que Mauricio Macri tejió entre Patricia Bullrich y Javier Milei.
No se trató, en rigor, de la única reunión que hubo entre delegados de LLA y el partido amarillo. Otras similares se dieron, en los días previos, en Córdoba, pero esta terminó de destrabar el accionar conjunto de los titulares de los partidos que integran el espacio libertario en Córdoba (Partido Demócrata, Movimiento de Integración y Desarrollo, y Unión Celeste y Blanco) y el PRO, que preside Oscar Agost Carreño, y que tiene como principales intérpretes del acuerdo con LLA a las diputadas nacionales Laura Rodríguez Machado y Soher El Sukaría.
Sin embargo, entender que esa estructura partidaria agota a LLA Córdoba sería errado. En realidad, el espacio liberal/libertario se compone también de otras agrupaciones y partidos, como Pumas Libertarios, que responde a María Celeste Ponce (diputada electa por La Libertad Avanza); La Libertad Primero, liderada por Verónica Sikora; y el Partido Libertario, que en Córdoba preside Agustín Spaccesi.
La cohesión del PD, el MID y Unión Celeste y Blanco con estos otros actores -exceptuando a Ponce, que mantiene una centralidad avalada por el propio Milei desde el principio-, es el talón de Aquiles de La Libertad Avanza en la provincia. Y solucionar esa debilidad se torna ahora mucho más imperativo. No sólo por la inminencia del balotaje, sino porque son los partidos los que deben firmar los poderes para que los fiscales puedan cumplir su tarea el día de la elección, provengan o no de tales partidos.
Además, porque también es necesario cohesionar el operativo de fiscalización con el PRO. Y tanto más dificultoso resulta coordinar con los aliados si ni siquiera hay orden entre los propios.
Ahora bien, la génesis de las disputas internas de LLA es clara. Cuando la aventura electoral de Milei apenas iniciaba, el economista necesitaba de sellos con alcance nacional para sustentar su candidatura. En Córdoba consiguió tres, los ya referidos PD, MID y Unión Celeste y Blanco. El Partido Libertario de Spaccesi no pudo integrarse a ese pelotón porque, en ese entonces, todavía no tenía alcance nacional.
Los titulares de los partidos empezaron a ver con celo a quienes, desde agrupaciones que carecían de personería partidaria, orbitaban el sistema libertario. Y cuando llegó el momento de definir las candidaturas, esas tensiones se agravaron. Esto, sumado a varias desinteligencias de la Mesa Nacional de LLA a la hora de comunicar posturas frente a los comicios locales, terminó de fracturar el ecosistema libertario cordobés, al ofrecer a los presidentes de los partidos un argumento aparente para acusar al resto de “inorgánicos” y excluirlos cualquier mesa de decisión.
Ese es el proceso que LLA debe ahora revertir si quiere dar cuerpo a su fiscalización, fundamentalmente porque quienes construyeron aquellas candidaturas tachadas de “inorgánicas” son los que conservan algún armado territorial sobre el cual bosquejar esa fiscalización.
Para enderezar la situación, Guillermo Francos recibió ayer a Verónica Sikora, que le explicó las dificultades de LLA en Córdoba y manifestó la necesidad de que una voz nacional convoque a la unidad en la provincia. En lo inmediato, aseguran, habrá novedades. El principio, Gabriel Bornoroni quedaría ungido como el responsable de coordinar la fiscalización, pero con la expresa instrucción de abrir el espacio a todos los actores capaces de aportar fiscales.
En Buenos Aires, vale aclarar, los roles ya están repartidos. Francos se aboca al armado de la fiscalización en el interior, mientras Guillermo Ferraro hace lo propio en Provincia de Buenos Aires. Carlos Kikuchi aparece relegado en esta fase del periplo libertario.
Desde el PRO, Machado y Soher ya trabajan para complementar la fiscalización de LLA. Y los propios libertarios admiten que el aporte del partido amarillo será determinante, no sólo en términos cuantitativos, sino también cualitativos. Son los que tienen el ‘know how’.
En cuanto a la campaña, no hay acciones conjuntas programadas. Y los libertarios cordobeses no creen que las haya. Los números que llegan desde Buenos Aires les aseguran que en Córdoba el duelo Milei-Massa saldrá 70/30 a favor del libertario, y en ese escenario, los esfuerzos del economista se centrarán, casi exclusivamente, en Provincia de Buenos Aires.
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