La ebullición de la interna radical erosiona el protagonismo de Juez

Por Gabriel Silva

El martes por la tarde, y como siempre en zona sur, volvieron a verse las caras el senador Luis Juez y el diputado Rodrigo de Loredo. Temas varios, la coyuntura nacional, las conversaciones del jefe del bloque PRO en la Cámara alta con dirigentes con despacho en Buenos Aires, el rol de ambos como opositores al peronismo de Martín Llaryora y, por supuesto, la interna radical. Disputa que se aleja de la fase de un posible acuerdo al que condicionan los tiempos: ocurre antes de que caduque el plazo para la presentación de candidatos que culmina mañana o después de acomodar los jugadores en la cancha para recién ahí cerrar la negociación.

Independientemente de esos plazos, y mientras parte de los operadores del radicalismo estudia la alquimia que les permita esquivar la interna, en el centenario partido todos coinciden con la incomodidad que empiezan a observar en el juecismo. Ayer, tanto desde el entorno de los popes que encabezan Generación ‘X’, el armado que lidera el intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer; como desde Más Radicalismo, la alianza de Ramón Mestre, reconocieron a este diario que observan “inquietud” en los movimientos del líder del Frente Cívico.

Y miran con atención cómo, según las huestes del radicalismo, Juez hará “oposición al límite” en los próximos días para fidelizar al máximo su rol de rival de Llaryora. Con dichos como el de ayer en Chingón en Vivo (95.1FM), cuando comparó los 25 años de peronismo en Córdoba con el cuarto de siglo de chavismo en Venezuela.

“La gran mayoría de los radicales ni por asomo piensa como Juez en ese sentido. Hay críticas, claro, le pegamos todos los días al gobierno de Llaryora, pero de ahí a compararlo con el chavismo que tiene muertos nos parece mucho”, confió a Alfil un radical con despacho en la Unicameral.

Teorema UCR

La fuerza que está en pleno clima de interna también tiene dentro de sus filas a varios referentes que ensayan un teorema y repiten como un mantra: “siempre que creció y se fortaleció el radicalismo, bajó Juez”. Razonamiento al que se plegó un referente de peso en el búnker de Ferrer que además agregó que “es una aritmética que no falla”.

Por lo que dentro del endurecimiento de Juez observan actitudes tanto en el terreno de lo discursivo como en el de la política y colocan como ejemplo el debate por el juego online: “el radicalismo tiene un proyecto para modificar la ley, corregirla, no para derogarla y voltearla como pretende él”, razonó una fuente radical.

En el juecismo, en tanto, no desconocen el contexto y, aunque lo relativizan, destacan: “nosotros hacemos oposición en serio. No somos tibios”, lanzó un dirigente top del Frente Cívico que mira de reojo la manera en la que se desenvuelve la interna radical. Y desmarca de esos dardos a los dirigentes del interior, varios de los que llegaron a la Unicameral en diciembre pasado: “por suerte, los radicales del interior saben lo que hizo Juez para que ellos recuperaran la chance de gobernar la provincia y crecer como oposición en la Legislatura”.

Café de a dos

A diferencia de las últimas conversaciones, el cruce del martes entre Juez y De Loredo, esta vez no tuvo otros pocillos en la mesa de café. Tampoco hubo foto. Es más, el hermetismo fue tal que algunos radicales inmersos en la interna se enteraron anoche. La preocupación de ambos pasó por sostener su rol de opositores a Llaryora y no permitir que, alguna diferencia entre ambos habilite el ingreso de otro contendiente a la gestión provincial.

“El año pasado los roles quedaron muy claros: los opositores a Llaryora son dos y no hay otros”, dijo una persona que conoce detalles de la reunión del martes en barrio Jardín. Y en consonancia con otros que creen que es un mensaje dirigido, fundamentalmente, a Ferrer, el hombre que podría convertirse en el jefe del radicalismo después de septiembre y con quien Juez no atraviesa una buena relación.

La manera en la que se desenvuelva la interna del radicalismo puede reperfilar los protagonismos en el arco opositor y es esa una de las preocupaciones que sobrevuela en ese espacio.

En el juecismo, además, creen que De Loredo no está bien con algunos de los radicales y que el jefe del bloque UCR necesitará recostarse en el líder del Frente Cívico en el 2025 para lograr continuidad en Diputados. Sosteniendo, además, que el resultado de la interna condicionará o fortalecerá la alianza entre juecistas y radicales.

La interna, por ahora sin acuerdo

Por otra parte, y dentro de la atmósfera internista que invade los campamentos del radicalismo, ayer en horas de la tarde hubo una posibilidad concreta de arribar a un acuerdo. De ambas alianzas llegaron a reconocer que, la chance de cerrar con Ferrer al Comité Provincia y Mestre al frente del congreso partidario, podría haber allanado el camino hacia la unidad.

Algo que, hasta anoche no se concretó. Y es más, algunos reconocen que se enfrió de manera definitiva y que habrá candidatos de ambos armados que se presentarán mañana.

Lo que dentro del espacio de Ferrer no describen como la caída definitiva de la construcción de la unidad, aunque reconocen la complejidad del escenario.

“Se trabó nomás. No quieren garantizar el equilibrio entre Comité Provincia y congreso partidario. Piden todo para ellos, por lo que Más Radicalismo presentará lista el viernes (por mañana)”, reconoció por su parte un armador del lado de Mestre.

En tanto, en la tercera vía de Dante Rossi y Sebastián Peralta reconocen que Mestre no abre los teléfonos, que el mensaje del exintendente es más direccionado a la rosca que a la militancia y observan dificultad de un acercamiento futuro.

Mientras, la interna radical genera masa crítica, reactiva el músculo rojiblanco y agita el fantasma del bipartidismo que observa con atención Juez.