Desde capital, Vigo apuntala la (hoy endeble) campaña nacional

Por Felipe Osman

El resultado de las elecciones provinciales, junto al accidentado escrutinio de aquel domingo, trastocaron los planes del oficialismo. No sólo porque el conteo desnudó una ventaja mucho más ajustada de la que el peronismo y sus socios esperaban sobre Juntos por el Cambio, sino también porque las desprolijidades del recuento provisorio aguaron, en simultáneo, es festejo de Llaryora y el lanzamiento de la campaña nacional de Juan Schiaretti y municipal de Daniel Passerini.

En reiteradas entrevistas ulteriores, el intendente se mostró ofuscado por el desempeño de la Justicia Electoral, y advirtió que -siempre después de los cordobeses en general- su fuerza fue la principal perjudicada. Habló del impedimento del festejo, pero más concretamente lo que se frustró fue el mensaje nacional que el gobernador esperaba a enviar -con Florencio Randazzo y Diego Bosio en el escenario-, dando el puntapié inicial de su campaña presidencial; y la capitalización que Llaryora esperaba hacer del resultado para orientar el voto de los vecinos que lo habían respaldado hacia su candidato a sucederlo en el Palacio 6 de Julio, hablando de los beneficios de replicar un esquema en que gobernador e intendente pertenezcan a un mismo espacio político.

Con esa expectativa frustrada, la campaña de Schiaretti perdió un plafón inmejorable para su lanzamiento, y debió conformarse con presentar su propuesta a través de una carta que cayó al vacío, en una agenda que discurría (y en alguna medida aún discurre) entre la consagración electoral que alumbrará la presentación del escrutinio definitivo y la campaña municipal.

A ese escenario se suma, para peor de males, la performance que Javier Milei pueda tener en las primarias de agosto. Semanas antes del 25J, Schiaretti ofreció una serie de entrevistas en medios nacionales en las que afirmó que, a pesar de que en las encuestas de ese entonces él tenía el orgullo de marchar primero por el acompañamiento que los cordobeses le ofrecían, en el segundo lugar aparecía el economista libertario, con una importante intención de voto.

La pregunta obligada es, entonces, ¿cuánto puede haber variado y, más aún, cuando variará esa situación, hasta las PASO? ¿Puede Milei arrebatarle el primer lugar de ese podio al gobernador, en la ponderación por candidato?

La división del voto de Juntos por el Cambio entre dos ofertas competitivas, lideradas por Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, podría hacerlo posible. Y un resultado del estilo podría sepultar las expectativas del gobernador de convertirse en un actor dirimente en la disputa nacional.

Junto a los cálculos que el peronismo teje en relación a la compleja elección municipal, este es un asunto que preocupa y ocupa a la dirigencia PJ, y la de Capital no es la excepción.

Ayer, por expresas instrucciones de la senadora nacional Alejandra Vigo, los principales dirigentes del PJ Capital se reunieron, pasadas las 18, en la sede de Alecyt (Sindicato de Correos). Del mitin participaron, además de la primera dama provincial, Daniel Passerini, los comandos centrales de cada una de las 14 seccionales de la ciudad, y todos los candidatos a concejales y legisladores de la capital junto a quienes se encuentran actualmente al frente de esas funciones.

La reunión, lejos de lo que fue la recordada cita del Club Unión Eléctrica, donde Llaryora reprendió a la dirigencia, fue confortable. Vigo felicitó a toda la concurrencia por el resultado cosechado el 25 de junio y agradeció los esfuerzos realizados para que el oficialismo se mantuviera al frente de la Provincia por cuatro años más.

Dejó que Passerini tomara la palabra rápidamente. El vice intendente tiene una agenda apretada y debía asistir a uno de tantos compromisos de campaña. Sólo se quedó un cuarto de hora.

Después, retomó la conducción de la reunión y les pidió maximizar los esfuerzos para traccionar la campaña municipal. Dijo que oficialismo y oposición están “palo a palo”, y que De Loredo “cada vez se desinfla más”. 

Luego pasó al otro eje del mitin. Vigo aseguró que el país necesita un candidato como Schiaretti. Y también destacó que el propio oficialismo lo necesitaba como candidato durante la campaña provincial. Entre los oyentes, no todos compartían ese diagnóstico. Pero aplaudieron.

Hacía el final, pidió redoblar los esfuerzos mirando más allá del 23 de julio. Mirando al 13 de agosto. 

La pregunta que queda flotando en el aire es cuán duramente trabajará la militancia para unas primarias que no prometen demasiado, cuando ya se ha conquistado el premio mayor (la Provincia) y ya se habrá disputado, con o sin éxito, el segundo premio (la Municipalidad).