Milei, Macri y Cristina demostraron que en el medio no hay lugar

El Presidente logró una victoria legislativa clave por el veto al financiamiento universitario y encontró al líder del PRO en modo aliado. Ahora resta saber qué pide Macri. La expresidenta, por su parte, decidió ponerse el traje de líder de la oposición y así, el medio se achica cada vez más.

Provincial10 de octubre de 2024Gabriel SilvaGabriel Silva
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Por Gabriel Silva

El elenco libertario y la tropa del PRO estrenaron en el Congreso un armado de derecha que sirvió de plafón para que el presidente Javier Milei lograra sostener el veto al financiamiento universitario. En una votación que se tejió de manera artesanal desde el mismo momento en el que el expresidente Mauricio Macri empezó a calibrar la mira desde afuera, exigir en la charla mano a mano con Santiago Caputo y finalmente empujar a sus diputados a cerrar con los libertarios el rechazo a la ley por el financiamiento de las universidades.

Todo en la misma semana en la que la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner daba vueltas por el salón, encontró en una silla un saco que nadie se quería poner y se calzó el traje para asumir el rol de líder de la oposición a Milei. Está gastado, es cierto; necesita cortarle las mangas, también; acomodarlo, sacudirle la tierra y después ver finalmente si le queda o no a medida.

Lo que seguramente no podrá volver a hacer es probarle el saco a otro. Eso ya pasó y el resultado derivó en esto.

Sin embargo, lo que la semana corta dejó en claro es que la discusión política pasa, al menos en la etapa final del primer año de Milei, por dos grandes polos de poder: uno que tiene a Milei y a Macri, mostrándose como el garante del libertario en algunos ámbitos del Círculo Rojo que aún resiste al León; y otro, con un peronismo que no logra desconfigurar la jugada de Cristina lanzándose al corazón del sello PJ.

Por el medio, difícilmente pueda haber lugar para algo en este escenario. La derrota por la discusión de ayer en Diputados expuso más a los moderados que a los radicalizados que rechazan con énfasis la gestión libertaria. La grieta está, existe y -lamentablemente- resulta imposible soslayarla en este contexto.

La avenida del medio sigue siendo la obra imposible de inaugurar para el exgobernador Juan Schiaretti y lo de esta semana, lejos de ser un mensaje negativo sólo para el socio fundador del cordobesismo, es una señal de alerta para todo el arco político cordobés. Porque la nacionalización que habitualmente demuestran las Legislativas se profundizará en 2025 y el purismo que impulsan los libertarios es un mal indicio para la oposición que en Córdoba encarnan Luis Juez y Rodrigo de Loredo; como así también para el oficialismo provincial que tendrá enfrente un armado diverso, pero que podrá encarnar la marca A, B y C de un mismo discurso y ante un electorado similar al del cordobesismo.  

En una escena por romper el alambrado que, además de tener con las tenazas en la mano a Milei y Macri; tendrá a CFK por la porción más chica del cerco, seguramente, pero generando el hueco suficiente como para dejar que se escapen ocho puntos. 

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