Prunotto y Siciliano, dos trayectorias en colisión

La vicegobernadora ya recorre con igual intensidad capital e interior. Y su nombre aparece tanto en las conjeturas del ‘25 y como en las del ‘27. En el entorno de Siciliano juran que el presidente de bloque sólo está comprometido con su presente en la Legislatura, aunque es inocultable que buscará proyección.

Provincial16 de octubre de 2024Felipe OsmanFelipe Osman
ilustra siciliano y prunotto en karting

Por Felipe Osman

Cuando a inicios del año pasado la cúpula del oficialismo provincial anunció que Myriam Prunotto sería el complemento de Llaryora en la fórmula con la que el cordobesismo intentaría perfeccionar la sucesión provincial, muchos quedaron sorprendidos. Pero la alquimia con la entonces intendenta de Juárez Celman funcionó a la perfección. Hacemos Unidos pudo dar una muestra de amplitud subiendo a una radical a la fórmula, y Prunotto trabajó con intensidad en la campaña.

Según cuentan, poco después de que Llaryora tomara la posta de Schiaretti en el Centro Cívico, la flamante vicegobernadora tuvo una conversación con el sanfrancisqueño en la que se planteó el camino hacia adelante.

Desde el inicio de la gestión, Prunotto tuvo el visto bueno del Centro Cívico para recorrer el interior, con dos objetivos en el calendario: las elecciones legislativas de 2025, y la Intendencia de la Capital, en 2027. Con el casillero de la Gobernación reservado para la reelección de Llaryora, se trata de las dos paradas que concentran la atención de todo el oficialismo. El cursus honorum de la política cordobesa. En rigor, todo dirigente con expectativas serias de crecimiento está mirando en ese sentido.

Hace algunas semanas, a la frenética agenda que Prunotto lleva día a día en el interior, se sumaron reiteradas incursiones en la Capital, con el aval certificado del gobernador, pero también con el visto bueno de la senadora nacional Alejandra Vigo, máxima referente de las estructuras PJ en las seccionales de Córdoba.

El motivo es fácil de adivinar. El oficialismo todavía no ha definido la lista del ’25, pero debe cultivar la materia prima necesaria para hacerlo, cuando llegue el momento de las definiciones. En ese tren, necesita que los futuribles levanten su margen de conocimiento. Y para esto no alcanza con trajinar el interior. También hay que pisar en Capital.

En el ringside de Prunotto no desvela la idea de subirse a la lista del ’25. La Presidencia de la Cámara Legislativa ofrece mejores recursos para preparar una candidatura. Pero es indudable que acumular campañas suma en cualquier hoja de ruta. En especial si el objetivo de largo plazo es la Intendencia.

En la esquina de Miguel Siciliano, en tanto, son todavía más cautos. El presidente del bloque oficialista en la Legislatura, que jugó en el pasado para quedarse con la candidatura a la Intendencia y terminó destronado, en esa carrera, por Daniel Passerini, hoy ejerce un rol fundamental en una Unicameral sumamente difícil, donde el PJ hace a diario un trabajo de orfebrería para fraccionar a la oposición y sacar adelante votaciones ajustadas, apelando a todo el repertorio del manual no escrito de la rosca legislativa.

En cualquier caso, y más allá de que todo el ‘sicilianismo’ jure ver a su líder sólo comprometido con el presente, es indudable que el dirigente buscará proyección hacia el futuro. Y el calendario es el mismo para todos.

Es probable, eso sí, que la estrategia de Siciliano haya variado. Si en 2019 y 2023 ponerse en la fila y demostrar capacidad territorial no alcanzó para ser ungido como el candidato por la plana mayor del oficialismo, tal vez sea momento de buscar otro camino. Aprender, por ejemplo, de Llaryora.

El gobernador -tras desafiar a la conducción a una interna- nunca se aproximó a los cargos que terminó ocupando declarando su interés por hacerlo. Simplemente juntó pergaminos y esperó que fuera el partido el que lo viniera a buscar.

En esa tesitura se cruzan los caminos de la vice gobernadora y Siciliano. Los dos necesitan acumular masa crítica para levantar sus acciones en la taquilla electoral. Y -seguramente- ambos ven en la Intendencia el gran salto. Con un adicional: cuando llegue el 2031 -y siempre que Llaryora sea reelecto en 2027-, el oficialismo deberá buscar un nuevo “campeón(a)” para disputar la Gobernación. El sanfrancisqueño ya no será una opción. Y el mejor posicionado será quien se encuentre a cargo del Palacio 6 de Julio. 

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