Génesis insurreccional en la Argentina: La Correspondencia que Perón mantuvo con su delegado personal John William Cooke

Parte 1/7

Nacional25 de julio de 2024 DAS
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Daniel Alvarez Soza 

 

     En lo referente a este capítulo revisaremos la correspondencia que Perón mantuvo con su delegado personal John William Cooke y la que también es dirigida a Leloir y al padre de su representante el embajador John J. Cooke, en donde se evidencia la autenticidad de las Directivas e Instrucciones, ya mencionadas, con lo que se expresa la esperanza que Perón cifra en ellas.

    Del contenido de estas misivas, en cuanto a su texto y oportunidad en que fueron escritas, veremos las cercanías a la instauración del movimiento subversivo que mencionáramos en capítulos anteriores, y que por cierto constituye el punto de partida a la acción guerrillera en la República Argentina.

   Al respecto nos referimos al Movimiento Uturuncos, conducidos ideológicamente por Cooke y que realizaran el primer intento insurreccional armado en Tucumán la Nochebuena de 1959, con lo que se daba cumplimiento a las Directivas de Perón. 

    Volviendo a las correspondencias, citaremos textualmente la investigación realizada por Emilio Vázquez Viera en su obra, las que a su vez están inspiradas en el libro “Correspondencia Perón-Cooke” Tomos I y II, cuyos extractos  veremos a continuación. 

    El Gral. Aramburu, al ser entrevistado el 14 de septiembre de 1956, por la agencia de noticias Associated Press, declara que a su juicio, el gobierno revolucionario ha avanzado mucho, porque está logrando “El apoyo de los Peronistas”. No obstante lo cual, en su opinión, Juan Domingo Perón, no volverá jamás, ni por revolución, ni por evolución (1).

    Indudablemente  que la apreciación aportada por Aramburu era errada, ya que para esa misma fecha, Perón en carta que dirige a Cooke antes de nominarlo oficialmente como su delegado personal, decía: “Desde hace casi ocho meses (Enero de 1956) vengo sosteniendo la necesidad de mantener la resistencia civil y las instrucciones y directivas dadas por el Comando Superior Peronista así lo establecen. Creo que es el único camino que puede hacer efectivos los derechos populares conculcados en absoluto por la canalla dictatorial. Poseemos una inmensa masa pero, debido a las presiones y persecuciones ha sido desorganizada. Por eso lo necesario es: realizar la resistencia, entre tanto se organiza la masa en la clandestinidad y se preparan para el futuro las acciones decisivas. Las revoluciones y los conatos ocurridos en estos últimos meses han hecho sino perturbar el trabajo de la resistencia, como le decía en mi anterior  -se refiere una vez más a su   disconformidad con la  revolución de Valle-. Lo que debemos hacer, es propugnar por todos los medios la lucha activa y subrepticia hasta que la descomposición nos permita provocar el caos, único momento en que el pueblo, con las fuerzas que nos son afectas y que aún quedan en todas partes, puede tomar las cosas en sus manos y proceder. Este será un trabajo largo, pero, mediante la organización, podrá realizarse racionalmente. Le adjunto las Directivas de que le hablo y que  espero que ya las tendrá pero se las adjunto por las dudas” (2). Como se ve, en nada se asocian las expresiones de Aramburu con el convencimiento de Perón. 

     “Más adelante refiriéndose al modo en que marchan las organizaciones peronistas clandestinas dirigidas a cumplimentar las Instrucciones y Directivas, le dice: “Sé que las organizaciones peronistas clandestinas marchaban lentamente pero que hay grandes núcleos organizados con los que trataremos de ligarnos conjuntamente con los nuevos organismos que surgen de la clandestinidad. Las organizaciones obreras responden ampliamente y todas están en permanente agitación con cualquier pretexto, lo que permite la gimnasia permanente, base para que estén siempre en pie de guerra. Nosotros tenemos organizados los comandos periféricos y con ellos llegamos permanentemente a las organizaciones internas mediante directivas e instrucciones de todo orden. Creemos que, poco a poco, alcanzaremos un alto grado de eficiencia orgánica que nos permita la conducción con unidad. Todo es cuestión de tiempo” (3).

     “En cuanto a las posibilidades de entrar en negociaciones con el gobierno de turno, las descarta de plano y en tal sentido le dice: “… Trataremos de hacer la guerra sin cuartel y no dar lugar a ninguna pacificación que sería contraproducente para nosotros. Sé que algunos peronistas débiles están pensando en esa pacificación por cuestiones personales, pero también creo que la masa no está en esa disposición de ánimo. Nosotros debemos seguir a la dirección de la masa que, colocaba intransigentemente, será a la corta o a la larga la que decida este problema. Hoy, más que nunca, soy partidario de luchar con la más grande energía y la mayor violencia, si es necesario”. (4) 

      “El 10 de Octubre de 1956, el Poder Ejecutivo Nacional, creó la Comisión de Defensa de la Democracia, para combatir, como habíamos anticipado, a Comunistas y Peronistas”.

   “El 3 de noviembre de 1956, es decir, un día después de haberlo designado a Cooke como su heredero, Perón le escribe: “…paralelamente a la reacción sangrienta y usurpadora del 16 de septiembre, luego del   primer momento de asombro y atonía del pueblo, fue surgiendo “desde abajo” un estado de insurrección popular con características, modos y procedimientos inéditos en la historia nativa y cuya comprensión y proyección escapan, desde luego, a las mentes habituadas únicamente a los procesos conocidos, e incapaces, en consecuencia, de captar los hechos nuevos” (5).

    “Más adelante, Perón analiza las posibilidades de proyección del proceso insurreccional en todo el territorio nacional, él sabe que cualquier movimiento de esta naturaleza, requiere para su efectividad, del logro de su crecimiento en todo el país y dice: “En este momento la masa peronista se encuentra organizándose en la clandestinidad con fines de insurrección en todo el país. Su posición es firme y aún, los que no se encuentran ligados a los organismos clandestinos (comandos) se sienten inclinados a la resistencia en distintas formas, esperando lo que ha de ocurrir irremisiblemente. Poco a poco se van coordinando las acciones y las nuevas formaciones en todas partes, en las que prima la decisión de actuar en sentido insurreccional” (6).

    “A continuación y luego de otras consideraciones, Perón plantea una clara delegación de responsabilidades concretamente en la masa popular. Diríamos que admonitoriamente Perón conmina a la masa y a sus dirigentes a obrar conforme a las Directivas e Instrucciones que oportunamente  impartiera. En otros párrafos, ya hemos destacado aisladamente algunas de estas reflexiones. Diciendo: “Les he dado una organización, una doctrina y una mística., he trabajado once años para politizar las masas. Los he preparado para luchar contra la reacción y les he dado el ejemplo de cómo se puede hacer para alcanzar las grandes reformas. Ahora les queda a ustedes no equivocarse en las formas de ejecución y tener la decisión necesaria para triunfar. Se enfrentan hoy, la reacción apoyada por las fuerzas militares  -eternas enemigas del pueblo en todas partes- y el pueblo mismo. Las fuerzas, mediante la represión violenta, impondrán despojos, hasta conseguir los objetivos impuestos por la reacción. Frente a eso, el pueblo debe decidir su actitud. Si es contemplativa, lo perderá todo y deberá en el futuro, como antes, trabajar para que vivan los oligarcas y los capitalistas, mientras los trabajadores deberán debatirse en la miseria, en el dolor y en el sacrificio inútil. Si, en cambio, es activa y combativa hasta el extremo, los reaccionarios y las fuerzas que los sirven pasaran muy bien, si no les conviene transar, para evitar que la ruina los arrastre también a ellos, que son los únicos que tienen que perder. Una actitud decidida del pueblo es lo único que puede salvar a los trabajadores de una ruina segura. ¿Si el pueblo hace eso, ¿cómo los trabajadores podrán tener una actitud contemplativa en esta emergencia? Las directivas e instrucciones del Partido, impartidas por Comando Superior Peronista, son bien claras. Si se cumplen, se llegará a una solución. Si no se cumplen, los trabajadores tendrán que lamentarlo toda la vida, pero será demasiado tarde” (7).

      “A renglón seguido Perón ratifica una vez más la autenticidad de aquellas directivas, señalando: “Por eso, para nosotros es fácil llegar a la masa política y gremial la palabra de orden ya extensamente difundida por las directivas que, la propia canalla dictatorial se empeña en hacer creer que son apócrifas, porque le tiene un terrible temor a la acción del pueblo y las acciones de intimidación les ha despertado un terror irresistible. Entre los nuestros también, los acomodados, quieren hacer creer a la masa que esas directivas no son nuestras, porque aumentando la lucha y la decisión, los pone entre la espada y la pared, desde que allí también hay para ellos. Los “pajarones”, que aún creen en una pacificación sin revancha, con fines electorales, trabajan para que las directivas no sean creídas por la masa. Todo eso debe ser destruido por nuestra acción: hay que hacer efectiva la resistencia, organizar entre tanto a la masa peronista y llegar a la mejor disposición para obrar con unidad de concepción y de acción en el momento oportuno que no ha de tardar en presentarse. Cuanto más violentos seamos mejor: al terror no se le vence sino con otro terror superior. La garantía de que nuestras fuerzas se mantengan cohesionadas es precisamente teniéndolas en la lucha activa todo el tiempo” (8).

 

_______________________________

1.-VAZQUEZ VIERA, Emilio: “El proceso subversivo en la Argentina a través de la bibliografía nacional”. Ob. cit. Pág. 138.

2.- “Correspondencia Perón – Cooke” tomo I, Ob. cit., Pág. 23. Citado por VAZQUEZ VIERA, Emilio: “El proceso subversivo en la Argentina a través de la bibliografía nacional”. Ob. cit. 139.

3.- “Correspondencia Perón – Cooke” tomo I, Ob. cit., Pág. 23. Citado por VAZQUEZ VIERA, Emilio: “El proceso subversivo en la Argentina a través de la bibliografía nacional”. Ob. cit. 139.

4.- “Correspondencia Perón – Cooke” tomo I, Ob. cit., Pág. 23. Citado por VAZQUEZ VIERA, Emilio: “El proceso subversivo en la Argentina a través de la bibliografía nacional”. Ob. cit. 139.

5.- “Correspondencia Perón – Cooke” tomo I, Ob. cit., Pág. 30. Citado por VAZQUEZ VIERA, Emilio: “El proceso subversivo en la Argentina a través de la bibliografía nacional”. Ob. cit. 140.

6.- “Correspondencia Perón – Cooke” tomo I, Ob. cit., Pág. 32. Citado por VAZQUEZ VIERA, Emilio:El proceso subversivo en la Argentina a través de la bibliografía nacional”. Ob. cit. 140.

7.- “Correspondencia Perón – Cooke” tomo I, Ob. cit., Pág. 34. Citado por VAZQUEZ VIERA, Emilio: “El proceso subversivo en la Argentina a través de la bibliografía nacional”. Ob. cit. 141

8.- “Correspondencia Perón – Cooke” tomo I, Ob. cit., Pág. 34-35. Citado por VAZQUEZ VIERA, Emilio: “El proceso subversivo en la Argentina a través de la bibliografía nacional”. Ob. cit. 142.

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