“Candidato”, la palabra de la discordia peronista (nadie resigna)

Por Gabriel Marclé

Días acalorados para la política riocuartense que nada tienen que ver con las altas temperaturas del verano. Por el contrario, las vacaciones de enero terminaron hace unos días y la temporada de campaña camino a las elecciones municipales sumó sus primeros episodios fuertes en el costado peronista de la cuestión. Guillermo De Rivas, el funcionario municipal impulsado por el mismísimo intendente Juan Manuel Llamosas, hizo públicas sus intenciones de convertirse en intendente y se presentó como “candidato”.  El secretario de Gobierno salió a la cancha detentando un título que todavía no ha sido definido. De hecho, hay otros peronistas que también lo usan, como Adriana Nazario, quien se autodefine candidata comenzando a imponer un sello propio que la muestra convencida de que será la elegida del PJ.

Sin dudas, el clima dentro del peronismo no es el mismo que se tenía hasta hace algunas semanas. Como jefe del partido, el intendente Llamosas comandaba un plan enfocado en darle lugar a todas las versiones del partido para conformar una alianza fuerte -que incorporaba también a otros partidos- junto a todos los que pretendieran sucederlo en el cargo. Sin embargo, las señales que dio fueron muy confusas: mientras intentaba equilibrar las chances de los que querían ser candidatos, se inclinó claramente en dirección de Guillermo De Rivas, “el favorito”. Esto se hizo aun más claro cuando el funcionario salió a mostrarse como el candidato de Hacemos Unidos, el oficialismo provincial. Allí, la balanza se terminó de inclinar.

La reacción a esto fue inmediata, pero todavía lejos de terminar en una implosión pública del PJ. Adriana Nazario no le respondió a De Rivas ni a sus carteles en la calle con el logo del oficialismo. Según Alfil consultó entre los soldados de La Militante, “el plan sigue como siempre”. Sin embargo, la ex diputada ya está pensando en salir públicamente con un sello propio, el Unión por Río Cuarto que recuerda el nombre de la primera alianza liderada por José Manuel de la Sota. La campaña de Nazario está por cambiar y eso es palpable, principalmente porque ella saldrá a tironear la denominación de “candidato” que De Rivas primereó a fines de la semana pasada. 

“Adriana es candidata y esto no es una interna”, afirman desde su entorno, revelando que para algunos ya no es una cuestión de balanzas y de competidores en igualdad de condiciones. Reconociéndose como “candidata”, Nazario pone un interrogante que tiempo atrás amenazó con afectar la competitividad del radicalismo, cuando Gabriel Abrile sonaba para “ir por fuera” de la alianza que lideraba Gonzalo Parodi. 

Según le aseguraron a este medio, la líder de La Militante está convencida de que representa la mejor alternativa peronista para darle continuidad a los ocho años de gestión que encabezó Llamosas, pese a que el intendente no está convencido de esto y se posiciona más cerca de Guillermo De Rivas. Es por eso que el PJ se pregunta si la unidad está garantizada, si la cuerda está tan tensa que puede terminar por romperse y si alguno de los que están en carrera estarían dispuestos a claudicar de no ser elegidos.

“Ojalá no lleguemos a eso”, plantean los de Nazario. Por lo pronto, ya tienen pensado instalar ese sello propio, Unión por Río Cuarto, para estar listos frente a cualquier eventualidad. Entonces, si la referente delasotista no es elegida, ¿se rompe la alianza? “Nadie quiere eso”, reconocen desde el llamosismo, donde intentarán ser tajantes con el favoritismo, aunque sin dejar de insistir con De Rivas como la mejor opción.

Por último, la tensión también toma fuerza con la metodología de selección. Llamosas viene adelantando desde hace tiempo que el candidato saldrá de las encuestas, pero el nazarismo disiente incluso con esto. “No podés decidir en base a una encuesta el futuro de la ciudad. ¿Dónde están los proyectos, las planificaciones, la gestión…? Se tiene que elegir el mejor proyecto”, afirman. En la mesa directiva del PJ local siguen convencidos de los números como definitorios y hasta apuntan que “el que se queja suele hacerlo porque está en desventaja”. Días acalorados que podrían extenderse más de lo esperado.