UCR-RC madura definición: entre la prescindencia y la peluca

Por Gabriel Marclé

Después del congreso partidario de la Unión Cívica Radical de Córdoba, donde se habilitó la posibilidad de alianzas rumbo a las legislativas, la Justicia volvió a complejizar la situación del centenario partido y mantiene la incertidumbre respecto a la realización de internas, que el propio Comité Provincia había dado de baja mediante votación de sus afiliados. Sin embargo, el mayor foco de conflicto no está en las internas, sino en la eventual sociedad con La Libertad Avanza, una posición que generó rechazo mayoritario en las filas boina blanca, aunque con algunos “radicales con peluca” alineados con el plan de Rodrigo de Loredo. En la UCR de Río Cuarto, el tema mantiene movilizada a la dirigencia, que ya comenzó a delinear una postura definitiva. En paralelo, dirigentes como Gabriel Abrile –el más cercano a ponerse la “peluca”– esperan la confirmación de la amalgama con los libertarios para activar su propia agenda.

El martes por la noche, los afiliados del Circuito Centro de Río Cuarto mantuvieron un encuentro por Zoom donde repasaron los temas pendientes tras el Congreso de la semana pasada en Córdoba. Allí hubo reproches a los congresales que votaron a favor de la habilitación de alianzas, acusándolos de avalar un eventual acercamiento con los libertarios. También se escucharon voces que reforzaron el rechazo a esa posibilidad. Pero lo más relevante fue la aparición de las primeras señales de prescindencia de los circuitos de la capital alterna y de la porción del partido que se opone a cualquier acercamiento con el mileísmo.

Mientras se aguarda una nueva convocatoria del Congreso y se definen las alianzas, el debate interno se concentra en cómo se posicionará este distrito si se concreta la sociedad De Loredo–Milei. Aunque algunos sectores ya manifestaron su rechazo, otros prefieren mantener una postura expectante hasta que el panorama sea más claro. Todo indica que el viernes, tras el cierre de alianzas, será un día clave: los afiliados se reunirán para evaluar el estado de situación y definir los pasos a seguir de cara a octubre.

Más allá de las fechas que restan hasta la confirmación del 7 de agosto, las conversaciones dentro de la UCR de Río Cuarto giran en torno a reafirmar la postura exhibida en el comunicado que el Circuito que preside Marcos Curletto emitió a fines de mayo: “Rechazamos explícitamente cualquier alianza con La Libertad Avanza”, rezaba el documento firmado por la mayoría de los dirigentes fuertes del radicalismo local. Sin embargo, en ese momento ya llamaba la atención la ausencia de Gabriel Abrile.

Desde entonces, el médico y presidente del bloque Primero Río Cuarto en el Concejo Deliberante se mantuvo en silencio respecto a la sociedad con los libertarios, un gesto que algunos interpretan como un calculado acercamiento a los nuevos aliados. “Está esperando a que se confirme la alianza”, aseguraron a Alfil desde la UCR-RC, dando a entender que Abrile ya está listo para militar el acuerdo pese a la resistencia de buena parte de sus correligionarios.

Ferviente rechazo

Mientras se debate la prescindencia ante la eventual alianza UCR–LLA, el rechazo a los dirigentes radicales que se alinearon con el oficialismo nacional sigue creciendo. Con el paso del cordobés Luis Picat y otros diputados del centenario partido al interbloque libertario, en Río Cuarto se destacó la reacción del ex legislador provincial Lucas Castro, quien los tildó de “ratas coludas” por medio de un posteo en redes sociales.

Integrante del grupo de Gonzalo Parodi, Castro ya expresó públicamente que no militarán una lista radical integrada con La Libertad Avanza. La misma postura fue adoptada por otros miembros del espacio ex “La 30 de octubre”, por lo que De Loredo y los “peluca” de Córdoba que vayan a campaña podrían quedarse sin el apoyo del sector con mayor territorialidad dentro de la UCR local.

Al mismo tiempo, desde el Comité Departamental se preparan para lanzar un comunicado si se confirma la sociedad con los libertarios de Milei. “Estamos peor que nunca”, lamentaron en un sector que hoy se siente más cerca de Martín Llaryora que de sus propios correligionarios.