Llaryora satura en Capital y mixtura con manual libertario

El gobernador deshizo dos ministerios y reacomodó nombres dentro del gabinete. Suma jugadores para la Capital ´27. Tanto peronismo como sea posible, tanto mileismo como sea necesario.

Provincial29 de diciembre de 2025Yanina SoriaYanina Soria
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Por Yanina Soria 

En los últimos días del año, el gobernador Martín Llaryora aplicó nuevos cambios en su gabinete donde resonó fuerte la derrota electoral de octubre. Desde entonces, el jefe del oficialismo cordobés viene retocando fichas, poniendo y sacando nombres con el objetivo puesto en el 2027; no hay mejor campaña que una buena gestión, repiten. Y en este segundo tiempo Hacemos Unidos comienza a jugarse el partido que no se permitirá perder: la reelección y continuidad de la fuerza política que ocupa el poder central desde hace más de un cuarto de siglo. 

Llaryora, esta vez, desarmó dos ministerios que habían sido creados por su misma gestión, el de Ambiente y el de Desarrollo Humano, que serán absorbidos por Educación y Salud respectivamente. 

Las dos ministras mujeres, Victoria Flores y Liliana Montero, asumirán como secretarias y aunque desde el Panal aclararon enfáticamente que ambas mantendrán el rango ministerial, quedarán bajo la conducción de Horacio Ferreyra en el caso de Educación y Ricardo Pieckenstainer, en Salud. 

El tercer enroque ejecutado en las últimas horas es en la Agencia Córdoba Cultura donde Raúl Sansica (cuyo nombre está desde hace tiempo en la cuerda floja) también bajará un escalón para secundar a Marcelo Rodio, hasta aquí secretario de Transporte, que asumirá la presidencia. 

Desde lo institucional, en el Panal justifican estos movimientos asegurando que la idea es fortalecer la gestión pública y mejorar la articulación entre esas áreas de Gobierno y los cordobeses. Pero en lo político, la decisión de Llaryora va mucho más allá. El gobernador sigue moviendo en Capital habilitando ahora nuevos nombres para la sucesión. 

Si hay algo que sabe hacer el oficialismo es leer, interpretar y amoldarse al ánimo y las exigencias que va marcando el electorado cordobés. Y cuando soplan tan claramente vientos de cambios que bien sabe sintetizar el proyecto político del presidente Javier Milei, el cordobesismo se ve obligado a un reseteo. 

No sólo porque Llaryora carga con el peso de las dos décadas de gobiernos peronistas que comienzan a sentirse, sino porque la construcción libertaria cambió estandartes. Entonces, de pronto, el peronismo cordobés cree en la “mano dura” como solución a los problemas de seguridad y se deshace del ministerio de Ambiente que justamente el mismo Llaryora había creado como señal de su compromiso con el medio, buscando incluso que sus políticas sean una marca distintiva de la administración. 

Sucede que esa agenda más progre ya no está tan de moda, todo lo contrario. Entonces, allí comienza esa mixtura entre las bases del manual cordobesista y los axiomas libertarios; en definitiva, ambos oficialismos comparten electorado. 

El gobernador baja la cantidad de ministerios en línea con el mandato de Milei, pero asegura que responde a una necesidad de refuncionalizar el gabinete. Justamente, para acercarle más Estado a los cordobeses. Ese Estado que –enumeran- construye hospitales, puentes y universidades. Un oficialismo provincial con una dosis justa de mileísmo; tanto peronismo como sea posible, tanto mileismo como sea necesario.

Con foco capitalino

Dentro de la propia estructura llaryorista leen estos últimos movimientos en clave capitalina. Así como hace algunos días el gobernador le creó a Miguel Siciliano un súper ministerio para que el dirigente haga pie en Capital, el principal distrito electoral donde hay que levantar según entienden en el Panal, ahora suma otros tres nombres que bien podrían anotarse para la sucesión de Daniel Passerini. 

Rodio y Flores, del palo peronista; mientras que Montero representa esa cuota de Partido Cordobés en la que todavía cree y apuesta el gobernador. A ese lote de posibles aspirantes se le suma otro extrapartidario como Juan Pablo Quinteros, a cargo de Seguridad, el tercer ministerio más grande de la provincia. Tal como contó este diario, el funcionario está siendo levantado desde el propio Centro Cívico donde le reconocen habilidades políticas y buena imagen. 

Muy al estilo de Llaryora, el gobernador pone a todos en la cancha y los habilita a jugar dos años antes. Llegado el momento, aplicará la receta de siempre: encuestas. 

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