Financiamiento universitario: por acción u omisión, Llaryora quedó en offside
Las versiones detrás de la ausencia de Alejandra Torres. El aporte cordobesista a la estrategia del oficialismo nacional.
Al igual que la líder del kirchnerismo en el 2015 con las inundaciones, el libertario se desentiende de la tragedia que causan los incendios en Córdoba.
Provincial24 de septiembre de 2024Gabriel SilvaPor Gabriel Silva
Ayer, como era de esperar, decidió entrar en la escena de la Córdoba atravesada por la catástrofe la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. En una extensa publicación en redes, cruzó al Gobierno de Javier Milei y reivindicó una ley que impulsó su hijo, Máximo, sobre el final de un 2020 tal vez más trágico que este 2024 en lo que a incendios refiere.
La normativa ponía en discusión el uso del suelo en territorios arrasados por los incendios y la prohibición de 30 o 60 años para modificar el terreno dependiendo de si se trata o no de bosque nativo. Y entre el extenso apunte de CFK y las réplicas varias, en Córdoba y a nivel nacional, con actores de la política entrando en la discusión como el caso de la diputada nacional Gabriela Estévez, parte en 2020 de la iniciativa y respaldando en la Cámara baja la misma; o la manera en la que salió al cruce de la expresidenta la ministra de Ambiente provincial, Victoria Flores, recordando que en Córdoba, desde 2010, por ley no se puede modificar el uso de esos suelos, la analogía fue casi inmediata.
Porque, así como hay un desentendimiento desde la cúpula del gobierno libertario en torno a lo que sucede en Córdoba, con el previsible respaldo de una oposición que prefiere no incomodar a Casa Rosada y dirigir todos sus dardos a la gestión provincial; hubo una reacción similar de quienes gobernaban con las inundaciones en febrero del 2015. Sobre el final de aquel verano, y preocupada más por los coletazos del reciente caso Nisman, CFK brindó una serie de cadenas nacionales y en ninguna hubo mención a la situación que se vivía en las Sierras Chicas de Córdoba.
Ahora, con un gobierno como el de Milei que descree absolutamente de la agenda ambiental, la desprecia y prefiere colgarse de la campana de Wall Street con los ojos exorbitados antes de, por lo menos, dedicar un tweet, la comparación es inevitable.
Y si a ese descalabro nacional se le suma el bajo nivel de la discusión local, la salida es poco prematura. Los cruces en redes del jefe del bloque oficialista en la Unicameral, Miguel Siciliano, con el líder del bloque radical en Diputados, Rodrigo de Loredo, así lo demuestran; o la disparatada reacción de una porción del radicalismo en la Unicameral contrasta con otras intervenciones más prudentes como el pedido de informes por la asignación del presupuesto o el pedido del juecista Walter Gispert pidiendo la declaración de la Emergencia Nacional.
Hay momentos en los que la política cordobesa deberá salir del River-Boca que marcó el arranque de una nueva generación de dirigentes en el oficialismo y la oposición. En otros ámbitos, la misma camada a esa evolución ya la mostró; en la política es una cuenta pendiente: los que se dicen jóvenes, copiaron lo peor de los vicios de otras generaciones.
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El Presidente logró una victoria legislativa clave por el veto al financiamiento universitario y encontró al líder del PRO en modo aliado. Ahora resta saber qué pide Macri. La expresidenta, por su parte, decidió ponerse el traje de líder de la oposición y así, el medio se achica cada vez más.
El oficialismo prevaleció en el Congreso tras trabar con Macri un acuerdo para el que no ofreció garantías. La receta de trabajar con los puros quedó convalidada, fijando un nuevo precedente hacia el ’25. Bornoroni volvió a cumplir. Los cordobeses -propios y ajenos- aportaron su granito de arena.
La diputada nacional, que se mueve con cierta autonomía en el PJ provincial, consideró que la irrupción de la expresidenta como posible titular del partido a nivel nacional implica la “pérdida de una oportunidad” para debatir otros liderazgos y otras agendas en el Justicialismo.
Hecho histórico hermanamiento cultural entre Cosquín y Japón.
Con un anunció que alcanza a intendentes, sindicatos, empresarios y trabajadores del sector público y privado, Llaryora tocó todas las clavijas de la política. Cimentó el perfil federal del cordobesismo, acercó a intendentes de todo color político, ensalzó el “modelo Córdoba” y marcó diferencias con el peronismo nacional y el eje liberal-libertario.
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La Consultora CB dio a conocer una encuesta de dirigentes del este cordobés. En tierra de Llaryora son días de muchos rumores políticos de cara al próximo año. Qué pasará con García Aresca.
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Finalizada su gestión en la Defensoría, Ismael Rins se transformó en un agente libre que genera interés en la versión local del Partido Cordobés. Días atrás, De Rivas y el ex ombudsman tomaron un café para dialogar sobre el presente de la ciudad. También estuvo su padre, el ex intendente “Toño” Rins.