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Nada superador
Los inefables Lady Gaga y Bruno Mars habían cruzado sus destinos en varias oportunidades arriba de los escenarios hasta el pasado viernes 16 de agosto, día en que fue subido a plataformas “Die With A Smile”, un tema que firman y cantan como dupla de talentosas estrellas pop.
Cultura23 de agosto de 2024J.C. MaraddónJ.C. Maraddón
Desde su mismo comienzo, este tercer milenio mostró en la música pop una clara tendencia hacia lo retro y cedió en el impulso que la había animado durante de décadas de correr detrás de las innovaciones para sorprender al público y de ese modo trepar en los charts. Por el contrario, se acentuó la necesidad de replicar antiguas fórmulas de éxito, a las que se modernizaba en su faz sonora con la utilización de los recursos tecnológicos de última generación. A lo sumo, en algún momento se le imprimió un toque de electrónica a esas raíces musicales que no habían envejecido tan mal.
Cuando allá por 2008 se produjo su debut discográfico, Lady Gaga causó impacto por lo bizarra de su propuesta visual y por el énfasis rítmico de sus canciones que las volvían más que aptas para bailar en discotecas. Con sus audaces videos y sus letras provocadoras, se ganó al segmento más joven del mercado, en tanto para la franja adulta de melómanos su propuesta no representaba una gran novedad, sino más bien ofrecía una variante remozada de lo que otras divas habían intentado previamente, en especial Madonna, en quien Gaga podría haberse inspirado a juzgar por sus argumentos artísticos.
A lo largo de estos 16 años, la cantante estadounidense ha demostrado ser mucho más que una simple adaptación de lo ya conocido, con su sobresaliente discografía, sus conciertos apabullantes y esas incursiones cinematográficas en las que ha sabido lucirse. Pero eso no quiere decir que en todo este tiempo haya señalado un camino distinto para el pop internacional: sus pasos han ido en una dirección correcta, siguiendo la senda que otros ya habían recorrido y ajustándose a los parámetros que aconsejan los departamentos de marketing. Su reinado es indiscutible pero también lo es que en lo suyo no ha inventado nada nuevo.
Lo mismo podría decirse de Bruno Mars, quien a pesar de ser contemporáneo de Lady Gaga alcanzó repercusión mundial dos años después que ella, cuando en 2010 el single “Just The Way You Are” lo catapultó a una fama inmediata. Su talento como compositor e intérprete está fuera de cualquier duda, pero resulta evidente que su veta creativa cultiva una influencia directa de r&b de los años setenta, en especial de géneros como el soul y el funk, sobre los que elabora su repertorio sin apartarse un ápice de aquel sonido, dotándolo de las mejoras que ahora ofrece la grabación en estudio.
Lady Gaga y Bruno Mars habían cruzado sus destinos en varias oportunidades arriba de los escenarios hasta el pasado viernes 16 de agosto, día en que fue subido a plataformas “Die With A Smile”, un tema que firman y cantan juntos, en una sociedad que despertó grandes expectativas en la industria discográfica. Por supuesto, la canción es una balada perfecta en la que ambos consiguen destacar sus aptitudes interpretativas. Sin embargo, no se encuentran allí demasiadas diferencias con respecto a piezas de similares características que se hubieron convertido en hits unos cincuenta años atrás.
Al escuchar “Die With A Smile” se advierte de inmediato que se trata de un original correspondiente a Bruno Mars, al que Lady Gaga le ha agregado arreglos y detalles de la lírica, según ellos mismos han reconocido en la comunicación de prensa. Y al observar el videoclip que fue subido a YouTube, donde una estética vintage reproduce la escena de un show televisivo setentoso, se completa esa percepción de que esta dupla inefable rinde culto a ese siglo veinte al que la cultura popular retorna con exagerada frecuencia, tal vez reconociendo la incapacidad de crear algo superador.
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