Nuevos recortes de los días de papel Córdoba, 1907

Se completan las referencias al año siete del siglo veinte, en una Córdoba reflejada por el semanario porteño “Caras y Caretas”. Así, vista desde la distancia, la capital al centro del país asomaba cada tanto en fotografías y textos generalmente breves.

Cultura 15 de noviembre de 2023 Gabriel Ábalos Gabriel Ábalos
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Banquete, celebración del 25 de Mayo, "team" de Belgrano y mujeres en un bautizo. "Caras y Caretas" 1907

Por Víctor Ramés
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Al incluir la revista Caras y Caretas novedades cordobesas en páginas dedicadas a “Provincias” proponía un tratamiento sintético de las noticias, que con profusión de fotografías permitía el escueto complemento textual en los epígrafes. En ocasiones aparecían tratamientos más extensos y particularizados, ya sea con varias fotografías y sus leyendas al pie, o conteniendo textos más desarrollados. Con esas diversas modalidades se puede construir un relato del año 1907, al que damos continuidad y cierre en esta nota.

Del primer tipo de menciones se pueden dar ejemplos curiosos, como la publicación de tres fotografías bajo el título: “Córdoba. - Derrumbamientos en San Vicente”, que no ampliaba la información sobre la causa de esos hechos, si se debían a un temblor fuerte o a alguna otra circunstancia, en la revista del 23 de marzo de 1907. Los epígrafes de las fotos eran los que siguen: “Una casa de negocio que ha perdido la cabeza, o sea el techo”, “Otra, que no lo hizo peor” y “Lo que queda de la casa del señor Godoy”.

También se limitaban a fotos y epígrafes algunas noticias de índole social, como la que refería bajo la imagen: “Córdoba. - Enlace de la señorita Beatriz Ravellini con el doctor Agustín Garzón Agulla” (figura como Aguila) en la edición del 13 de abril de 1907, mostrando a ambos contrayentes. Otro tanto ofrecían en la serie de sociales dos fotografías bajo el título: “En la casa de la familia Juárez Revol”, donde se participaba una fiesta de bautizo en la revista del 15 de junio. En los epígrafes se lee: “Señoras y señoritas que asistieron a la fiesta ofrecida en ocasión del bautizo”, donde la concurrencia femenina posaba ante el fotógrafo, y “El bautizado en brazos de la madrina.” Un tercer ejemplo de este tipo de noticias también reflejaba un casamiento, con el título: “Córdoba. Fiesta Social”, en que se incluían cuatro fotografías: una de la novia: “Señorita Luisa Casas, que contrajo enlace con el señor Justo Argañaraz”; una segunda en la que se ve a una quincena de damas sentadas a una adornada mesa, con sus sombreros respectivos, mirando hacia la cámara, y abajo el epígrafe: “«Five o'clock tea» dado en obsequio de la señorita Luisa Casas”. Una tercera foto muestra a las damas posando, sentadas o de pie, en un patio de la casa, cuyo epígrafe reza: “Después del «Five o'clock tea»”, y la cuarta ilustra otro plano de la fiesta: “Los novios y familias invitadas”, donde se ve también a varios señores. 

Dentro de esa clase de noticias ilustradas y con leyendas al pie, aunque no referidas a eventos sociales, se destaca por su temática una que publicaba Caras y Caretas del 24 de agosto del año siete. Son dos fotografías con los siguientes epígrafes, informando sobre un reciente partido de football, deporte que aún no perdía su inglés original: “Córdoba – Team Belgrano, ganador del match contra el team San Martín.” El segundo epígrafe rezaba escuetamente: “El team San Martín”. Por supuesto ganaba el que hacía más goals. 

Otras notas presentaban un mayor despliegue textual, como es el caso de una página que encabezaba con un banquete de despedida al gobernador José Antonio de Olmos, y más abajo trataba sobre la celebración del 25 de mayo en Córdoba. En la superior una foto mostraba dos largas filas de mesas con muchos bigotes dirigidos hacia la cámara, en la cordobesa Confitería del Plata. El primer párrafo del texto decía: “Los amigos políticos y personales del ex gobernador de Córdoba, señor José A. Olmos, que últimamente hizo entrega del gobierno de la provincia al doctor Ortiz y Herrera, su sucesor, le obsequiaron con un gran banquete al bajar del poder, para rendir tributo de admiración a sus aciertos administrativos.” 

Asimismo desplegaba su importancia una nota del 22 de junio, dedicada a la memoria del Obispo de Córdoba, Mamerto Esquiú, fallecido en enero de 1883. Se consagraban a Esquiú dos páginas con varias fotografías y un extenso texto. Las imágenes sumaban un retrato del Obispo, la puerta de su celda en el convento de San Francisco en Catamarca, el cofre conteniendo el corazón del religioso franciscano, la canasta en la que se había transportado el corazón, unos relicarios y “trozos de paño burdo del hábito que usaba fray Mamerto”. El texto estaba firmado por Alberto Tena y trasuntaba gran emoción. Citemos un párrafo: “Oí hablar de fray Mamerto, cuando yo era niño. Oí las virtudes que adornaban su alma, la serenidad de su vida y las meditaciones que hacía en el silencio del claustro monacal. Por uno de esos paralelos que a veces saben hacer los niños con adorable ingenuidad y cordura, asociaba la vida de fray Mamerto Esquiú a la del santo Francisco de Asís, cuya leyenda espectral hería siempre mi imaginación.”

Por último, como noticia del año 1907 y ejemplo extenso dedicado a un tema cordobés, se puede citar el tratamiento que hacía el semanario porteño de la celebración de las Bodas de oro del Doctor Pablo Julio Rodríguez, profesor de Filosofía de Derecho en la Universidad de Córdoba, que figuró en dos ediciones de Caras y Caretas: las del 2 y el 9 de noviembre. Las fotografías mostraban al doctor Rodríguez en diversas etapas de su vida, algunas junto a su esposa, y reflejaban también, en la continuación del tema una semana más tarde, aspectos de un homenaje en el Colegio Monserrat y retratos en su hogar, en familia. El doctor Pablo Julio Rodríguez había enseñado durante medio siglo y era considerado un ejemplo en la sociedad de su tiempo. Como indica la larga nota en su homenaje “en 1857, cuando apenas contaba 24 años, fue nombrado por el presidente Urquiza profesor de latinidad y castellano en la secular Universidad de Córdoba. A partir desde esa fecha, el venerable profesor no desmayó nunca en sus tareas a las cuales entregó su vasta inteligencia y todas sus virtudes.” Desde 1897 asumió la cátedra de Filosofía del Derecho.
Pablo Julio Rodríguez había nacido en Santos Lugares, provincia de Buenos Aires, y falleció en septiembre de 1912.

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