La transformación de la empresa estatal en sociedad anónima, sumada al vaciamiento denunciado por los gremios y la renuncia de sus máximas autoridades, genera preocupación entre los trabajadores. El miércoles hubo nuevas manifestaciones en Villa María.
Villa Maria22 de noviembre de 2024 María Florencia Coria
Por María Florencia Coria
La crisis que atraviesa Fabricaciones Militares (FM) alcanzó un nuevo punto de ebullición. Con la reciente renuncia de su presidente Hugo Pascarelli y el vicepresidente Carlos Pérez Aquino, la incertidumbre crece entre los trabajadores, quienes este miércoles protagonizaron una nueva jornada de protestas en Villa María.
La manifestación, que congregó a trabajadores de las plantas de Villa María, Río Tercero y Fray Luis Beltrán, debió modificar su localización original debido a la presencia de Gendarmería en el cruce de la Autopista 9 y calle Buenos Aires. El reclamo se trasladó frente a la Fábrica y posteriormente a la Ruta 9, donde se realizó un corte parcial.
La protesta contó con el apoyo de diversos sectores sindicales, incluyendo representantes de ATE, CGT, UOM y UEPC, además de organizaciones estudiantiles, evidenciando el amplio respaldo social a la causa.
La situación de FM se enmarca en un contexto más amplio de transformación del Estado. Si bien la empresa fue retirada de la lista inicial de 41 empresas públicas a privatizar propuesta en la Ley Bases, su conversión en sociedad anónima mediante DNU genera dudas sobre su futuro.
La política de “privatizar todo lo que se pueda privatizar” del gobierno actual choca con la visión histórica de FM como garante de la soberanía industrial y la defensa nacional.
El contraste entre el discurso oficial que promete reactivación mediante capital privado y la realidad del vaciamiento denunciado por los gremios evidencia las tensiones entre el modelo económico libertario y la preservación de activos estratégicos del Estado. La presencia de Gendarmería en las protestas y el cambio abrupto de autoridades sugieren una estrategia de desarticulación que va más allá de la mera eficiencia económica.
El fantasma de la privatización
“En Villa María tenemos una producción mínima de pólvora; el resto de las fábricas creo que están inactivas por el momento”, advirtió Silvana Torres, secretaria general de ATE Villa María, quien además expresó su preocupación por la proximidad del mes de diciembre, históricamente crítico en términos de despidos durante las transiciones gubernamentales.
La situación se agrava con la inminente transformación de FM en una sociedad anónima unipersonal. Si bien desde la empresa aseguran que el Ministerio de Defensa mantendrá la mayoría accionaria, los gremios temen por el futuro de la institución.
La situación es igualmente crítica en la planta de Río Tercero, donde recientemente se reportó el retiro de material bélico por parte del Ejército. Según denunció ATE, seis camiones militares se llevaron cañones 155, tanto reparados como sin reparar, junto con materiales necesarios para su mantenimiento.
La gestión saliente dejó números preocupantes: una reducción del 38% en gastos hasta agosto, comparado con el año anterior, un recorte del 19% en costos productivos y una disminución de casi 20% en el personal. "De acá a fin de año, lo que anhelamos es subsistir", resume Torres, reflejando el sentimiento general de los trabajadores de FM.
El interés extranjero
En medio de la crisis, el conglomerado checo Czechoslovak Group (CSG) ha mostrado particular interés en la planta de Villa María, específicamente en su producción de pólvora. Esta multinacional, con presencia en sectores estratégicos como el aeroespacial y automotriz, se perfila como el principal candidato para establecer vínculos con la fábrica.
Los trabajadores enfrentan un panorama incierto. Si bien el plan de retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas ya redujo significativamente la plantilla, no se descarta un “plan B” que podría incluir nuevos recortes de personal. La planta de Villa María, con sus 280 trabajadores, es una de las más grandes de la empresa y enfrenta un futuro cada vez más incierto.
La crisis de FM trasciende lo laboral. Creada en 1941 y desarrollada durante el primer peronismo, la empresa ha sido históricamente un pilar de la defensa y la industria nacional. De sus cuatro plantas activas (Villa María, Río Tercero, Fray Luis Beltrán y Azul), todas enfrentan desafíos similares, mientras que la planta de Jáchal (San Juan) ya cerró este año.
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