Córdobers. Caras y caretas cordobesas

La estación estival de antaño en Córdoba se reflejaba en el semanario porteño con una página publicitaria promoviendo como destino vacacional el Hotel Edén de La Falda, un gran emprendimiento para turistas con billeteras forradas.

Cultura 11 de enero de 2024 Víctor Ramés Víctor Ramés
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El Hotel Edén, pedazo de Europa en un gran paisaje cordobés.

Por Víctor Ramés
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Hotel Eden, verano de 1907

La temporada veraniega que vivimos, adentrados en el tercer milenio, muestra la continuidad de viejas costumbres cordobesas de ir a refugiarse al paisaje serrano a pasar los calores que en la ciudad capital se vuelven insoportables. El turismo de apenas iniciado el siglo XX inauguraba las visitas de muchos veraneantes con destino a las sierras cordobesas, y la estación que transitamos, más el gusto por la historia, invitan a interesarse por destinos puntuales de antaño. En este caso la ciudad de La Falda y su mítico Hotel Edén, que en 1907 era un punto de atracción de la alta sociedad, en particular de Buenos Aires.
De enero de ese año data una página ofrecida por el semanario Caras y Caretas sobre ese destino, un gran establecimiento distinguido que era fruto de capitales y empresarios extranjeros con una visión internacional del proyecto hotelero que -como se ve en la nota- significaba una inversión ofrecida a la alta sociedad europea en las sierras de la lejana Córdoba.

Efectivamente, el Hotel Edén, construido en la última década del siglo XIX (sus primeros pasajeros arribaron en el primer mes de 1898) era producto de la sociedad formada por un exoficial alemán (Robert Bahlcke) y un comerciante y diplomático suizo residente en Córdoba (Juan Kurth).  Contaron con la ayuda financiera del millonario azucarero Ernesto Tornquist, cuyo grupo empresario participó también en levantar el Bristol Hotel de Mar del Plata (1988) y luego haría otro tanto con el Plaza Hotel de Buenos Aires (1909).
Para el tiempo en que Caras y Caretas sacaba su página publicitando detalladamente la oferta del Hotel Edén, el edificio -y seguramente también su personal, tal como venía funcionando- había recientemente sido transferido a Juan Kurth y cía. en liquidación (1905), debido a que los intereses del Banco Tornquist se volvieron impagables para lo que producía el establecimiento. La propiedad quedó entonces en manos de la empresaria alemana María Herbert de Kreautner, quien logró transar con el capitalista porteño de origen alemán e iniciar una época de gestión renovada. Es a ella a quien reenvía la nota del semanario de enero de 1907.

Antes de dar paso a la publicación de Caras y Caretas, conviene hacer notar una contradicción en la presentación que se hace del establecimiento hotelero de La Falda, producto de cierta incongruencia del encuadre turístico, en años en que el turismo vinculado a la salud tenía gran auge y se hallaba muy identificado con las sierras de Córdoba. Si bien en un punto de la página se especificaba que “«Edén Hotel» no es sanatorio, ni admite enfermos contagiosos”, la nota repite varias veces en su cuerpo, desde la primera línea, el concepto de “estación climatérica” al referirse al Edén. Esta denominación se refería en forma eufemística a los sanatorios de enfermedades pulmonares, en particular la tuberculosis, y en general a las residencias para enfermos de males contagiosos.
La nota se transcribe con sus inserciones en mayúsculas que apuntaban a remarcar o subtitular el texto. Allí se leía:

“Como estación climatérica, propia para retemplar el organismo fatigado por la labor cotidiana y como paraje ideal para pasar la temporada primaveral y veraniega, ninguna ofrece las ventajas del
«EDÉN HOTEL» DE LA FALDA.
Situado en el punto más conveniente de las sierras de Córdoba, en la falda misma de la montaña, a una altitud de más de 1.000 metros, reúne las condiciones más ventajosas: aire purísimo, protegido de vientos húmedos, agua fresca y cristalina, que brota de las rocas y corre por cañerías subterráneas, distribuyéndose abundantemente por todo el edificio.
Bodeado de perspectivas preciosas, en paisajes que ofrecen los accidentes más variados, puede compararse como
PUREZA DE AMBIENTE
y belleza de aspecto con las más afamadas estaciones climatéricas de Italia, Alemania y Suiza.
Con el sólo costo del largo viaje a ultramar, y evitando sus molestias, se puede pasar en La Falda una espléndida estación veraniega.
El gran edificio del «Edén Hotel», construido a todo costo y sobre planos inteligentemente estudiados, ofrece
EL ALOJAMIENTO MAS CONFORTABLE
que puede desearse. Tiene 90 dormitorios, amplios y perfectamente ventilados; gran comedor para 200 personas, con un espléndido orquestrión; salones de baile, de lectura y de juegos, con mesas de billar, etc. Hay un anexo, con comodidades especiales para familias.
El «Edén Hotel» no carece de ninguna de
LAS COMODIDADES DE LA CIUDAD:
Luz eléctrica en todo el edificio, espléndida instalación de baños, fríos y calientes, piletas de natación, etc.
EL TEDIO ES IMPOSIBLE EN LA FALDA
pues además de los paseos por los pintorescos alrededores —para lo cual se cuenta con numeroso y escogido material de caballos de silla y coches de toda clase —se dispone de locales adecuados para mil entretenimientos y distracciones: pistas para cricket, lawn-tennis, foot-ball, instalación para tiro al blanco, etc.
COCINA Y SERVICIO DE PRIMER ORDEN
abastecida aquella por numerosa arboleda de frutas elegidas y huertas de legumbres bajo riego.
Las vacas del establecimiento proveen de leche fresca; las aves para el consumo se crían en los
propios terrenos.
TARIFA MÓDICA
Hasta el 15 de diciembre dura la temporada otoño e invierno; el precio en estas estaciones es de $ 6 diarios, con pensión completa.
La estación de verano empieza el 15 de diciembre; su precio es de $ 8 diarios, con pensión completa.
«Edén Hotel» no es sanatorio, ni admite enfermos contagiosos.
VIAJE CORTO Y RÁPIDO
De Buenos Aires se llega a La Falda en 20 horas, con el F. C. C. A., en combinación con el F. C. C. y N, O. Del Rosario de Santa Fe, con boleto directo, en 15 horas.
Para la facilidad de comunicación, hay oficina telegráfica y agencia del Expreso Villalonga en el mismo establecimiento.
Para más datos y pedidos, dirigirse a su propietaria:
MARÍA H. DE KRAEUTNER. Edén Hotel—La Falda—F. C. C. Noroeste.
(Escritorio de informes y pedidos en Buenos Aires: Florida, 230.)”

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