Propios, heredados y sorpresas, el gabinete de Llaryora

Por Bettina Marengo

La frase repetida por estas horas en el peronismo provincial es “puede cambiar”, en relación a la conformación de los gabinetes de Martin Llaryora y de Daniel Passerini para los gobiernos provincial y capitalino respectivamente. La postal es la típica de los teléfonos en la mano a la espera del llamado para confirmar incluso a primeras líneas. Todo, en medio del acelere de los preparativos para los cambios de mando, con viajes, discursos y protocolos incluidos.

Llaryora y el saliente mandatario Juan Schiaretti se mostraron juntos ayer en la sede de las Abuelas de Plaza de Mayo, donde dieron una señal de transición armónica por un lado, y de continuidad de la política de Memoria Verdad y Justicia, por otro (ver aparte). Un intento de mostrar diferencias con el gobierno de Javier Milei justo cuando se confirmó que Daniel Tillard, hasta hace poco presidente del Banco de Córdoba, asumirá como jefe del Banco Nación.

Al cierre de esta nota, se hablaba en los corrillos más informados de una estructura provincial de 14 ministerios. Más que los que estarían, hubo sorpresas por los que no estarían. 

La foto del esquema, con recorte y nomenclaturas que homologan lo que tendría cerrado Milei a nivel nacional, mas un casi seguro ajuste en las agencias, que aparentemente perderán protagonismo como tales, es inestable. “Puede cambiar”, advirtieron los informantes. Y a continuación: “Estamos pobres”. ¿Otro guiño a Milei y su “No hay plata” estampado en la remera? 

Llaryora empezaría su gestión en el gobierno de Córdoba con Guillermo Acosta, secretario de Finanzas de la Municipalidad, como ministro de Finanzas y con proyección de hombre fuerte del esquema. 

Laura Jure tiene todas las fichas para quedarse con el Ministerio de Desarrollo Social y Hábitat, donde tendría como segundo de la cartera a Paulo Cassinerio, actual ministro de Vinculación Comunitaria. Sería toda una sorpresa que el funcionario, muy cercano a Alejandra Vigo y a Schiaretti, no encabece una cartera.  “Ser número dos de un ministerio no es poco”, argumentan las fuentes más seguras. Si se confirma que Jure será ministra con varias secretarías importantes a cargo, se podrá hablar de una reivindicación para el espacio Tribuna Peronista, agrupación peronista de profesionales y técnicos que responde a Schiaretti y donde reviste, además de Jure, el exviceministro de Salud, Pablo Carbajal, imputado en la causa del Neonatal. 

Otra sorpresa es Liliana Montero, que lejos del recorte, se ensanchó. No peronista, es factoría Llaryora y con espacio progresista propio, la actual secretaria municipal de Salud Comunitaria está nominada para ocupar el nuevo Ministerio de Desarrollo Humano, casi un homólogo de la cartera nacional de “Capital Humano” que va a conducir la técnica en Ciencias de la Familia Sandra Petovello. 

En Educación, al menos hasta ahora, sigue sonando Horacio Ferreyra, que ocupa el mismo cargo en la ciudad de Córdoba y hace rato está trabajando en la transición con la gente de Walter Grahovac. Pero como aún no hay sobres lacrados, el académico de San Justo estaría en “competencia” con el villamariense Martin Gill, al que algunos ubican como ministro de Educación Ciencia y Técnica y otros en Cooperativas y Mutuales. 

Ferreyra habría dicho que, de no ser ministro, se iba a la casa, una forma elegante de decir que no sería segundo de Gill. Si el saliente intendente Villa María finalmente recala en Cooperativas, es para caminar el interior provincial donde son moneda corriente las cooperativas de servicio eléctrico, internet y agua. 

Otra área que hasta anoche era Ministerio es Comunicación, a cargo del llaryorista de primera hora Daniel Pastore, que tiene el cargo equivalente hoy en el gobierno de la ciudad. Tambien muy propia del nuevo Gobernador es Victoria Flores, que pasará del Coys municipal a Ambiente, un área que el nuevo gobernador jerarquizará en rango. La va a acompañar el exsecretario de Gobierno, el exintendente de Laguna Larga Federico García.

El resto es lo que venía. Julián Lopez, de Gobierno a Justicia, que no incluiría la secretaría de Derechos Humanos. Manuel Calvo, que ayer se despidió de la Unicameral que condujo cuatro años con un discurso ante los 70 legisladores, irá al Ministerio de Gobierno. Ninguno de los dos son originarios del círculo del nuevo gobernador, pero tejieron buenas relaciones con el futuro jefe. Un hiperschiarettista como Sergio Busso quedará en Agricultura, y ya comenzó a relacionarse con el nuevo gobierno nacional.

El ex intendente de Marcos Juárez, Pedro Dellarrosa, hombre del PRO, está fijo en Industria: los vínculos PJ Córdoba-PRO tienen tentáculos en todos los espacios. El histórico cordobesista Fabián López quedará en el gabinete en Obras y Servicios Públicos, subsumiendo Obras Públicas que será una secretaría a cargo del exintendente de Colonia Caroya y legislador electo, Gustavo Brandan, muy cercano al sanfrancisqueño.

Hace rato que se sabe que la novedad de este ciclo peronista serán los de afuera. Juan Pablo Quinteros, ex juecista, ex aliado de Encuentro Vecinal  Córdoba está confirmado en Seguridad y el director médico del Hospital Privado, Ricardo Pieckenstainer, irá finalmente a Salud, en lo que sería una profundización del vínculo entre la Provincia y esa empresa de salud, que gerencia el Hospital Ferreyra que depende del Apross y sus 600 mil afiliados.