Qué implica el triunfo de Donald Trump para la economía argentina

Lo más positivo es la cercanía entre el republicano y el presidente Javier Milei. En lo estructural, proclamó en su campaña un proteccionismo que impactaría negativamente al igual que la mayor tensión geopolítica

Nacional07 de noviembre de 2024Redacción AlfilRedacción Alfil
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El presidente Javier Milei estuvo entre los primeros en felicitar a Donald Trump por su victoria en Estados Unidos. Más allá de las especulaciones respecto a que el triunfo podría beneficiar a la Argentina por la buena sintonía entre ambos y porque el republicano podría presionar al FMI para que desembolse fondos frescos (su país tiene poder de veto, pero en el voto positivo cuenta igual que el resto), la política económica internacional que proclama Trump podría no ser la mejor para la Argentina. Proteccionismo y más tensión geopolítica internacional no son buena combinación.

Esteban Domecq, economista director de Invecq, lo dijo ante empresarios cordobeses en una charla organizada por S&C Inversiones. Planteó que si el programa económico argentino está “asfixiado en lo cambiario, un desembolso del FMI ayudaría y también ayudaría en inversiones y en el Rigi”. En cambio, en los fundamentos macro, no lo ve positivo en el corto plazo. “Temo que pueda haber un ‘cisne negro’ en los próximos meses; estamos frente a un mundo muy complejo, que desacelera y que está convulsionado en lo político. La Argentina no está preparada para un shock externo, podemos enfrentar una brisa”.

El experto en comercio internacional Marcelo Elizondo recordó que cuando comenzó el siglo XX Estados Unidos y la Argentina tenían un PBI per cápita similar (unos 5.700 dólares). “En aquella época se auguraba para la centuria que se iniciaba una competencia estrecha entre ambos, llamados a ser dos potencias rivales”, repasó. Hoy la diferencia en el PBI per cápita entre ambos se hizo abismal: en Estados Unidos supera los 60.000 dólares, lo que supone siete veces el de Argentina.

La relación entre ambos tiene diversas condiciones: en materia de comercio e inversiones Estados Unidos es el tercer mayor socio, mientras en materia de financiamiento es el protagonista mayor. A la vez que en inversión extranjera directa es el mayor emisor hacia Argentina y, en materia geopolítica y de influencia y relevancia estratégicas, adquiere un valor sustancial ante los lineamientos de la administración de presidente Milei.

Para la Argentina la calidad de las relaciones con los Estados Unidos suma por un lado un impacto directo (bilateral) pero adicionalmente también uno sistémico (global). Es, así, el mayor mercado para los productos locales después de Brasil y China y en los últimos años ha adquirido desde empresas argentinas especialmente alimentos elaborados, minerales, productos agropecuarios y metales.

También es el mayor destino de las exportaciones de servicios argentinos (seguido de Brasil y Uruguay) y es también el país del que han provenido los mayores montos del stock total de inversión extranjera directa. Son empresas de origen estadounidense especialmente dedicadas a minerales, manufacturas y comunicaciones.

Estados Unidos es, también, uno de los principales proveedores de insumos y tecnología para la producción en nuestra economía por las importaciones desde aquel país, que es el tercer mayor proveedor de la Argentina en el mundo -después de China y Brasil.

Sin embargo, en términos comparativos, la intensidad de la relación bilateral es muy menor al potencial y debe propenderse a mejorarla. La Argentina es uno de los cinco países con menor participación del comercio internacional en su economía en el planeta y el que menor ratio de inversión extranjera en relación al PBI exhibe en nuestra región. Y Estados Unidos es el mayor importador del mundo y el mayor inversor extranjero en el planeta.

Elizondo plantea que, más allá de la relación bilateral, hay aspectos sistémicos relevantes en el vínculo. Estados Unidos es el principal emisor de financiamiento del mundo y el mayor socio en el FMI por lo que el estado del vínculo influye en las relaciones con los mercados voluntarios de deuda y en la fluidez del vínculo dentro de organismos multilaterales.

El especialista puntualizó que en los últimos dos años medidos (2022/2023) los intercambios comerciales entre países alineados geopolíticamente (“geopolitically close”) han crecido más de 6%, mientras que entre países menos amigables (“geopollitcally distant” o “very distant”) han decrecido más de 4%. Esto produce un relativo movimiento concentrador del comercio entre socios que modifica el mapa de vínculos. Advirtió que “nunca llegó el anunciado -pero no concretado- “nearshoring” porque el comercio internacional se intensifica entre “amigos” (“friendshoring”) más allá de que están más o menos cerca”. 

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