Juez empieza a vender su propio “Modelo Córdoba”

Por Gabriel Silva

De a poco, mientras continúa lamiéndose las heridas por el resultado provincial que lo dejó muy cerca de convertirse por primera vez en gobernador de Córdoba, Luis Juez empieza a hablar entre sus íntimos de la importancia del ‘Modelo Córdoba’ dentro de Juntos por el Cambio. Y sostiene, como un capital y aun desconociendo si es mérito propio, la unidad que demostraron los socios cordobeses antes de los comicios provinciales, con el cierre de la lista nacional, previo a la elección municipal y a semanas, también, de la Paso. Ingrediente, éste último, que en otros distritos se vive con la misma voracidad que la sienten los dos precandidatos nacionales de la coalición: Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.

Juez, junto a otros líderes de la alianza en Córdoba, están próximos a pedir –podría ser aprovechando la escala del expresidente Mauricio Macri hoy- que los fuertes roces de la interna nacional no incidan en la capital cordobesa hasta el 23 de julio. Fecha en la que no solo el candidato a intendente de la coalición, Rodrigo de Loredo, se juega todo; sino que también lo hacen otros actores de Juntos. Tanto locales como nacionales.

Por esto, y casi sintiéndose el fundador de la unidad que se forjó con las Legislativas 2021, Juez tratará de hacer sentir su voz en los próximos días. Muy probablemente, en simultáneo con los datos del escrutinio definitivo que confirmarán la victoria de Llaryora en la elección provincial.

Recién ahí, como ya lo dijo antes, Juez reconocerá la victoria del actual intendente capitalino.  “Una vez que se confirme, la idea de Luis es ponerse en contacto con Llaryora”, reconocieron ayer a Alfil desde la mesa chica del senador.

La elección de De Loredo

Casi como en una carrera de postas, lo próximo son los comicios por la intendencia capitalina y donde el radical De Loredo puede concretar el objetivo que al líder del Frente Cívico le quedó trunco: ganar. Ladero del hombre de Evolución en el almuerzo en la Bolsa de Comercio, en el juecismo sostienen que “no se borrará de la campaña” y que estará poniéndole el cuerpo a la agenda del radical.

Y afirman que entre ambos la relación transita la buena sintonía. Es más, algunos en la alianza apoyan la teoría que esbozó el propio De Loredo después de la ajustada elección provincial y de los números en la capital cordobesa. “Me hiciste la mejor encuesta y gratis”, le habría confiado el radical a Juez acerca de los números que le dieron una considerable ventaja de siete puntos a Llaryora en la Capital.

La pregunta, hacia adelante, es saber si el radical podrá mejorar la performance de Juez en la disputa por la intendencia y así llegar al despacho principal del Palacio 6 de Julio. Algo que varios juecistas no terminaron de razonar: “¿por qué a Rodrigo le debería ir mejor que a Luis en sectores dónde a Juez le fue mal y que son populares? Porque, de última, sí puede mejorar los números en segmentos ABC1, pero no estamos seguros en barrios más populares”, deslizan desde el Frente Cívico y confían en la estrategia del radical.

El pedido a los popes nacionales

Ni Juez, como así tampoco buena parte de los cordobeses de la coalición, quieren que se rompa el microclima mediterráneo de unidad. Incluso, cuando ya están repartidas las pecheras y se sabe quién jugará con Bullrich y quién lo hará con Larreta. Dejando un poco de lado el enojo con el jefe de Gobierno porteño, Juez afirma entre sus íntimos que no apostó en los armados nacionales y que su prioridad sigue estando en la representatividad que alcance en Córdoba. Tanto en legisladores, como en intendentes y concejales.

Su construcción es local y es por eso que algunos no lo ven retirado de futuras peleas.

“Hay intendentes que le reconocen a Juez mucho más de lo que lo hicieron socios históricos. No son pocos los tipos conscientes que se convirtieron en intendentes por él”, se entusiasmó un juecista paladar negro a la hora de repasar el mapa provincial.

Esa construcción, imponiendo condiciones que fueron desde su propia candidatura provincial hasta el despliegue territorial es lo que el propio Juez empieza a blindar para empezar a tener músculo en el corto y mediano plazo. En su fuero íntimo, además del esquema legislativo y la chance de sumar concejales –está su hijo entre los candidatos de De Loredo-, el jefe del Frente Cívico se aferra al Tribunal de Cuentas. La herramienta que, en caso de concretarse, significaría tener el control administrativo de la Provincia.

El doble comando opositor

La pregunta más incómoda para el arco opositor es: si De Loredo se convierte en intendente, ¿quién será el jefe de la oposición a Llaryora? Para una buena porción del radicalismo, no hay dudas. En tanto, en el juecismo ponen reparos. Creen que puede ser un comando que se comparta y vuelven a pasarle el scanner a la musculatura del hombre de Evolución cuando interpelan: “¿hay que ver si Rodrigo aun así aglutina a toda la UCR?”

Igual, la salida, paradójicamente para el juecismo es por arriba. Sea o no un gobierno nacional de Juntos a partir de diciembre, el rol legislativo de Juez puede ser central. Ya sea, convertido en la espada parlamentaria que defenderá la gestión desde el Senado; o haciendo el rol de opositor a una administración peronista. Y allí, en la arena legislativa, los juecistas creen que la salida de Mario Negri les hizo un favor. ¿Habrá tenido alguna injerencia Juez para que la voz del radical no continúe en el Congreso?