Drogas, marginalidad y complicidad políticas

Por Javier Boher

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El asesinato y descuartizamiento de tres mujeres (dos mujeres y una nena, en realidad) es algo que todo el mundo sabía que podía pasar, particularmente porque hace tiempo que estamos viendo indicios de que la violencia vinculada al narcotráfico sigue aumentando cada día.

La siguiente lista no pretende ser exhaustiva, pero es un sencillo recordatorio de las cosas que hemos visto en este tiempo. En los últimos años escuchamos a un ministro de seguridad decir que los narcos habían ganado, vimos a un grupo de legisladores votar a favor de reducir las penas a los violadores, a un sector de la política nacional oponiéndose al equipamiento y preparación de las fuerzas de seguridad para luchar contra el narcotráfico, a ex funcionarios nacionales, provinciales y municipales mencionados en escándalos con drogas, a un intendente del conurbano que usaba ambulancias para repartir droga, al hijo de un piquetero llevando marihuana en un auto de un ministerio, a un candidato bajo los efectos de alguna droga, a un laboratorio con problemas para explicar qué fue de parte del fentanilo puro que manejaba, a un dirigente piquetero acusado por la desaparición de su nuera, a un hoy gobernador de provincia que en 2018 decía que la gente vendía droga porque no llegaba a fin de mes y muchísimos casos más en los que asomaban los vínculos entre el submundo del hampa y la política.

Lo que pasó en Florencio Varela no es ninguna sorpresa, ni nada que no se haya visto, pero expone crudamente una realidad que muchos prefieren no ver, la del deterioro de las relaciones sociales, el aumento de la vulnerabilidad y el crecimiento de las actividades ilegales. El cuadro se completa con el hecho de que los torturadores transmitieron toda la situación en vivo por TikTok. Es increíble pensar en que haya gente capaz de sentirse tan impune como para dejar testimonio de tales vejaciones.

Políticos en campaña

La clase política exhibió, también con impunidad, todo su oportunismo. Incapaces de sacarse el casette, los políticos repitieron las mismas consignas de siempre, pero condimentadas con las cuestiones propias de este caso. Kicillof señaló la naturaleza transnacional del narcotráfico -lo cual es real- pero solamente para despegarse del homicidio señalando que todo se había originado en CABA. Bullrich trató de colgarse la medalla de haber señalado que esto tenía más de crimen narco que de femicidio, lo cual es cierto, pero solamente para reforzar su imagen de cara a las elecciones de octubre.

No hay forma de no enojarse con todos. Acá en Córdoba muchos silban bajito para que no se recuerde que hace poco más de un mes apareció una mujer descuartizada en la zona del Chateau Carreras, también con un trasfondo de narcotráfico y marginalidad. Pensemos por un momento en que estamos hablando de asesinar y cortar en pedazos a personas, cosas que pensábamos que solamente podían existir en películas de terror o en documentales sobre asesinos yanquis.

La droga es un problema del que los políticos eligen no hablar porque está muy a la vista que los narcos se han ido convirtiendo en socios de los políticos porque son los que controlan el territorio y pagan las campañas.

Proyectos de vida

No hay que hacer todo un análisis moral sobre la profesión de las víctimas, pero es muy difícil creer que una chica de 15 años eligió libremente vender su cuerpo. No se puede apuntar contra ella por la actividad, sino que hay que poner el foco sobre un entorno que no se preocupó por ello (y que todavía nadie sabe si no obtenía beneficios por ello), un Estado que no generó mecanismos para que esté contenida y una clase dirigente que no puede traer prosperidad para que la gente se gane la vida de manera lícita o con actividades socialmente reconocidas.

La droga está haciendo estragos en una población que no se puede proyectar a largo plazo y que descree del esfuerzo para conseguir mejores condiciones de vida. La promesa de plata fácil es la herramienta con la que los narcos compran voluntades de chicos y chicas que han sufrido carencias materiales y afectivas que los empujan a creer en esas ilusiones que les venden aquellos que se aprovechan de ellos.

Seguridad

Ya no importa si el discurso es mano dura o reformismo, si es bala o palabra. La situación es crítica y nada parece indicar que se pueda resolver en algún momento, ya que los políticos prefieren obviar el tema. Se conoció que solamente 1 de cada 10 chicos egresa del secundario en tiempo y forma: ¿cómo no va a tener algo que ver la escuela en todo este cuadro de marginalidad?

Me angustia pensar en mi familia o en las de mis amigos y cómo todos estamos expuestos a las terribles consecuencias de tan malas políticas públicas que dejan crecer el narcotráfico y no pueden tapar las terribles consecuencias que trae. La ddroga se come el tejido social y erosiona los lazos de confianza y solidaridad que todavía mantienen unida a Argentina. Si nadie empieza a perseguir a los narcos y a resolver el tema de la epidemia de drogas en el país, en no mucho tiempo más vamos a ver escenas como las que hace una década nos llegaban de México, el horror de la violencia aleccionadora asociada a las peleas entre narcos. Lamentablemente es un tema que ni siquiera va a llegar a la campaña, aunque ya nos esté tocando la puerta.